Educación

Universidades de clase mundial, un sueño caro y engañoso

2009-07-11

Llama la atención sobre que a pesar de las inversiones y esfuerzos es posible que los...

Diego Moctezuma, El Periódico de México

Las naciones que aspiran a crear "universidades de categoría internacional" para impulsar el crecimiento económico y competir en los mercados mundiales de la educación superior de alta calidad "pueden estar persiguiendo un mito que podría tardar años en materializarse, costarles centenares de millones de dólares en la construcción y el funcionamiento de las instituciones", indica un informe del Banco Mundial.

Llama la atención sobre que a pesar de las inversiones y esfuerzos es posible que los países no logren "producir los beneficios sociales y económicos que suelen asociarse a estos establecimientos de élite".
 
Los dos rankings más prestigiosos de universidades de categoría internacional, publicados anualmente por Times Higher Education (THES) y la Shanghai Jiao Tong University (SJTU), seleccionan respectivamente las mejores 200 y 500 universidades.

La mayoría de las universidades calificadas como de categoría internacional corresponde a un número muy pequeño de países, principalmente del hemisferio occidental. De hecho, la Universidad de Tokio es la única clasificada entre los primeros 20 lugares del ranking de la SJTU que no pertenece a Estados Unidos ni al Reino Unido.

Para los países en desarrollo que aspiran a crear universidades de categoría internacional, ésta es una clara señal de los desafíos que afrontan para lograr su objetivo.
 
El informe "El desafío de crear universidades de rango mundial" señala que los países que se apresuran en crear universidades internacionales de élite deben ponderar su decisión en el contexto de sus planes generales de desarrollo económico para el futuro, y determinar si pueden afrontar los enormes costos de crear y hacer funcionar esas instituciones sin desatender las necesidades del resto del sistema educativo nacional.

"Incluso en una economía mundial del conocimiento, donde todos los países industriales y en desarrollo compiten por obtener una tajada más grande en el ámbito económico, la promoción exagerada en torno a las instituciones de categoría internacional sobrepasa en exceso las necesidades educativas y el potencial de investigación de muchos de esos mismos países, especialmente en esta época de crisis económica mundial", dice Jamil Salmi, autor del texto.

"No existe una receta universal ni una fórmula mágica para hacer una universidad de categoría internacional, pero al parecer una regla fundamental es que el dinero por sí solo no le permite a nadie comprar un lugar codiciado en la lista anual de instituciones mundiales de élite", señala.

Salmi mencionó el caso de Brasil, la décima economía mundial en orden de importancia y el sexto mayor fabricante de automóviles, y sede de empresas de prestigio internacional tales como Embraer y Aracruz Celulose. Pese a su importancia económica, Brasil no tiene a ninguna universidad entre las 100 principales del mundo.

De la misma manera, las universidades de Francia y Alemania, países que tienen dos de las economías mundiales más sólidas y sofisticadas y que históricamente han tenido excelentes universidades, no ocupan lugares destacados en los rankings recientes.

En 2003, año en que se publicó el primer ranking de la SJTU, la mejor universidad francesa (Universidad de París VI) ocupó el 66 lugar, y la primera universidad alemana (Universidad de Munich) se ubicó en el puesto 49. En 2008, la mejor universidad francesa y la mejor de Alemania ocuparon el lugar 42 y 55, respectivamente.



EEM

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