Internacional - Política

Aspirantes republicanos rebajan retórica, no sus diferencias

2016-03-11

Les quedan cuatro días de campaña antes de las primarias cruciales de la semana...

MIAMI (AP) — Donald Trump empleó un tono sorprendentemente moderado para transmitir un mensaje no muy sutil a los republicanos que todavía ven su candidatura con desconfianza: "sean listos y unifíquense". Ted Cruz y Marco Rubio también suavizaron la retórica en el debate presidencial, al comprender finalmente que los ataques frontales a Trump son contraproducentes.

"Tanta cortesía es algo increíble", dijo Trump durante el toma y daca de los cuatro precandidatos republicanos el jueves por la noche.

Les quedan cuatro días de campaña antes de las primarias cruciales de la semana próxima en estados que otorgan muchos delegados para la convención encargada de designar el candidato presidencial.

Trump recibía el apoyo de su ex rival Ben Carson antes de viajar a St. Louis y Chicago; John Kasich se dirigía a Ohio, estado del cual es gobernador y donde tiene que ganar para conservar alguna esperanza; Rubio permanecía en su estado de Florida y Cruz se dirigía a Illinois.

El martes estarán en juego 367 delegados republicanos en Illinois, Missouri, North Carolina, Ohio y las islas Marianas Septentrionales, una cifra que puede ser determinante para la candidatura.

Los demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders también competirán el martes y la favorita Clinton tratará de recuperar el impulso tras su sorprendente derrota en Michigan.

Ted Cruz y Marco Rubio hallaron abundantes áreas en las que difieren de Trump, pero en general los candidatos se las arreglaron para exponerlas sin entrar en conflicto unos con otros.

En una amplia discusión sobre la amenaza que representan los musulmanes radicalizados, Trump se negó a retractarse de su reciente afirmación de que "el islam odia a Occidente".

Cuando se le preguntó si se refería a todos los musulmanes, el multimillonario respondió: "Me refiero a muchos de ellos" y advirtió que él no sería "políticamente correcto" al evitar ese tipo de afirmaciones.

Rubio afirmó a su vez: "No me interesa ser políticamente correcto. Me interesa estar en lo correcto".

El senador por Florida hizo notar que hay musulmanes en las fuerzas armadas de Estados Unidos y otros que están enterrados en el Cementerio Nacional de Arlington y dijo que la única forma de solucionar el problema de los extremistas violentos es trabajar con gente de fe musulmana que no sea radical.

Cruz resumió sus críticas a Trump por lo que dijo son soluciones simplistas sobre comercio y sobre los terroristas islámicos, al afirmar: "La respuesta no es sólo gritar: China: malo; musulmán: malo".

Sin embargo, evidentemente Trump estaba enfocado en proyectar una imagen menos ampulosa y más presidencial.

"Estamos en esto todos juntos", afirmó al principio, con lo que sonó más como alguien conciliador que provocador a medida que se esfuerza por unificar al partido detrás de su candidatura. "Vamos a encontrar soluciones. Vamos a hallar la respuesta a las cosas".

Los rivales de Trump, en un esfuerzo desesperado por detener su marcha hacia la nominación del partido, gradualmente incrementaron sus críticas hacia él a medida que avanzaba la noche.

Rubio lanzó un mensaje de amplio alcance: "Sé que a mucha gente le atraen las cosas que Donald dice. El problema es que los presidentes no pueden simplemente decir lo que les venga en gana porque ello tiene consecuencias en todo el mundo".

Cruz, ansioso por consolidar su posición como la mejor alternativa del partido a Trump, también presentó una serie de críticas al líder de la contienda republicana y en un momento dado afirmó: "Sus soluciones no funcionan".

Trump se negó a morder la carnada cuando Cruz criticó repetidas veces sus posiciones en política exterior y en un momento dado agrupó al multimillonario junto con la precandidata demócrata Hillary Clinton y el secretario de Estado John Kerry en el respaldo al acuerdo alcanzado por el gobierno de Barack Obama con Irán en torno al programa nuclear de ese país.

Trump respondió: "Si Ted estuviera escuchando, me habría oído decir algo muy similar" a lo que Cruz había dicho sobre las fallas de ese acuerdo.

Con relación a las relaciones de Washington con La Habana, Trump desestimó las preguntas sobre si mantendría la postura del gobierno de Obama de haberlas normalizado. El empresario dijo que está "un tanto indeciso" sobre la postura del mandatario y de Rubio, quien se opone a la normalización de relaciones con la isla comunista.

Trump informó que buscaría "un buen acuerdo", pero no dijo los términos que estaría dispuesto a apoyar.

Por su parte, Rubio, hijo de inmigrantes cubanos, informó que necesitaría que Cuba se comprometiera a puntos específicos para poder normalizar las relaciones. Dichos términos incluyen elecciones libres, libertad de prensa y dejar de encarcelar a disidentes.

Sus comentarios provocaron una fuerte ovación de la audiencia en Miami, hogar de una importante población cubano-estadounidense.

En una amplia discusión sobre la Seguridad Social, tanto Cruz como Rubio dijeron que elevarían gradualmente la edad de jubilación para los trabajadores jóvenes con el fin de ayudar a estabilizar el sistema y evitar un desastre financiero.

En contraste, Trump dijo que haría "todo lo que esté en mi poder para no tocar la Seguridad Social, para dejarla tal y como está".

John Kasich, el gobernador de Ohio que ha tratado no criticar a sus rivales, pone sus esperanzas de sobrevivir en obtener los 66 delegados que otorga su estado. Aún no gana en ninguno.



LAL
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