Atrocidades

ETA: simplemente aterrorizar

2007-09-08

Por fortuna, la explosión causada por una bomba aproximadamente de 80 a 100 kilos de...

Bernardo González Solano, Revista Siempre

El pasado viernes 24 de agosto, tras cuatro intentos fallidos y setenta días después de que el 5 de junio último oficialmente dio por liquidado su "alto al fuego", y a menos de 24 horas después de que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, advirtiera de la inminente posibilidad de otros actos de ETA, la banda terrorista cometió un poderoso atentado con una furgoneta-bomba contra el cuartel de la Guardia Civil de Durango, Vizcaya, ubicado al sur de Bilbao.

Por fortuna, la explosión causada por una bomba aproximadamente de 80 a 100 kilos de explosivos no causó muertos, aunque sí cuantiosos daños materiales en la sede de la "benemérita" (nombre popular de la Guardia Civil: GC). Sólo dos agentes, que se aproximaron a la Citroën C-15 que dos encapuchados habían abandonado poco antes frente al cuartel, sufrieron heridas leves. De no haber sido porque dos coches blindados de la GC estaban estacionados junto al edificio, la onda explosiva seguramente habría causado pérdidas mayores en las habitaciones de las diez familias (con cinco niños) que habitan en el cuartel. Los expertos dicen que la bomba estaba compuesta de amonal reforzado con pentrita, y saltó por los aires a las 3.15 de la madrugada.

Sin ser expertos en el tema, puede asegurarse que no existe la menor duda de que ETA quiso causar el viernes 24 en el cuartel de la GC de Durango, el mayor número de víctimas. Sólo el destino evitó que no hubiera muertos, no sólo entre los agentes, sino también entre la población civil. ETA buscaba muertos a toda costa y, además, con un golpe que reviviera los rasgos más típicos de su sangriento historial en el País Vasco y contra la GC que hace mucho tiempo dejó de ser "la caminera" de Federico García Lorca.

La ejecución del acto terrorista —analizan los especialistas— revela, además, otros aspectos no menos preocupantes. Bajo una realización aparentemente apresurada, el atentado tuvo, sin embargo, una cuidada planificación en la que los terroristas han contado con una infraestructura en Portugal —para lo que se necesita el tiempo que les dio el "cese al fuego" y el "proceso de paz" y el dinero que recaudaron a través de la extorsión del "impuesto revolucionario" exigiendo hasta 250 mil euros a empresarios y otros personajes vascos— y dos vehículos —el explotado y uno, al menos, para la huida—, demostrando una determinación criminal que les llevó a colocar el coche-bomba segundos antes de hacerlo estallar; con lo que esto implica de riesgo para los propios etarras. Hay quien opina que también estos etarras tienen mejor preparación y arrojo que muchos jóvenes que apenas comienzan su carrera terrorista.

Condena general

Casi todas las organizaciones políticas y el gobierno de España condenaron el atentado, excepto Acción Nacionalista Vasca. En efecto, la junta de portavoces de Durango —fabril ciudad en la que habitan alrededor de 30 mil personas— aprobó un comunicado de condena del atentado contra el cuartel de la GC de la localidad vizcaína, al que se adhirieron todos los grupos municipales a excepción de Acción Nacionalista Vasca. Aunque el gobierno socialista español, por medio de su vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, manifestó que la decisión de ANV no era suficiente para ilegalizarla, expresó la "determinación del gobierno para meter a los terroristas en la cárcel".

Los críticos del PP aseguran que la actitud de José Luis Rodríguez Zapatero ante los terroristas es muy clara: mirará hacia otra parte.

Por su parte, una socialista eurodiputada, Rosa Diez, que no hace piedra de molino con el titular de La Moncloa, dijo: "Es una ingenuidad pedir la condena del atentado a un partido como ANV, que forma parte de la propia banda terrorista. ¿Cómo se van condenar ellos mismos?".

Los investigadores creen que el atentado fue obra del comando Vizcaya, totalmente reorganizado tras su desarticulación en diciembre de 2006. El comando estaría compuesto por al menos dos liberados —etarras que ya purgaron penas de cárcel— y varios legales —de los que la policía aún no tiene información— y dos o tres grupos de ilegales con órdenes de actuar para ratificar su pertenencia a la banda.

ETA siempre se ha movido con facilidad en el Duranguesado, comarca del interior de la provincia de Vizcaya en la que coexisten una fuerte implantación del nacionalismo vasco y el peso de la inmigración desde otros puntos de España. Centro pujante por su industria de fundición y fabricación de herramienteas y de armas. El terrorismo etarra cíclicamente castiga estas tierras cebándose particularmente con la GC destacando Durango. Hasta diez atentados ha sufrido la GC en esa localidad, con el saldo de un agente muerto: Pedro Ballesteros, falleció al ser ametrallado por los etarras cuando circulaba en su coche acompañado por su esposa en 1988.

Pero el saldo sangriento de ETA en Durango no se limita a su obsesión contra la GC, pues en ese lugar ha asesinado a otras ocho personas, además del guardia Pedro Ballesteros. En 1978, ETA mató a Epifanio Benito Vidal, un obrero de la construcción, y en 1979 al policía municipal Pedro Ruiz. En 1980, la banda rubricó su historial más negro en la ciudad al segar las vidas del capitán de farmacia José María Urquizu, de los policías nacionales José Antonio Mercenario y Jesús Hernando Ortega, del comerciante Dámaso Sánchez, propietario de una relojería, y del policía nacional Sergio Pedrosa, concejal del Partido Popular en 2000.

El Duranguesado —al que pertenece Ermua, donde fue concejal el asesinado Miguel Angel Blanco Garrido— es una zona heterogénea, políticamente, aunque sobresale en ella el peso del nacionalismo tradicional, en la órbita del Partido Nacionalista Vasco.

Batasuna —el brazo político de ETA— se ha oxigenado en la últimas elecciones del 27 de mayo y se hizo de los ayuntamientos de Elorrio, Atxondo, Izurtza y Mallabia. Ese caldo de cultivo ha convertido a la comarca, como a otras de la "Vizcaya profunda", en cantera de terroristas. Natural de Durango es José Antonio López, alias Kubati, quien cinceló su mote en los anales de la banda por asesinar a la etarra disidente Dolores González Kataráin, (a) Yoyes, que de su refugio en México regresó a Ordizia para ser asesinada cuando caminaba con su hijo Akaitz. También nació en ese pueblo Gregorio Vicario Setién, coautor de los secuestros de Cosme Delclaux y José María Aldaya.

Recientemente fue detenida en Francia otra duranguense, Alaitz Areitio, implicada en el aparato de reclutamiento de la banda considerada responsable de la colocación de un coche-bomba en Madrid en 2005. Además ha sido relacionada con el montaje del explosivo de la terminal 4 en el aeropuerto de Barajas en diciembre último en donde murieron dos colombianos.

Por coincidencia, el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, visitó el viernes 24 de agosto varias partes del País Vasco Francés, donde recientemente Batasuna —que en Francia es legal— ha organizado mítines a favor de ETA y muchos actos de violencia callejera. Sin hacer referencia al atentado de Durango, Sarkozy dijo a las Fuerzas Armadas: "El orden consiste en luchar contra el terrorismo. Los terroristas no tienen derecho de morada en el territorio de la República Francesa".

ETA continuará aterrorizando. ¿Hasta cuándo?



AAG
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