Internacional - Política

Macron y Putin mantienen el pulso en su primera reunión 

2017-05-29

El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, y el ruso Vladímir Putin se reunieron...

 

Marc Bassets, El País


El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, y el ruso Vladímir Putin se reunieron este lunes para relanzar la relación entre Rusia y Francia, pero ni uno ni otro cedieron ni un milímetro en las cuestiones que en los últimos años han causado tensiones entre ambos países. Macron había prometido un "diálogo firme", y se cumplió. De Ucrania a Siria, pasando por las sospechas de injerencia rusa en la campaña electoral francesa, Macron y Putin defendieron sus posiciones con contundencia en una rueda de prensa en Versalles.

Si el régimen sirio, apoyado por Putin, usa de nuevo armas químicas, la respuesta francesa será "inmediata", amenazó Macron.

Las sanciones a Rusia por la anexión de Crimea, sanciones que Macron apoya, "no contribuyen en nada a acabar con esta crisis, así que hay que terminar con ellas", lamentó Putin.

De los ciberataques contra el equipo de campaña de Macron, atribuidos a piratas rusos, prefirieron no hablar. "El presidente francés no ha mostrado ningún interés, y yo aún menos", dijo el ruso.

"Hablamos de ello cuando Vladímir Putin me llamó para felicitarme. Soy pragmático. Le dije todo lo que tenía que decirle, y él me dijo todo lo que tenía que decirme. Yo avanzo", terció el francés.

Pero Macron no ocultó su irritación con las campañas de desinformación de medios vinculados al Kremlin. Justificó la exclusión, por parte de su equipo de campaña, de periodistas de las publicaciones Russia Today y Sputnik News, acusándoles ante Putin de no practicar el periodismo sino la propaganda.

Y Putin no ocultó su simpatía por Marine Le Pen, la rival de Macron en las elecciones del 7 de mayo. Dijo que sus ideas sobre la identidad nacional y la soberanía de los estados "no están desprovistas de fundamento". y que Le Pen, líder del partido ultra Frente Nacional, "siempre ha actuado por el desarrollo de las relaciones entre [Rusia y Francia]". "Esto no significa que nosotros hayamos intentado influir en los resultados electorales", se defendió.

Macron no era el presidente francés deseado por Putin, que habría preferido al conservador François Fillon o a Le Pen. Pero la realpolitik obliga a los líderes a trabajar con los hechos, no los sueños. Macron y Putin se reunieron, almorzaron y pasearon por Versalles, un primer encuentro en culmina el estreno diplomático del nuevo jefe de Estado francés.

En los últimos cinco días, Macron se ha visto con otros dos hombres fuertes del nuevo nacionalismo global, el presidente de EE UU, Donald Trump, y el turco Recep Tayyip Erdogan, además de los otros homólogos de la OTAN y el G-7.

La lista de temas que separan a Macron de Putin es larga, pero puede resumirse en dos: Ucrania y Siria. Macron, que fue ministro de Economía del presidente François Hollande, preservará la orientación de su política exterior. Es partidario de mantener las sanciones internacionales a Rusia por su anexión de la península de Crimea en 2014, y crítico con la posición rusa en Siria en favor del régimen de Bachar el Asad. Durante la campaña para las elecciones presidenciales, Macron era, entre los favoritos, el único que marcaba distancias con Putin. De él dijo que ni compartía los valores ni sentía fascinación alguna.

Putin recibió a Le Pen en Moscú unas semanas antes de las elecciones. También veía con buenos ojos a Fillon. Ambos se habían mostrado comprensivos con la anexión de Crimea y partidarios de una mayor cooperación bilateral.

La prensa francesa recuerda estos días la hostilidad de la prensa próxima al Kremlin hacia el nuevo presidente y los bulos que algunos medios pusieron en circulación. Más grave es la sospecha de un supuesto origen ruso en los ciberataques contra En marche!, el partido de Macron, y el robo y difusión de correos electrónicos privados. La operación fue similar a la que golpeó a la candidata estadounidense Hillary Clinton el año pasado. Pero no logró influir en el resultado.

La relación entre Francia y Rusia se había enrarecido antes. Comenzó con la crisis de Ucrania en 2014 y se agravó con la intervención rusa en Siria en 2015. La tensión por Siria precipitó la anulación de una visita prevista de Putin a París el pasado octubre, para inaugurar la céntrica catedral ortodoxa junto al Sena y la Torre Eiffel. Tras la reunión con Macron en Versalles, Putin visitará la catedral.

Para Macron, el encuentro con Putin es el último tramo de un maratón diplomático que le ha puesto en contacto por primera vez con los líderes con los que deberá tratar en los próximos cinco años. Algunos, como Putin o Trump, presentan una visión del mundo nacionalista, alejada de la más cosmopolita de Macron.

En una entrevista con el dominical Le Journal du dimanche, el presidente francés dijo que quiere dejar claro que es capaz de mantener el pulso —metafórico y real, como demostró en un apretón de manos con el presidente estadounidense— con sus homólogos. Pese al poder declinante de Francia, y pese a su edad e inexperiencia, quiere hablarles de igual a igual. Macron tiene 39 años y dos semanas en el poder. Putin, 64 años y 17 en el poder.

Cuando el zar levantó el brazos al rey de Francia

El pretexto de la visita era la apertura de una exposición que conmemora el tricentenario de la visita de otro líder ruso a París, el zar Pedro el Grande, considerado un gobernante reformista y modernizador. Pedro el Grande, admirado por la Rusia soviética y por el propio Putin, pasó seis semanas en Francia.

El marco —el palacio del Grand Trianon, en Versalles— se explica porque es la sede de la exposición. También le da un aire informal a la reunión del que tendría en el Palacio del Elíseo, en el centro de París. Y a la vez sirve a Macron, recién estrenado en el cargo, para proyectar la imagen de una Francia poderosa, y la de sí mismo como un presidente que quiere recuperar el aura monárquica de antecesores suyos como De Gaulle o Mitterrand.

Cuando Pedro el Grande visitó París y sus alrededores, en mayo y junio de 1717, el rey Luis XV tenía siete años. El zar, 45.

Un episodio durante un encuentro entre ambos llamó la atención a los cronistas de la época. "Nos sorprendió ver al zar levantar al rey con ambos brazos, elevarlo a su nivel, besarlo en el aire, y ver cómo el rey, a su edad, que no lo esperaba, no sentía ningún temor", escribió Saint-Simon en sus Memorias. Cuenta otra crónica, citada en un viejo artículo de Le Monde Diplomatique, que Pedro el Grande, con Luis XV en brazos, subió por una escalera y proclamó: "Llevo en brazos a Francia entera".



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