Migración

Romney ahora hace promesas sobre inmigración a los hispanos

2012-06-21

Romney fue poco claro en algunos terrenos, particularmente en el tratamiento de los hijos de...

Por STEVE PEOPLES, AP

LAKE BUENA VISTA, Florida, EE.UU. (AP) — Olvidando la retórica áspera de las elecciones primarias republicanas, Mitt Romney prometió el jueves encarar la inmigración ilegal "de manera civilizada pero resuelta", reformar el sistema de tarjetas verdes (de residencia) para los inmigrantes con familias y poner fin a los límites inmigratorios para sus cónyuges e hijos menores de edad.

Romney también dijo a un público hispano que su gobierno completará una cerca fronteriza de 3.200 kilómetros (2.000 millas) para contribuir a detener la inmigración ilegal. Calificó al plan reciente del presidente Barack Obama de flexibilizar las reglas de deportación para algunos hijos de inmigrantes en situación ilegal como poco más que una medida provisional.

"Como presidente, no me conformaría con una medida provisional. Trabajaría con republicanos y demócratas para hallar una solución a largo plazo", afirmó Romney a la Asociación Nacional de Funcionarios Hispanos Electos y Designados. "Daré prioridad a las medidas que fortalezcan y faciliten la inmigración legal. Y encararé el problema de la inmigración ilegal de manera civilizada pero resuelta. Puede que no siempre coincidamos, pero cuando les hago una promesa, la cumpliré".

Obama hablará el viernes al mismo grupo. Los discursos tienen lugar en momentos en que la Corte Suprema se apresta a dar su fallo sobre una enérgica ley de Arizona y después que Obama anunció su nuevo plan para evitar deportaciones.

Romney se ha visto en figurillas en los últimos días para aclarar su política inmigratoria mientras oscilaba entre la retórica enérgica que caracterizó las primarias republicanas y un público general en el que los hispanos desempeñarán un papel decisivo.

No solamente están en juego los estados con mayores poblaciones hispanas como Florida, Nevada y Colorado, sino un número creciente de otros estados reñidos, como Ohio, Carolina del Norte y Virginia, donde aun una ligera diferencia entre los votantes hispanos podría ser significativa.

Por lo menos uno de cada seis estadounidense es de ascendencia hispana, según la Oficina del Censo.

Romney fue poco claro en algunos terrenos, particularmente en el tratamiento de los hijos de inmigrantes traídos ilegalmente por sus padres, pero ofreció nuevos detalles en otros.

Su plan de reasignar las tarjetas verdes para inmigrantes y poner fin a los topes para cónyuges y niños menores sería un cambio del sistema actual, que es más bien por orden de llegada. Y su promesa de "abrochar una tarjeta verde a tu diploma" a los inmigrantes que obtienen títulos avanzados en Estados Unidos representa un cambio significativo.

No está claro cuántas de las promesas de Romney sobre reforma inmigratoria podrían cumplirse sin una acción legislativa.

Obama ha ejercido dos veces sus prerrogativas presidenciales desde el 2011 para hacer cambios al sistema de inmigración, incluso el anuncio de la semana pasada de que muchos jóvenes inmigrantes en situación ilegal traídos a Estados Unidos siendo niños no serán deportados y recibirán permisos de trabajo válidos por dos años.

La campaña del presidente fustigó a Romney por ignorar la oposición que había manifestado anteriormente al proyecto conocido como DREAM Act, una medida que habría permitido a algunos niños de inmigrantes en situación ilegal a permanecer legalmente en el país.

"Frente a un público de votantes republicanos en las primarias, calificó el DREAM Act como una 'dádiva' y prometió vetarla", recordó la vocera de Obama Lis Smith.

Quedó en claro que Romney no estaba ante un público predispuesto al hablar a varios centenares de dirigentes hispanos, particularmente cuando el candidato republicano atacó la reforma al sistema de salud del presidente.

"Si los empleos son su prioridad, deben deshacerse del ObamaCare (el sistema de salud de Obama)", dijo Romney, uno de esos lemas que suelen entusiasmar a sus públicos republicanos. Pero entre el público hispano el jueves, apenas hubo aplausos y por lo menos uno lo abucheó.

Romney se refirió a la nueva política de deportación de Obama, pero dejó algunos interrogantes.

"Algunos me han preguntado si dejaré en pie la orden ejecutiva del presidente", dijo Romney. "La respuesta es que pondré en práctica mi propia solución a largo plazo que reemplazará la medida temporal del presidente".

Obama ha despertado una ola de entusiasmo entre los hispanos por su decisión de permitir que cientos de miles de inmigrantes en situación ilegal permanezcan y trabajen en Estados Unidos. Según el plan de su gobierno, esos inmigrantes pueden evitar la deportación si demuestran que fueron traídos al país antes de cumplir los 16 años y tienen menos de 30, han estado en la nación al menos durante cinco años consecutivos, no tienen antecedentes delictivos y se graduaron en una secundaria estadounidense, obtuvieron un diploma de estudios generales o revistaron en las fuerzas armadas.

La nueva política podría favorecer entre 800.000 y 1.400.000 inmigrantes jóvenes, que son respectivamente los cálculos del gobierno y del Centro Hispano Pew.

Romney se había negado antes a decir si revocaría la medida en caso de ser elegido, pero ha decidido esgrimir como crítica principal el carácter provisional del plan de Obama. El republicano también ha hablado de las supuestas "promesas incumplidas" del presidente de imponer una reforma inmigratoria amplia durante su primer mandato.

"Pese a sus promesas, el presidente Obama no ha solucionado la reforma inmigratoria", afirmó. "Durante dos años, este presidente tuvo amplias mayorías en la Cámara de Representantes y el Senado, y tenía libertad para buscar toda política que quisiera. Pero no hizo nada para promover una solución permanente a nuestro deteriorado sistema inmigratorio. Nada. En cambio, no actuó hasta enfrentarse con una difícil reelección y para tratar de asegurarse vuestros votos".

Ambos bandos desarrollan estrategias agresivas para apelar a un sector demográfico que sin ser monolítico ha apoyado a los demócratas en las elecciones recientes.

Algunos republicanos temen —y los demócratas confían— que Obama podría capitalizar este momento para reforzar el dominio demócrata entre los hispanos en estas elecciones y en los próximos años, al igual que el presidente Lyndon Johnson conquistó el voto de los negros para los demócratas cuando promovió la Ley sobre Derechos Civiles en 1964.

Como de costumbre, Romney también se concentró en la economía. El ex gobernador de Massachusetts sostuvo que sus antecedentes financieros beneficiarían a todos los que han enfrentado dificultades durante el gobierno de Obama en los últimos años, entre ellos los hispanos.

En un discurso de 17 minutos, Romney afirmó que Obama da por sentado el voto hispano.

"He venido hoy con un mensaje muy sencillo: ustedes tienen una alternativa. Su voto debe ser respetado y su voz es ahora más importante que nunca", les dijo.



gilberto

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