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El legado de Obama sobre armas nucleares, en problemas

2015-06-17

Incluso uno de los principales objetivos de Obama —el acuerdo para limitar el programa nuclear de...

JAY SOLOMON, The Wall Street Journal

WASHINGTON—Este mes, a medida que las conversaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní entran en su etapa crítica, un objetivo clave de la administración del presidente Barack Obama —reducir la amenaza nuclear a nivel global—está en entredicho.

La campaña de Obama para frenar la propagación de armas nucleares fue citada como la principal razón para otorgarle el Premio Nobel de la Paz en 2009. Pero este esfuerzo representativo de su presidencia ha quedado empantanado en medio del resurgimiento de las turbulencias en Oriente Medio, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia y el crecimiento de arsenal de Corea del Norte.

Altos funcionarios estadounidenses citan el acuerdo inminente con Irán como un paso importante en la política de no proliferación de Obama. Pero al mismo tiempo han crecido varias preocupaciones en este sentido. En los últimos meses, científicos chinos advirtieron a EU que Corea del Norte ha ampliado su arsenal en alrededor de 20 bombas atómicas. Y los países que el mes pasado negociaron el futuro del Tratado de No Proliferación Nuclear (NPT, por sus siglas en inglés) en las Naciones Unidas criticaron duramente a EU y Rusia por no hacer lo suficiente para reducir sus propios arsenales nucleares.

En los últimos años, al margen de las conversaciones con Irán, "la administración [Obama] ha perdido el foco y el impulso en la cuestión [de la no proliferación], sobre todo porque los republicanos se han apoderado de la mayoría en el Senado y las tensiones con Rusia han empeorado", dijo Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas, una organización con sede en Washington.

Incluso uno de los principales objetivos de Obama —el acuerdo para limitar el programa nuclear de Irán a cambio de aliviar las sanciones económicas contra este país—podría tener un resultado mixto en términos de desarme. Aliados estadounidenses clave, particularmente Israel y Arabia Saudita, han expresado sus temores de que el acuerdo no avance lo suficientemente lejos como para bloquear la ruta iraní a la bomba. Varios estados árabes han advertido que podrían tratar de igualar la capacidad nuclear que Irán sea autorizado a mantener en el acuerdo final.

Las conversaciones, que deben culminar el 30 de junio, tienen lugar en Viena. Funcionarios estadounidenses y europeos que participan de ellas dijeron que todavía existen diferencias con Irán acerca de las futuras inspecciones de sus instalaciones nucleares y militares y del cronograma del levantamiento de las sanciones. Estos funcionarios dijeron que el interés de la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés), el organismo de control de la ONU, por aclarar los presuntos esfuerzos realizados en el pasado por Irán para desarrollar tecnología de armas nucleares, tienen pocas probabilidades de ser tratados antes de fin de mes y que tendrán que ser manejados por etapas.

"En términos de plazos reales, la IAEA no va a poder resolver sus cuestiones pendientes antes del 30 de junio", dijo un diplomático occidental. "Lo que el acuerdo tendrá que hacer es asegurar un mecanismo que permita" analizar estas cuestiones en el futuro.

La campaña de no proliferación de la administración Obama, que sigue las líneas del Tratado de No Proliferación de 1970, se ha centrado en tratar de bloquear el acceso a las armas atómicas a países no nucleares, reducir los arsenales en poder de los cinco estados nucleares reconocidos por la ONU y facilitar el uso de las tecnologías nucleares civiles a los países que renuncien a buscar la bomba.

Funcionarios del gobierno ven la diplomacia con Irán como una pieza clave de esta estrategia. La Casa Blanca cree que un acuerdo con esa nación cerrará a Teherán la posibilidad de construir una bomba durante al menos 10 años, para eliminar así la presión que Arabia Saudita y otros rivales regionales de Irán tienen para perseguir similares tecnologías.

Aun así, aliados y adversarios de EU han expresado por igual sus dudas sobre la campaña de no proliferación de Obama. Y el mes pasado, países en desarrollo signatarios del NPT criticaron a EU y a otras potencias nucleares por no desmantelar suficientemente rápido sus propios arsenales de armas nucleares.

El secretario de Estado John Kerry dijo en una conferencia de revisión del TNP que las existencias de EU han caído a alrededor de 4,700 ojivas nucleares, 85% por debajo de su pico de la Guerra Fría.

Pero el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Javad Zarif, quien encabeza el Movimiento de Países No Alineados, un bloque de naciones en desarrollo, dijo en la misma asamblea que esto no era suficiente.

"Los estados con armas nucleares no han hecho progresos" para eliminarlas, dijo Zarif. "El papel de las armas nucleares en las políticas militares de los estados con armas nucleares no ha disminuido".

Funcionarios estadounidenses dijeron que las crecientes tensiones con Moscú sobre su decisión de anexar la región de Crimea en Ucrania el año pasado es el factor principal que socava los esfuerzos para reducir aún más los arsenales de ambos países.

En 2010, EU y Rusia firmaron un acuerdo de control de armas, el denominado Nuevo Tratado Start (las siglas de los acuerdos de reducción de armas nucleares que firmaron George W. Bush y Vladimir Putin ), para reducir a la mitad los lanzadores de misiles nucleares de los dos países. Pero ofrecimientos posteriores de EU al Kremlin para generar mayores recortes no fueron contestados, según el gobierno de Obama.

Mientras tanto, las amenazas nucleares han reingresado al diálogo internacional. En los últimos meses, el ejército ruso dijo públicamente que debería reescribir su doctrina oficial para permitir un ataque nuclear preventivo contra EU. En marzo, funcionarios europeos quedaron de una pieza cuando el embajador ruso en Dinamarca amenazó al país con represalias nucleares si se unía al sistema de defensa antimisiles de la OTAN.

"Esto crea un entorno muy difícil para negociar rápidamente una reducción de armas nucleares", dijo el funcionario estadounidense de alto rango. "Estamos tratando de asegurar que nuestras preocupaciones acerca de sus políticas no tomen una dinámica propia".

El no declarado arsenal de armas nucleares de Israel también plantea un desafío a la agenda de no proliferación de la administración Obama.

Los países de Medio Oriente, encabezados por Egipto, presionaron a la ONU el mes pasado para convocar rápidamente a una conferencia internacional que estableciera una zona libre de armas nucleares en la región. Algunas naciones presionara para que la asamblea se reuniera tan pronto como diciembre.

El gobierno de Israel, que no niega ni confirma poseer armas nucleares, se opuso vehementemente al requisito de asistir a la conferencia propuesta debido a la ausencia de medidas más amplias que hagan frente a lo que el Estado judío ve como amenazas a su seguridad.

Los funcionarios israelíes expresaron su preocupación de que los estados árabes e Irán buscarían utilizar la conferencia para forzar a Israel a desarmarse.

Debido a esta preocupación, el gobierno de Obama finalmente bloqueó la convocatoria a dicha conferencia. Pero los funcionarios egipcios advirtieron a la Casa Blanca que el veto estadounidense tendría consecuencias a largo plazo.

Obama, por su parte, ha reconocido recientemente que Irán puede definir su récord internacional.

"Mire, dentro de 20 años, si Dios quiere, todavía estoy va a andar por aquí. Si Irán tiene [entonces] un arma nuclear, mi nombre" será cuestionado, dijo Obama el mes pasado en una entrevista con Atlantic Media. "Creo que es justo decir que, además de nuestros profundos intereses de seguridad nacional, tengo un interés personal" en este tema.



EEM

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