Reportajes

¿Sigue siendo justo el mercado bursátil?

2011-06-15

Los reguladores impusieron rápidamente dos amplias restricciones a las bolsas que venden...

Por JACK HOUGH, Dow Jones Newswires

Los alguna vez ruidosos recintos de las bolsas de Chicago y Nueva York cada día están más silenciosos. La acción real ahora tiene lugar en distantes suburbios como Mahwah, Nueva Jersey, y Aurora, Illinois. Allí, en edificios que tienen el doble de tamaño de un hipermercado de Wal-Mart con subestaciones de electricidad que podrían iluminar pequeñas ciudades, NYSE Euronext y CME Group, las corporaciones que controlan la Bolsa de Nueva York y la Bolsa Mercantil de Chicago, permiten a los usuarios alquilar el equivalente moderno al espacio donde se gritaban las ofertas: espacio en servidores a metros de las máquinas que emparejan las órdenes de compra con las de venta.

Incluso centímetros son importantes para esos clientes, tanto así que los cables entre los servidores son uniformes en cuanto a su largo para asegurar que la información no llegue a un inquilino antes que a otro. Para las firmas de corretaje de alta frecuencia que utilizan computadoras personales potentes para hacer aparecer y desaparecer posiciones en fracciones de segundos, la así llamada "colocación" es una costosa necesidad. Eso se debe a que los tiempos de corretaje se están acercando a la velocidad de la luz, y la única forma de hacer que la luz llegue a su destino más rápido es acortar el viaje. CME Group, cuyo centro en Aurora está alquilado en 80% y que comenzará a funcionar en línea a comienzos del próximo año, está cobrando alrededor de US$17.000 mensuales por espacio en el servidor, casi seis veces más que el precio de los centros de datos comparables cercanos, según una fuente al tanto.

Para algunos, la colocación provee a las empresas de bolsillos profundos una forma de comprar una ventaja injusta. "Cuando las bolsas eran propiedad de sus miembros, cuidaban de los inversionistas comunes, pero ahora que han adoptado un modelo con fines de lucro se están ocupando de sus grandes clientes", dice el inversionista institucional Joe Saluzzi de Themis Trading. "Han encontrado una forma de ganar dinero haciendo nada", considera.

Las bolsas dicen exactamente lo contrario, que están haciendo que las cosas sean más justas. Si no controlaran el espacio de los servidores, alguien más lo haría, dice Joe Mecane, vicepresidente ejecutivo de NYSE Euronext. "Entonces venderían espacio al mayor postor. Pasaría de ser una parte regulada del mercado a ser el Lejano Oeste".

Los reguladores impusieron rápidamente dos amplias restricciones a las bolsas que venden servicios de colocación. Los precios deben ser razonables y uniformes y los servicios deben estar disponibles para cualquiera que los quiera. Esa es la razón de los centros de datos gigantes con mucho espacio para quien quiera pagar el alquiler.

Aun si el acceso a tanta velocidad es justo, todavía podría ser dañino. El "flash crash" de mayo de 2010, durante el cual el Promedio Industrial Dow Jones se hundió 900 puntos y se recuperó en minutos, llevó a la Comisión de Bolsa y Valores y a la Comisión de Corretaje de Futuros de Commodities a concluir en un informe conjunto que la operativa computarizada de alta velocidad proporciona una falsa liquidez que puede desaparecer cuando los inversionistas más necesitan su apoyo, como durante los momentos de estrés del mercado.

El corretaje de alta velocidad ahora representa más de tres cuartas parte del volumen de la bolsa, según algunos cálculos. Sus defensores dicen que la práctica crea liquidez para el mercado, pero no está claro cuáles son las ventajas de eso para los inversionistas comunes, ya que los operadores de alta velocidad tienden a concentrarse en las acciones más líquidas.

El profesor de Yale Frank Zhang estudió datos desde 1985 a 2009 y encontró que el fuerte incremento en este tipo de corretaje trajo algunos efectos preocupantes. Como resultado, las acciones con los mayores aumentos en la operativa de alta frecuencia se volvieron significativamente más volátiles. La práctica también "lleva a oscilaciones más pronunciadas en los precios por cosas como las noticias de ganancias", dice Zhang. "Al final, los efectos se revierten. Esa desconexión con los fundamentos hace que los inversionistas comunes tengan más probabilidades de perder dinero y que se beneficien los corredores de alta velocidad", considera.

Podría parecer como que estas empresas están recogiendo ganancias fáciles pero, irónicamente, el incremento extremo en la velocidad significa que esta "fiebre del oro" se está ralentizando. Las empresas han llegado al límite físico y financiero de su capacidad de pagar por operaciones más rápidas y lo que queda es un puñado de jugadores que han establecido su supremacía, dice Paul Rowady, analista de Tabb Group, una firma de investigación que provee servicios a clientes de mercados financieros. El resto tiene un par de opciones. Pueden irse a un mercado menos desarrollado en el cual los recién llegados todavía pueden obtener ganancias lucrativas provenientes de la velocidad, como Singapur, o pueden cambiar sus estrategias por otras que no dependan tanto de la velocidad.

Eso no quiere decir que haya que esperar para obtener dividendos, dice Rowady, pero podría implicar tener acciones durante minutos en lugar de milisegundos. ¿Quién dijo que "comprar y retener" es un concepto que está muerto?.



EEM

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