Turismo

Ofertas Túnez y Egipto post-revuelta tientan a turistas

2011-06-26

Cuatro meses después de la revuelta popular que derrocó al gobernante de...

Por Sylvia Westall y Isabel Coles, Reuters

TUNEZ/EL CAIRO (Reuters) - Los tanques aparcados junto al Ministerio de Turismo de Túnez y al principal mercado de la capital posiblemente no son lo que los agentes de viaje tenían en mente al momento de tentar a los turistas para que regresen a la nación del norte de Africa.

Cuatro meses después de la revuelta popular que derrocó al gobernante de Túnez, el país está tratando de recuperar la estabilidad, elegir un nuevo Gobierno y reconstruir su economía enfocándose en el turismo, el mayor empleador de la nación luego de la agricultura.

Pero dado que las visitas de extranjeros cayeron en un 50 por ciento al inicio del verano boreal, el Túnez post-revuelta no está recibiendo el respaldo que necesita de Europa, en especial el flujo habitual de miles de turistas de Francia, España y Alemania.

"Los tunecinos se sienten muy decepcionados porque fueron los primeros en comenzar el levantamiento por la democracia y ahora han sido olvidados", dijo la coordinadora de tours Can Deniz, mientras paseaba por las estrechas calles del pueblo Sidi Bou Said.

Deniz está con el único grupo de extranjeros en el pueblo, que usualmente atrae a miles de turistas al día por sus hermosas vistas de la Bahía de Túnez, mirando hacia casas blancas y azules y al concurrido mercado.

Sin embargo, las personas con las que recorre el mercado no son turistas sino otros guías. Ellos están realizando un viaje auspiciado por la junta de turismo de Túnez y una aerolínea local en un intento por mostrar que el país es seguro y que vale la pena ofrecerles a los clientes regresar.

El turismo usualmente contribuye con entre un 6 y 7 por ciento del PIB y el sector es un importante proveedor de empleo temporal en Túnez, donde el 14 por ciento de la población está desempleada, uno de los mayores factores tras la revuelta.

Deniz dijo que los agentes atraían a parejas con programas de alta categoría comprados a último momento a precio de descuento, como una semana en un hotel cinco estrellas en la costa por 200 libras esterlinas (322 dólares), es decir, la mitad de precio.

"La gente está sintiéndose atraída por el precio más que por cualquier interés real en el país", afirmó Deniz.

Puede que las visitas hayan caído a la mitad, pero algunos todavía siguen viajando al país - hubo 252,000 arribos en marzo- pese a la presencia militar, a los toques de queda, huelgas de taxis que cortan la mayor carretera hacia el aeropuerto y la guerra en Libia al otro lado de la frontera.

En el Museo Bardo de la capital, hogar de mosaicos y estatuas romanas, el banquero parisino Francois-Xavier Marchand, de 26 años, se toma unos días para explorar Túnez antes de unas reuniones laborales.

"Mi compañía tiene una oficina en Túnez, de modo que conozco personas aquí y me asesoré antes de viajar. No estoy asustado pero es justo decir que no tengo pensado ir a pasear por el centro", dijo Marchand, admitiendo que no habría viajado de no ser por motivos laborales.

A una hora de auto de la ciudad costera de Hammamet, los gerentes de hoteles llenan las habitaciones reduciendo los precios en entre un 20 y un 30 por ciento.

En el lujoso hotel El Mouradi, donde la tasa de ocupación llega a la mitad que sus niveles normales en mayo, es posible ver buscadores de ofertas y viajeros experimentados relajándose bajo sombrillas junto a la piscina.

"Hay evidencia de que la gente está asustada", dijo el francés Alain Barret, haciendo un gesto hacia la piscina y reposeras vacías alrededor suyo y al lado de su esposa.

"Después de todos los esfuerzos que han hecho los tunecinos, ahora la gente está preocupada por la proximidad con Libia. Una terrible tristeza ha bajado a este lugar", sostuvo.

Pero la pareja dice sentirse lo suficientemente lejos de los problemas de Túnez para pasarla bien, aunque los comerciantes son más agresivos cuando compiten por clientes.

NO IMPORTA LA REVOLUCION

En Egipto, donde manifestantes inspirados en los tunecinos derrocaron Hosni Mubarak en febrero, el número de visitas cayó en un 60 por ciento al mes siguiente, ubicándose en 535,000 arribos, en comparación a los 1,3 millones de igual periodo del año anterior.

En particular, los rusos dejaron de viajar a la nación.

No obstante, algunos operadores turísticos creen que Egipto se recuperará más rápido que Túnez gracias a su clima más predecible y a sus importantes atracciones, como las pirámides.

Hace sólo tres meses, la Plaza Tahrir era el epicentro de las protestas que hicieron caer a Mubarak -apodado el faraón moderno por muchos egipcios-, pero para los turistas que pasean ahora por la plaza, esos memorables acontecimientos no son realmente un atractivo.

"La revolución no ha sido algo muy importante para nosotros, más que por el hecho que nos ha permitido conseguir muy buenos precios en todos lados", dijo la mochilera británica Tina Winn, de 31 años, quien pudo hospedarse en hoteles cuatro estrellas a precios de hostal.

"Para nosotros El Cairo se trató de las pirámides y de hacer compras", añadió.

El turismo es la principal fuente de divisas extranjeras de Egipto y genera más de un 10 por ciento del PIB. Al igual que en Túnez, es una gran fuente de empleo, proporcionando uno de cada ocho puestos de trabajo en un país también asediado por el alto desempleo.

En los angostos callejones del mercado Khan el-Khalili, Khaled Mahmoud, de 31 años, vende indumentaria para la danza del vientre con lentejuelas. Afirmó que la revolución sacudió su negocio y que estaba luchando por llegar a fin de mes.

Solía ganar unas 40,000 libras egipcias (6.720 dólares) al mes antes de la revuelta. Ahora con suerte reúne 2,000 libras.

Tomando un traje bordado, dijo que solía venderlo a 350 libras egipcias, pero ahora está dispuesto a dejarlo ir por 250 libras, a fin de quedarse con una magra ganancia.

Los turistas llevados en autobús desde el centro turístico de Sharm el-Sheikh para una excursión por el día a El Cairo eran mayormente indiferentes a la revolución. Muchos habían reservado sus viajes antes del conflicto, aunque algunos se habían lanzado a la oportunidad de los precios de descuento.

"Estamos de luna de miel, así que quisimos ir a algún lugar que fuese cálido en este momento del año", dijo Steve Collins, añadiendo que él y su esposa se sentían completamente a salvo, luego de haber revisado las advertencias del Gobierno antes de reservar su viaje.



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