Internacional - Política

La reelección de Putin está garantizada: ahora comienza la lucha por la sucesión

2017-12-16

La semana pasada, cuando Putin confirmó que se postularía de nuevo, también...

Neil MacFarquhar, The New York Times

MOSCÚ — Si se pide a los analistas rusos que describan la próxima campaña presidencial que comienza en marzo de 2018, sus respuestas tendrán un tema reiterado: un circo, un desfile, una feria.

Con la victoria asegurada del presidente Vladimir Putin, la verdadera contienda, aseguran los especialistas, es la pelea abierta y a puño limpio para determinar quién o qué vendrá después de él cuando deje el poder en 2024, dentro de seis años. La que podría llamarse la Corte de Putin —los cuarenta o cincuenta altos funcionarios del Kremlin y sus aliados oligarcas— pasarán el siguiente periodo presidencial luchando por ese futuro.

La semana pasada, cuando Putin confirmó que se postularía de nuevo, también dio el disparo de salida en la carrera por la sucesión. En 2024, la Constitución le prohíbe buscar un tercer periodo consecutivo, su quinto en total.

“Las elecciones en sí mismas no tienen ninguna importancia”, afirmó Gleb Pavlovsky, un analista político y exasesor del Kremlin. La gente que está alrededor del presidente, agregó Pavlovsky, “está decidiendo quién de ellos vendrá después de Putin. Ese el principal motivo de la pelea: es una lucha por un lugar en el sistema después de que se haya ido el presidente”.

A pesar de que no hay ninguna certeza de qué hará Putin cuando termine su siguiente periodo, sus colaboradores más cercanos ya están preparándose para el día en que deje la presidencia, ansiosos de preservar el poder y evitar cualquier efecto colateral que pudiera generar un cambio de líder. Con una fecha de expiración a la vista, la Corte de Putin está empezando a concentrarse más en su supervivencia que en servir al presidente.

Se espera que esta competencia por el poder ofrezca todo el drama del que carecerá la carrera presidencial del próximo año. Recluidas principalmente detrás de los muros del Kremlin, por ahora, se espera que las intrigas irrumpan en público con mayor frecuencia durante los próximos años.

Ya empezaron a salir a la luz pública varias batallas internas, entre ellas el desmantelamiento de una respetada universidad de investigación y un impactante juicio por corrupción en el cual un exministro de Economía, acusado de pedir sobornos, señaló que quien lo incriminó fue un exespía que había sido aliado cercano de Putin. Es el tipo de pelea que el mandatario habría manejado en privado en años anteriores.

“No se puede esconder la enorme tensión, el inmenso grado de incertidumbre que se siente dentro de la élite rusa”, comentó Konstantin Gaaze, quien hace análisis político para el sitio web del Carnegie Moscow Center, una organización de investigación política. “Harán estupideces; se chantajearán entre ellos; escribirán informes el uno sobre el otro y se los llevarán a Putin”.

Las elecciones serán la distracción principal durante los próximos tres meses. Después, se espera que Putin, quien cumplirá 72 años en 2024, comience a construir algo parecido a un plan de jubilación.

Según algunos analistas, el presidente cree que intentar quedarse en el trabajo para siempre sería un error. Quizá si se queda demasiado tiempo, podría ser destituido rápidamente: como la experiencia reciente que vivió Robert Mugabe en Zimbabue después de haber estado 37 años en el poder.

“Putin se considera una figura histórica y sabe que, si quiere llegar a los libros de historia, no debe repetir el error de Mugabe: debe encontrar el momento idóneo para retirarse”, señaló Konstantin Kalachyov, director de Political Expert Group y asesor ocasional del Kremlin.

Al mismo tiempo, es probable que Putin quiera conservar algún tipo de rol dentro de la política después de 2024 y no solo retirarse a su dacha, o peor aún: terminar en la cárcel.

“No se puede ir así como así”, afirmó Gaaze. “Sabe perfectamente que, si su sucesor falla, los dos serán enjuiciados”.

Hay quienes esperan que Putin reforme la Constitución para crear un tipo de ejército superior o un consejo de seguridad, del cual se autonombraría director con el fin de garantizar su influencia. “No me puedo imaginar una situación en la que otorgue todo el poder a su sucesor; no confía en nadie”, explicó Gaaze.

Putin ya ha hecho algo similar: cuando culminó su segundo periodo consecutivo en 2008, fungió como primer ministro durante un periodo de la presidencia de Dmitry Medvedev, aunque se entendía que seguía siendo el líder absoluto del país. A partir de las elecciones de 2012, el periodo presidencial se extendió de cuatro a seis años.

“Hoy tenemos la Rusia de Putin”, mencionó Pavlovsky. “Si Putin se va, la Rusia de Putin también se tiene que ir. Es una situación peligrosa. Su séquito lo comprende y quiere conservar la Rusia de Putin después de que este se haya ido”.

En este sentido, las diversas facciones dentro de la Corte de Putin buscarán convencer al presidente de nombrar a un heredero natural que sea el que mejor pueda preservar los intereses colectivos.

Para los que buscan suceder al presidente es una situación delicada: los candidatos necesitan ser cuidadosos para no ser vistos como una amenaza inmediata para el mandatario, conocido por ser protector de su puesto. Si alguien presiona demasiado o lo hace demasiado rápido, puede ser descartado.

A medida que se acerque 2024, la capacidad de Putin de proteger a los sucesores probables podría disminuir, lo cual los pondría en riesgo de ser derrocados por sus rivales.

Como resultado, no se espera que nadie busque abiertamente el título de heredero natural.

“Las personas que están consideradas como posibles sucesores están listas para responder y evitar ser nombradas”, señaló Kalachyov.

El Kremlin rechazó discutir sobre las intrigas internas: Dmitry Peskov, el vocero de Putin, dijo que ese tipo de especulaciones era el pasatiempo favorito de los analistas políticos. “Es a lo que se dedican”, opinó.



JMRS
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