Reportajes

Tommy Hilfiger estiliza su pinta de niño bien

2011-06-18

En una de las relaciones más inusuales en la industria de la moda, Hilfiger ha contratado a...

 Ray A. Smith, Dow Jones Newswires


Una tarde reciente, Tommy Hilfiger estaba en su oficina vestido con su distintivo uniforme de primavera: blazer azul, camisa blanca, pantalones color crema y mocasines sin medias. Pero ahora había una diferencia crucial. Ya no llevaba un blazer grande, cruzado, de estilo de capitán de yate con botones metálicos y amplios caquis con prenses.

El cambio refleja una transformación en su compañía. Sus recientes colecciones en pasarelas son más estilizadas y urbanas que en el pasado. Hilfiger da crédito a los "especialistas" a quienes ha recurrido para rejuvenecer sus colecciones de pasarelas para mujeres y hombres.

En una de las relaciones más inusuales en la industria de la moda, Hilfiger ha contratado a dos diseñadores más jóvenes, altamente aclamados por la crítica, Peter Som y Simon Spurr, como consultores creativos.

"Es mi fórmula, mi visión", dice Hilfiger. "Pero quería que viniera alguien que la respetara y tal vez quisiera modernizarla un poco".

Las contrataciones de Som y Spurr son parte del intento más amplio de Hilfiger por renovar la imagen de su marca de 26 años en Estados Unidos, particularmente entre los consumidores de lujo.

Los compradores en el sector de alta categoría están advirtiéndolo. Las duck boots, unas botas altas de cuero con cordón y punta de caucho, que Som concibió en colaboración con Hilfiger el año pasado, resultaron ser uno de los productos de la marca más comentados y con mayor demanda en varios años. Los precios al por menor de la marca han aumentado aproximadamente 15% en los últimos dos años, mientras que las ventas netas para los productos de la compañía subieron 14,5% en 2010.

Los críticos también están notándolo. Tommy Hilfiger obtuvo las reseñas más entusiastas en varios años desde la contratación de los dos diseñadores nuevos. En las críticas se señaló que las prendas para mujeres "se sentían lujosas y sofisticadas en una forma nueva" y que la línea para hombres puede haber representado su mejor interpretación hasta la fecha del concepto preppy, el estilo que trata de emular la elegancia estudiantil de un colegio de alta alcurnia.

Con su estética preppy popular y colorida, Tommy Hilfiger fue una de las marcas estadounidenses más sonadas en la década de los 90. En su apogeo, la compañía, adquirida el año pasado por el gigante textil Phillips-Van Heusen Corp., generaba casi US$2.000 millones en ventas anuales en EE.UU. Pero la exposición excesiva y el cambio en el gusto de los consumidores causaron una merma considerable de su popularidad en ese país. Sus prendas predominantes en rojo, blanco y azul, con un amplio despliegue de su logo, eran vistas como pasadas de moda. La marca ha permanecido popular en otras partes del mundo, donde tiene una reputación de ser un producto de lujo. En 2005, Tommy hizo una pausa de dos años en las pasarelas de la semana de la moda en Nueva York mientras se reposicionaba en EE.UU.

Hilfiger dice que está animando a los diseñadores a plantear interpretaciones modernas de sus diseños distintivos.

Ambos viajaron a fines de 2009 a la casa de Hilfiger en Greenwich, Connecticut. Repasaron el armario de Hilfiger y el de su esposa, Dee. "Hablamos de cómo cuando Dee iba a la universidad usaba las duck boots todo el tiempo, por lo que pensé que sería divertido tomar las icónicas botas y transformarlas en algo sexy", dice Som.

El resultado: botas de estilo patito con tacón alto. "Ha sido uno de los productos más exitosos que hemos tenido", dice Hilfiger.

El empresario contrató a Som después de buscar el consejo de la editora de la revista Vogue, Anna Wintour, acerca de cómo realzar su colección de pasarela para mujeres. Cuando estaba buscando una modernización similar para la colección para hombres, Hilfiger nuevamente acudió a Wintour, quien le sugirió Spurr como una posibilidad. Wintour, por medio de un portavoz, confirmó el relato de Hilfiger.

Aunque varios diseñadores trabajan para ellos mismos como también para otras marcas, el papel de Som y Spurr con Tommy Hilfiger es inusual. Típicamente, cuando un diseñador con su propia línea hace trabajo adicional para una marca grande, el fundador de ésta ha muerto o ya está desvinculado de la firma. Hilfiger, de 60 años, está muy activo y aún retiene los títulos de visionario y diseñador principal.

Y Hilfiger no ha ocultado su relación empresarial con los diseñadores como suelen hacer grandes casas de modas. Som y Spurr estaban detrás de escena —y se les agradeció en los programas— durante los desfiles masculino y femenino en la semana de la moda de Nueva York en febrero.

Hilfiger dice que ve la contratación como una manera de ayudar a dos diseñadores talentosos y trabajadores.

El proceso suele comenzar con reuniones de Hilfiger con cada diseñador para presentar el concepto de la próxima colección. Intercambian ideas, revisando colecciones previas e imágenes que los inspiran.

"Estoy allí pero les doy espacio", dice Hilfiger. "Si quieren probar algo diferente, estoy completamente de acuerdo porque me gusta la innovación y quiero ver que harán sin Papá". Tras concluir pruebas con las muestras en Italia, Som y Spurr las presentan a Hilfiger en Nueva York para que las revise. Coordinan con el estilista de la marca, Karl Templer. Sólo Hilfiger decide qué sale a la pasarela.



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