A contracorriente, granja camaronícola de Nayarit, un caso de éxito

Silvia Arzate, El Periódico de México

La idea era tener una granja camaronícola, iniciar el sueño, pese a tener una situación limitada para echarla a andar, pero así empezó el proyecto hace cinco años y ahora es exitoso. Entonces no se contaba con la infraestructura adecuada sino con lo elemental. En 2004, la granja La Gloria en Nayarit  obtuvo 80 toneladas en su primer año de operaciones, y en 2008 logró una producción de 1,250 toneladas.

Es un caso de éxito que ha ido a contracorriente. Esta empresa de cultivo y comercialización de camarón, que ha enfrentado riesgos económicos, tecnológicos y de mercado se trazó, desde un inicio, la meta de inundar el mercado doméstico y foráneo.

El camarón que produce lo destina en 80% al mercado nacional y el resto a la exportación, principalmente Estados Unidos. Miguel Ángel Olguín Pineda señala que la firma opera en forma intensiva con el cultivo de camarón blanco, del cual se producen tallas que van desde los 10 gramos, que se comercializa en el estado, y de 35 gramos –de los más grandes que alcanza el camarón en cautiverio– para exportación

El ingeniero en Acuicultura del Instituto del Mar de Guaymas, Sonora, menciona que la firma empieza con un módulo de 41 hectáreas con estanques pequeños y con un sistema de producción semiintensivo.

En el primer ciclo obtuvieron 80 toneladas de camarón entero, para la segunda mitad de 2004, ya con energía eléctrica y equipos de aireación, incrementaron su producción a 280 toneladas de camarón y así han llegado hasta las 1,250 toneladas anuales.

La granja se localiza en el municipio de San Blas, Nayarit, y cuenta con un clima cálido y húmedo durante buena parte del año, lo que permite cultivar camarón durante diez meses del año. En la camaronícola La Gloria el desarrollo de nuevos proyectos biotecnológicos ha permitido establecer protocolos de operación más bioseguros.

Actualmente se realiza un proceso de preengorda conocido como "maternidad", que permite sembrar en estas unidades de producción la cantidad de poslarvas requeridas por la granja antes de ser transferidas a los estanques de engorda final, que permite adelantar los tiempos de siembra entre ciclo y ciclo, aprovechando con ello el periodo de cultivo.

"Nuestro protocolo de operación es más amigable con el medio ambiente, otro de los objetivos en el que nos hemos aplicado", asegura Miguel Ángel Olguín.

La empresa busca consolidar su posicionamiento en el mercado, no sólo en el eslabón de la producción primaria, sino incorporando valor agregado en el procesamiento de sus productos. Ello, mediante las presentaciones de camarón congelado enmarquetado, y congelado.

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