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Niños sirios refugiados son sepultados; Hungría advierte de "afluencia masiva" de inmigrantes

2015-09-04

Mientras la desesperación y la ira se profundiza entre los refugiados e inmigrantes que...

Por Rodi Said

KOBANI, Siria/BUDAPEST (Reuters) - Un hombre sirio sepultó el viernes a su esposa y dos hijos pequeños que murieron ahogados cuando huían de la guerra en su país rumbo a Europa, en medio de los comentarios del derechista primer ministro húngaro sobre el riesgo que correrían los europeos de ser una minoría en su continente.

Mientras la desesperación y la ira se profundiza entre los refugiados e inmigrantes que huyen de conflictos armados y de la pobreza, cientos de personas dejaron un campamento en Hungría y otras partieron a pie desde Budapest con la esperanza de encontrar un refugio en el norte de Europa.

En Austria, la policía dijo que el conductor de un camión abandonado que fue encontrado la semana pasada con los cuerpos de 71 inmigrantes en su parte trasera era una de las varias personas que fueron detenidas en Hungría durante la jornada.

Decenas más evitaron por poco la muerte mediante el uso de una palanca para escapar de otro camión propiedad del mismo hombre búlgaro, dijo la policía.

Más de 300,000 personas han llegado a Europa por mar en lo que va del año y más de 2,600 han muerto en el intento. Muchos de los que hacen el viaje son refugiados de la guerra civil siria, que se extiende por cinco años.

En el último reporte sobre muertes en el mar, entre 30 y 40 personas se ahogaron en el Mediterráneo frente a la costa de Libia tras el naufragio de un barco con 120 a 140 somalíes, sudaneses y nigerianos, causando escenas de pánico.

En la ciudad siria de Kobani, Aylan Kurdi, de tres años, fue enterrado junto a su madre y su hermano de cinco años en el "Cementerio de los Mártires", ubicado en una comunidad predominantemente kurda cercana a la frontera con Turquía.

Las imágenes del pequeño cuerpo de Aylan varado en una playa cerca de la localidad turca de Bodrum dieron un rostro humano a la gran cantidad de muertos y provocaron una avalancha mundial de muestras de apoyo durante esta semana.

Aylan se ahogó con su hermano Galip, su madre y al menos otras nueve personas intentando cruzar en dos pequeñas embarcaciones a la isla griega de Kos.

En momentos en que la presión aumenta sobre los gobiernos europeos para enfrentar la crisis con mayor eficacia, el padre de los niños sirios, Abdullah Kurdi, pidió a los países cercanos tomar medidas para evitar nuevas tragedias.

"Quiero que los gobiernos árabes -no los países europeos- vean (qué les pasó a) mis hijos y que por ellos ayuden a la gente", dijo Kurdi en un material publicado por una estación de radio local.

NOVENTA MINUTOS DE OXIGENO

En Austria, la policía dijo que los 71 inmigrantes muertos encontrados junto a una autopista cerca de la frontera con Hungría la semana pasada eran ciudadanos sirios, iraquíes y afganos, pero ninguno de ellos ha sido identificado.

En el interior del camión, el aire no alcanzaba para más de 90 minutos y la gente aparentemente perdió la conciencia lentamente. El conductor figuraba entre uno de los cinco detenidos en Hungría, reveló la policía.

En el sur de Hungría, la policía persiguió a unos 300 inmigrantes que huyeron de un centro de recepción en Röszke, en la frontera con Serbia. Otros 2,300 inmigrantes que aún estaban en el lugar también amenazaban con dejar el recinto y se registraron escaramuzas con las fuerzas de seguridad.

La agencia de noticias estatal MTI dijo que decenas de inmigrantes habían huido de un segundo campamento al oeste de Budapest, en la ciudad de Bicske.

El Parlamento de Hungría aprobó varias leyes el viernes para controlar el flujo de inmigrantes, dando a la policía más autoridad y estableciendo castigos que incluyen penas de prisión para los que crucen ilegalmente la frontera.

El gran flujo de inmigrantes ha polarizado a Europa, causando muestras de simpatía pero también alimentando el auge de los partidos populistas.

"La realidad es que Europa está amenazada por un flujo masivo de personas", dijo el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en una entrevista.

"Ahora hablamos de cientos de miles pero el año que viene hablaremos de millones y esto no se acaba nunca (...) De repente veremos que somos una minoría en nuestro propio continente", agregó.



EEM

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