Cultura

Vuelve la Biblioteca Nacional de Jorge Luis Borges

2018-01-04

Durante aquellos años, Borges trabajó en la histórica sede porteña de...

   
(ANSA) - BUENOS AIRES, 4 ENE - Jorge Luis Borges se figuraba el paraíso "bajo la especie de una biblioteca", que tenía probablemente la forma y figura de la Biblioteca Nacional Argentina, que dirigió entre 1955 y 1973 al tiempo que forjaba una de las obras literarias más importantes del siglo XX.
    
Durante aquellos años, Borges trabajó en la histórica sede porteña de la institución, en la calle México del antiguo barrio de San Telmo. En su célebre Poema de los Dones (1960), el escritor evoca a ese Dios que "de esta ciudad de libros hizo dueños / a unos ojos sin luz". "De hambre y de sed (narra una historia griega) / muere un rey entre fuentes y jardines; / yo fatigo sin rumbo los confines / de esta alta y honda biblioteca ciega". Más tarde, la Biblioteca Nacional pasó a un edificio brutalista de hormigón situado en el otro extremo de la ciudad, en el barrio de Palermo, donde funciona todavía hoy bajo la mirada de un Borges de bronce convertido en estatua en el exterior.
    
Y aunque hoy ese edificio, firmado por el renombrado arquitecto argentino Clorindo Testa, es otro ícono de la ciudad, la antigua sede que Borges caminara siguiendo los pasos de Paul Groussac, otro director de la Biblioteca Nacional que también fue ciego, recuperará su esplendor y su antigua función.
    
Sus estantes volverán a estar llenos de libros y "el p úblico podrá sentarse a leer bajo su cúpula vidriada o recorrer el primer piso, donde el escritor Jorge Luis Borges tuvo su despacho cuando fue su director", informó hoy el diario La Nación.
    
El diario cita al escritor Alberto Manguel, director de la BNA, quien dijo que el edificio -Monumento Histórico Nacional pero muy deteriorado en los años en que estuvo destinado a otras funciones- será puesto en valor con una inversión de 50 millones de pesos (2,6 millones de dólares).
    
Las obras, que abarcarán un plan de recuperación integral del edificio en estilo Beaux-Arts, diseñado por el arquitecto italiano Carlos Morra y afectado por grietas, humedad y otros problemas, comenzarán en agosto de este año.
    
El espacio más emblemático del edificio, en la calle México 564 y habitual parada en los paseos que recorren la historia de Buenos Aires -y especialmente su historia literaria- es la Sala Williams, el salón de lectura situado en la planta baja, donde volverá a lucirse un vitral que representa una noche estrellada y fue una imagen familiar para numerosos lectores durante décadas.
    
Allí quedan aún estanterías vacías cuyos carteles anuncian los temas de libros que no están. Hará falta por lo menos un año y medio para restaurar este salón y el resto de las instalaciones, que incluyen la Sala Borges del primer piso, el Tesoro y el depósito de Libros.
    
En el segundo piso estaba la vivienda de los antiguos directores, que Borges no ocupó porque su madre no quiso mudarse. Cuando las obras terminen, funcionarán en el edificio algunas instituciones que hoy están allí y el Centro de Estudios y Documentación Jorge Luis Borges.
    
Otro de los objetivos es reconstruir la "Galaxia Borgeana", colección ideal de libros leídos por Borges y en los que dejó su marca de lectura. Esa biblioteca incluirá obras de las colecciones personales de los escritores Adolfo Bioy Casares, que escribiera en conjunto con Borges, y su esposa Silvina Ocampo.


 



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