Paquete económico impopular, recesivo y recaudatorio

Antonio Ortega, El Periódico de México

El gobierno de Felipe Calderón mandó un paquete recesivo y que golpee más la economía de los pobres, ya que su proyecto de presupuesto se apoya en los recortes y la creación de dos nuevos impuestos, que el secretario de Hacienda, Agustín Carstens, considera de "combate a la pobreza", y la oposición de izquierda, IVA disfrazado.

Desde una trinchera de la iniciativa privada, el presidente del Grupo Carso, Carlos Slim Domit, hizo una velada crítica al señalar que México superará la pobreza con la generación de empleos y no mediante programas asistencialistas o caritativos.

En la Cámara de Diputados el rechazo estalló casi de inmediato con el posicionamiento del grupo parlamentario del PT. El diputado Mario Di Costanzo aseguró que el paquete presupuestal mantiene la idea de gravar alimentos y medicinas, con un supuesto "impuesto antipobreza", por lo que todas las medidas del Ejecutivo van encaminadas a erosionar más el poder adquisitivo de los ciudadanos. Es injustificable gravar con 2% alimentos y medicinas, ya que la naturaleza de esta medida es "totalmente recaudatoria e impositiva", todo sin tocar "los paraísos fiscales" de empresarios. 

"Este paquete económico, por sus características y contenidos, tiene un claro carácter recesivo, inflacionario, que endeuda más al país y agiganta la brecha entre los trabajadores del campo y la clase privilegiada", afirmó el coordinador petista Pedro Vázquez.

Los perredistas Vidal Llerenas Morales, Armando Ríos Piter y Ramón Jiménez López indicaron que su grupo parlamentario rechazará la idea de disfrazar impuestos que pretende afectar a los que menos tienen. Es "una manera de gravar alimentos y medicinas porque este impuesto empieza sólo en producción y puede ser acreditable en el IVA, entonces los que no tienen IVA ahorita como los son alimentos y medicinas pues no van a poder acreditar ese impuesto y entonces será el consumidor final quien lo pague", dijo Llerenas.

El paquete económico del gobierno propone la creación de un impuesto de 2% al consumo -incluye alimentos y medicinas- y otro de 4% a telecomunicaciones, así como el incremento del Impuesto Sobre la Renta, de 28% a 30%, y un aumento en el gravamen a tabaco, cerveza y sorteos. Todo para transformar a México y enfrentar la "gravedad de las circunstancias".

Entre las medidas de austeridad decretó la desaparición de tres secretarías: Turismo, Reforma Agraria y Función Pública. Incluye la reducción de altos mandos y el congelamiento de sueldos, así como recorte a recursos de embajadas y delegaciones federales en los estados, y viáticos, gastos de representación, consultorías y asesorías de los funcionarios.

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