Testimonios
Hay delincuencia desde que existe el hombre
José Manuel Rodríguez Solar
La historia de la delincuencia data de la existencia del hombre mismo. El de Caín fue el primer delito grave que se registro en la vida como un asesinato, el primer fratricidio, por el homicidio de su hermano Abel, con todas las agravantes: premeditación, alevosía y ventaja, y con toda la malicia, por motivos de envidia y egoísmo, como causa principal.
También, antes, con Adán y Eva se sienta el primer acto de desobediencia, nada menos que a Dios. Desobedecieron la única orden que Él les había dado, la única prohibición que tenían.
Así, la contaminación interior del hombre lo conduce a delinquir civil, penal o moralmente. Las semillas que se siembran desde la infancia y adolescencia, tarde o temprano dan el fruto conforme a la calidad y clase de educación que se sembró. Los padres y los maestros tienen en sus manos esta delicada función, y la conducta futura de sus hijos y alumnos son su responsabilidad.
Jesucristo trató el tema de la delincuencia en una de sus parábolas: "Lo que sale del hombre, eso sí lo hace impuro. Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre". San Marcos (7.20-23).
En todos, como humanos, existe cierto grado de delincuencia o desobedien¬cia, y en otros de ignorancia hacia las leyes, códigos o reglamentos. Es el riesgo que llevamos durante las distintas etapas de la vida. La fuerza moral de la sociedad mide el grado de delincuencia en la población, y se centra en individuos que violan las normas de convivencia y alteran la vida de la comunidad, y así, sin darnos cuenta somos manipulados y educados según ciertos hábitos, costumbres, consumos, deseos, etc. Los medios de comunicación son los canales "transmiso¬res" de los patrones que vamos a asumir -inconscientemente-. La educación -desde temprana edad-, es determinante para la formación anti-delictiva del individuo o pro-delictiva.
El médico italiano Cesar Lombroso, uno de los precursores de la criminología moderna, sustento la teoría aberrante de que "el criminal nace, no se hace, debido a rasgos físicos antropoides, de hombre primitivo..." concepto tal que durante varias generaciones ha sido la base de muchas formaciones universitarias especializadas en el derecho y la criminología.
Dentro de las páginas del antiguo, original y desaparecido periódico Excelsior, leí un artículo de Armando Alducin (1 de febrero de 1992) en el que hacia las siguientes consideraciones que me parecieron apropiadas para tenerlas en cuenta hoy.
Hay que considerar que el "delincuente nace y no se hace" es tanto como aceptar las mismas deformaciones que sembró Freud en sus alumnos y lectores. Al respecto, sobre los conceptos filosóficos erróneos que hemos heredado, se refiere el señor Alducin:
"La mayor parte de la gente, por ignorancia de las Sagradas Escrituras, no se ha dado cuenta de la sutileza y el engaño que se encuentra detrás de las filosofías de estos hombres, a los cuales el mundo considera y estima como grandes pensadores y benefactores de la humanidad. Estos cuatro filósofos son: Carlos Darwin (en el área de los 'orígenes'); Sigmund Freud (en el área de la 'mente'); Frederick Nietzsche (en el área del `espíritu'); Carlos Marx (en el área de la 'sociedad').
"Sigmund Freud (1856-1939), es llamado el padre del sicoanálisis, y a través de éste es la persona que más ha contribuido a quitar la responsabilidad del individuo y echársela a otros factores de su pasado". En este orden el señor Alducin, cita tres ejemplos: "Cuando el presidente John F. Kennedy fue asesinado, los periodistas le echaron la culpa a la ciudad de Dallas, Texas, en lugar de al verdadero asesino: Harvey Oswald; cuando Charles Whitman disparó sobre la gente desde una torre en Texas, armado de un rifle, muchos dijeron que la sociedad era la culpable; cuando un inmigrante jordano asesinó al senador Robert Kennedy, la televisión echó la culpa al pueblo estadounidense. La gente ya no se considera culpable de sus propias acciones, pues pretenden que sus problemas son `alogénicos' (causados por otros) en lugar de `autogénicos' (autocausados). En lugar de asumir su propia responsabilidad, le echan la culpa a la sociedad. El psicoanálisis freudiano trata de encontrar, a la vez, a través de un viaje al pasado, a los culpables que han causado el daño al paciente".
"Las teorías de Freud han influido grandemente también en el área de la educación, pues los padres y maestros han comenzado a experimentar el temor de castigar o corregir a sus hijos y alumnos por causa de que, si los eventos del pasado pueden afectar sicológicamente al niño, entonces podrían dañar sus vidas con métodos disciplinarios. Esta falsa suposición la podemos ver actualmente en el famoso método educacional llamado 'Montesori'. La Biblia ensena completa-mente lo contrario: Proverbios 13:24; 19:18; 22:15; 23:13, 14; 29:15.
"Freud enseñó que el `id' (sexualidad-agresión) no debería ser reprimido por el `superego' (la conciencia), para que la persona no experimentara senti¬mientos de culpabilidad. A través de esta falsa terapia se trata de hacer que la persona se sienta bien, eliminando la falsa culpabilidad. El terapeuta consigue esto tomando posición a favor del `id' y en contra del `superego'. Se debe debilitar y derrotar el `superego' para que deje de presentar sus intimidatorias demandas. Si el freudianismo es verdadero, las personas más inmorales deberían ser las más felices y saludables mentalmente, pero... ¡lo opuesto es la realidad! Este tipo de personas son, generalmente, las más infelices y las más afectadas de sus facultades mentales, pues son las que más irresponsablemente se comportan hacia Dios y hacia su prójimo."
Estos son los falsos pilares que forman parte de nuestro criterio y justifican nuestra manera de actuar, de ser, de juzgar, de educar... Que decepción ante tal descubrimiento: "que nuestras bases culturales son falsas y amorales". Tal es también el craso error de aquellos que piensan y opinan que "el alcoholismo es una enfermedad". A este respecto Alducin opina que "la sicología y la siquiatría son disciplinas descubiertas en el último siglo y las cuales han tratado de penetrar en la mente humana para poder explicar y tratar el comportamiento anormal del ser humano. Sin embargo, cualquier punto de vista sicológico o siquiátrico que califique o diagnostique como 'enfermedad' el alcoholismo, la drogadicción, la depresión, la neurosis, la psicosis o las atribuya a factores constitucionales o sociales es una herejía siquiátrica porque, jamás se debe eliminar la responsabilidad del pecador.
La Biblia enseña que el origen de todos estos problemas se encuentra en la depravación de la naturaleza caída del ser humano. La mayor parte de las personas que viven con problemas mentales severos, se deben a su propio fracaso para afrontar los problemas de la vida. Estas personas se encuen¬tran en estos estados por su incapacidad para perdonar y para cambiar su propio comportamiento pecaminoso. La 'sicoterapia' es solo un análisis para hallar en otros (los padres, la iglesia, la sociedad) la culpa. Sin embargo, el paciente sufre de una verdadera culpabilidad y no de un `sentimiento de culpabilidad' (falsa culpabilidad). Su problema no es emocional, sino de comportamiento; no es una víctima de su conciencia, sino su violador. Esta persona tendrá que dejar de culpar a otros y aceptar su propia responsabilidad a través de la confesión de sus pecados para poder ser sanado".
La sociología del mundo seguirá tratando con el ser humano de una forma superficial y nunca podrá ofrecerle ninguna ayuda, fuera de las pastillas tranquilizantes, pues el problema del ser humano no es mental, sino espiritual.
aranza