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El escepticismo de los jóvenes por la política favorece a López Obrador

2018-06-26

De acuerdo con varias encuestas, entre el 41 y el 47 por ciento de los mexicanos entre 18 y 29...

Paulina Villegas, The New York Times

CIUDAD DE MÉXICO — Alcanzaron la mayoría de edad durante la joven democracia mexicana y en medio de una violencia sin tregua. Son el sector del electorado con mayores niveles de educación en la historia, pero se enfrentan a salarios estancados.

Más que nada están hartos de la corrupción y de la política de siempre, y quieren encaminar a su nación hacia un futuro distinto.

Mientras México se prepara para una elección histórica el 1 de julio —se votan más de tres mil cargos concurrentes, la mayor cantidad en unos comicios en el país— el sector que más probablemente determinará el resultado son los milénials y la llamada generación Z.

Alrededor de la mitad del electorado tiene menos de 39 años y uno de cada cinco votará por primera vez. Es un grupo demográfico profundamente desencantado con el sistema establecido que busca con urgencia a un líder moral que pueda promover el cambio real.

“Seguimos pensando en este caudillo, que llegará una persona honesta que cambiará todo”, dijo María Montoya, de 21 años, en referencia a líderes como los que surgieron después de la independencia del país. “Yo no lo creo”.

“Hemos salido a las calles y hemos protestado, hemos pedido cambios y respuestas por los 43 y los demás desaparecidos”, añadió la estudiante, quien vive en Ciudad de México pero es oriunda de Sinaloa, ciudad en el noroeste particularmente asediada por la violencia. “Y parece que no tenemos control sobre nuestro futuro y que lo único que podemos hacer es chambear desde donde estamos y cruzar los dedos para que no te pase una desgracia”.

Aunque muchos mexicanos jóvenes dicen no haber encontrado al aspirante idóneo para ese cambio que ansían entre los cuatro candidatos presidenciales, parece que uno en particular es quien aprovechará el descontento: Andrés Manuel López Obrador.

De acuerdo con varias encuestas, entre el 41 y el 47 por ciento de los mexicanos entre 18 y 29 años de edad planean votar por López Obrador, quien tiene 64 años, fue jefe de Gobierno de Ciudad de México y que es candidato a la presidencia por tercera vez.

“Necesitamos un borrón y cuenta nueva, una especie de redención; el sentir de un ‘por fin'”, dijo Jorge Carlini, de 34 años, un abogado de Ciudad de México que dice que votará por AMLO. “No va a salvarnos, no va a ser el gran cambio. Pero es un nuevo comienzo, es cambiar la página”.

Los votantes potenciales más jóvenes de México crecieron durante un periodo crítico de la historia política del país, cuando el Partido de Acción Nacional (PAN), de centroderecha, puso fin a más de setenta años del gobierno unipartidista del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con la elección de Vicente Fox, en 2000. Ese cambio a un sistema más plural les inculcó un sentimiento de las promesas de la democracia.

Pero las realidades de la política mexicana han erosionado esa esperanza; los gobiernos posteriores han hecho poco para atajar la corrupción, violencia, impunidad y desigualdad rampantes… y con frecuencia han contribuido a estas.

Los últimos seis años con el presidente Enrique Peña Nieto —un líder muy impopular cuyo gobierno ha estado marcado por escándalos de corrupción, una violencia en aumento y violaciones a los derechos humanos— han afianzado su enojo con la clase política, así como su deseo por un cambio profundo. Los presidentes mexicanos no pueden postularse a la reelección.

Tanto los jóvenes como el electorado en general están preocupados en buena medida con la corrupción rampante y están hastiados de los integrantes del sistema establecido, según encuestas.

Muchos mexicanos jóvenes no terminan de estar encantados con López Obrador; sin embargo, dicen que planean cruzar su nombre en la boleta a regañadientes.

Varios dicen que el candidato no ha presentado la agenda progresista que les gustaría ver: prácticamente no se ha pronunciado respecto a temas medioambientales ni ha hecho declaraciones específicas sobre los derechos de personas LGBT, además de que su coalición, Juntos Haremos Historia, incluye tanto a su fuerza de izquierda, Morena, como al Partido Encuentro Social, un grupo de corte evangélico crítico de la interrupción legal del aborto y de los derechos de personas homosexuales.

Sin embargo, para muchos jóvenes votantes, López Obrador por lo menos ofrece la mejor oportunidad de ponerle fin al statu quo del PRI y el PAN que se han alternado el poder durante las últimas dos décadas. Esos partidos ya tuvieron su oportunidad y la desaprovecharon, dicen. Cualquier giro distinto a esas fuerzas es suficiente para ofrecer esperanza y atisbos de posibilidades.

“Es el oxígeno que esta democracia mexicana necesita, es eso”, dijo Antonio Martínez Velázquez, periodista y activista que vive en Ciudad de México.

Genaro Lozano, analista político de Ciudad de México, dijo que López Obrador ha logrado transformar el enojo de la juventud en un entusiasmo esperanzado tal como lo hizo en Estados Unidos el senador Bernie Sanders cuando aspiraba a la candidatura demócrata en 2016.

“A la mayoría de los jóvenes y de la gente no le importa estas alianzas contra natura de AMLO”, dijo Lozano, en referencia a su coalición con el PES, “porque están demasiado enojados con el pobre crecimiento económico, la violencia disparada, los asesinatos de periodistas, los miles de desaparecidos, los casos sin resolver, la falta de empleos”.

A lo largo de la campaña durante la primavera y el verano, todos los candidatos presidenciales intentaron atraer a votantes jóvenes al inundar las redes sociales con memes o anuncios dirigidos a milénials.

En uno de estos, una joven adulta les revela a sus padres que está pensando en mudarse con un novio nuevo, Andrés, una referencia velada a López Obrador.

“Quiero probar”, dice la joven, “algo nuevo”. Añade, en aparente referencia a las tres veces que AMLO ha sido candidato: “Después de tanto insistir, ya le toca”.

Los padres de la joven se quedan atónitos e intentan convencerla: “Hay elecciones en la vida que no tienen marcha atrás”, le dice la madre.

Sin embargo, los analistas dicen que los candidatos más tecnócratas de los dos otros grandes partidos —Ricardo Anaya, panista de 39 años y quien está en segundo lugar en las encuestas, y José Antonio Meade, de 49 años y priista que está en tercer lugar— no han encontrado cómo atraer a esos jóvenes desencantados.

Mientras que López Obrador se ha presentado como la persona que puede romper con la política de siempre con grandes promesas de iniciar una “revolución”, con lo que apela de manera más directa a la juventud.

“Nadie desea un cambio más radical que los jóvenes”, dijo Sabina Berman, autora y columnista en Ciudad de México. Dijo que López Obrador representa “un rayo de esperanza” para ponerle fin a un sistema político que no ha cumplido las promesas sociales ni económicas a ese sector poblacional.

“Pero es una esperanza triste, no una fervorosa”, añadió. “Es una esperanza escéptica”.



JMRS
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