Turismo

Quito quiere convertirse en un museo viviente

2010-11-17

Quito, (EFE).- Quito, la primera ciudad en ser declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, quiere ser un museo viviente, donde la rutina diaria sea el "valor agregado" que atraiga la mirada de los turistas y el corazón de los ecuatorianos.

Y es que el municipio ha constatado que al turismo de las visitas a grandes monumentos y recorridos por hermosas y coloniales calles le faltaba el "calorcito" de la cotidianidad: de las comidas, de los juegos, de las tradiciones, de las conversaciones, de la gente.

Es decir, cuando al turismo no solamente se lo trata como una actividad para mostrar "algo frío", sino que se le involucra a la gente, lo que le da "un valor agregado enorme y la gente se lleva un criterio mucho más rico", dijo a Efe Luz Elena Coloma, gerente de la empresa municipal Quito Turismo.

Por ello, han decidido aproximar a los turistas "a lo que sucede de verdad en la ciudad", ponerles en contacto con alguna festividad popular, invitarlos a participar en juegos tradicionales, a familiarizarse con procesos de restauración, entre otros.

El turista está cada vez más informado, por ello hay que sorprenderlos "con historias vivas" y, por ejemplo, tras un paseo por una iglesia, llevarlo a que conozca a la "señora que hace las velas de verdad, que están en las iglesias de verdad, donde está la gente de verdad", afirmó Coloma.

"Eso que a veces escondíamos antes, para mostrar así sólo lo más bonito, es ahora más parte de la oferta turística", dijo, aunque no puede ser tampoco algo improvisado, comentó Coloma, al recordar que en el tradicional barrio de San Toque, los vecinos se organizaron y formaron los "guardianes del patrimonio".

"Entendieron que lo que hacían era valioso y puede ser parte de la oferta turística. Conocieron el entorno en el que están y entendieron el valor", dijo, al lamentar que el habitante del centro histórico aún "no sabe dónde está" y que hay una relación distante de la gente del norte de Quito con la del centro.

"Somos lo que somos y hay que encontrar el valor en lo que somos y en lo que hacemos para mostrarlo con orgullo", aseguró, al referirse a Quito como "una ciudad de luz, de Dios, con mucha potencia".

El director ejecutivo del Fondo de Salvamento (Fonsal), Guido Díaz, encargado del cuidado del patrimonio, comentó que se requiere de una "vigilancia constante y permanente" para que se mantengan los proyectos de recuperación que ahora se han extendido, incluso a zonas rurales.

"El patrimonio está en todos los lugares", aseguró Díaz, para quien no sólo interesa el tema físico sino, fundamentalmente, el "intangible" que es "la vida cotidiana, a través de lo que se construye el patrimonio todos los días".

En una reunión con la prensa en la emblemática sala capitular del convento San Agustín, donde en 1809 se firmó el acta de la independencia de lo que hoy es Ecuador, Díaz dijo que ha propuesto al municipio que considere como área patrimonial central a unas 4,000 hectáreas de la ciudad, que incluye montañas y quebradas, entre otros.

Pero ello no puede ser un esfuerzo netamente municipal, se busca ayuda en el exterior, en la empresa privada pero principalmente ahora se apela a la sensibilidad ciudadana porque no quieren que Quito, con sus más de dos millones de habitantes, sea un "mausoleo sino un museo", dijo Díaz.

Buscan que los quiteños se apropien de su ciudad y que, localismos aparte, los ecuatorianos en general se apropien de Quito, que lo conozcan, que lo descubran o lo redescubran y se involucren.

"Nuestra ciudad es viva, toda la cotidianidad que pasa en la Plaza Grande, en todas las plazas, eso es parte del patrimonio de la ciudad", dijo Díaz a Efe.

El centro histórico de Quito es considerado el más grande, el menos alterado y el mejor conservado de América, algo que le debe a la pobreza y a un terremoto, a criterio de Díaz.

El auge de las transformaciones de ciudades en América se produjo entre las décadas de 1940 y 1950, y las urbes cambiaron, pues la idea del "urbanismo moderno" era hacer grandes avenidas que atraviesan las ciudades, recordó.

"Quito no tuvo plata (dinero) para hacer eso, entonces no se arrasó", es decir, "nos quedamos tal cual porque fuimos pobres y luego porque nos cayó un terremoto que nos dio la plata", pues la destrucción de la mayor parte de las iglesias del centro obligó a la creación del Fonsal y la asignación de recursos para la restauración.



KC
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