Internacional - Población

Movimiento de Zelaya marcha en apoyo de ocupación

2012-04-20

Alegría declaró que

ALBERTO ARCE, AP

TEGUCIGALPA (AP) — Miles de partidarios de Libre, el movimiento de resistencia al golpe de estado que derrocó en 2009 al presidente Manuel Zelaya, recorrieron el jueves las calles de Tegucigalpa y se concentraron ante el Congreso Nacional mientras sus líderes presentaban un pliego de peticiones que incluye la entrega a campesinos de tierras ocupadas en diversos departamentos de Honduras.

En la marcha, junto al ex presidente Zelaya, ahora coordinador general de Libre, permaneció en todo momento Rafael Alegría, coordinador de Vía Campesina, la organización internacional que agrupa a los sindicatos locales que el miércoles llevaron a cabo las ocupaciones.

Alegría declaró que "ha comenzado un levantamiento campesino en Honduras" motivado "por el hambre y la exclusión política del 40% de la población rural que vive en la extrema pobreza".

Al final de la reunión en el Congreso Nacional, que se celebró a puerta cerrada, Alegría anunció que "en dos semanas se creará una mesa de debate agrario con la que esperamos que se garantice el acceso a la tierra de los campesinos y la soberanía alimentaria del país", amenazada según él "por un modelo agrícola dominado por terratenientes y capital transnacional, especialmente empresas azucareras y de palma africana".

El coordinador de Vía Campesina también anunció que el viernes serán recibidos por el presidente Porfirio Lobo.

Zelaya, que presidió la manifestación, dijo a The Associated Press que las tomas de tierras realizadas el miércoles "son demandas justas, postergadas por demasiado tiempo". También matizó que la toma de tierra "no es una acción de Libre sino acciones autónomas del movimiento campesino, producto de sus dinámicas internas" y explicó que "nosotros las apoyamos como parte de una transformación para el país".

Alegría coincidió con Zelaya en que "no es Libre quien organiza a los campesinos, pero sin lugar a dudas muchos de nosotros pertenecemos a Libre y a la resistencia, que apoya las demandas campesinas al 100%".

La madrugada del miércoles, un movimiento coordinado y simultáneo de 3000 familias campesinas ocupó más de 12,000 hectáreas de tierra cultivable en los cuatro puntos cardinales de Honduras: Cortés y Yoro al norte, Santa Bárbara e Intibucá al oeste, Choluteca al sur y Comayagua y Francisco Morazán en el centro.

Sólo una de las fincas, situada en el departamento norteño de Cortés, fue desalojada por las fuerzas de seguridad. El jueves se mantenían ocupadas por lo menos 7,000 hectáreas de tierra por 1.500 familias.

Los campesinos alegan que se trata de tierras abandonadas o que fueron vendidas de manera ilegal a quienes ejercen como propietarios.

La ocupación de tierras se produce en medio de una escalada de violencia en el Valle del Bajo Aguán, centro del conflicto agrario hondureño, donde han muerto en una semana seis personas en hechos violentos y la cifra de fallecidos aumenta a 55 en los dos últimos años, entre campesinos, guardias de seguridad de las fincas y militares.

Cesar Ham, ministro director del Instituto Nacional Agrario ha culpado a Libre de estar manipulando a los movimientos campesinos para favorecer sus intereses políticos.

El movimiento demanda una reforma agraria en uno de los países con la distribución de la renta menos equitativa del continente americano.

De acuerdo con cifras de Naciones Unidas, 53% de la población hondureña vive en el medio rural y según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 72% de los hogares rurales hondureños son pobres.

El Plan de Naciones Unidas para el Desarrollo realizó un estudio en 2006 en el que señalaba que el promedio de ingresos del medio rural ascendía a 586 lempiras mensuales por persona (unos 30 dólares) mientras el salario mínimo del país es de 6,000 lempiras (unos 300 dólares al mes).

Además, en Honduras hay al menos 300,000 campesinos sin tierra, según señaló Honorina Rodríguez, portavoz del Instituto Nacional Agrario.

Rodríguez, que se mostró contraria a la toma de tierras, reconoció que el principal problema del campo hondureño es la "concentración de la tierra y la legalidad de sus títulos de propiedad".

Añadió que "hay muchos campesinos que no tienen tierra y tienen el derecho a tenerla" pero "hay que cumplir la ley" y se mostró contraria "a incentivar que los campesinos se metan en tierra con títulos de propiedad que nunca va a poder ser suya".

"Primero hay que investigar el título de propiedad y lo que no esté registrado o esté registrado por fuera de la ley puede ser expropiado y entregado", aseguró Rodríguez.

También reconoció que el principal problema que afrontan como institución es que el último catastro del país data de hace 25 años y "sabemos que muchos propietarios actuales no la han comprado nunca y están violando la ley" pero "no podemos demostrarlo sin un catastro y a casi nadie le interesa que lo realicemos".

Gilberto Ríos, quien fue responsable de planificación del Instituto Nacional Agrario en la década de 1970 y actualmente es secretario ejecutivo de una federación internacional de organizaciones en defensa del derecho a la alimentación, explica que en Honduras "siempre se ha calificado a los defensores de la reforma agraria de comunistas".

La presidenta del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, Aline Flores, condenó las tomas de propiedades por parte de campesinos. "Ejercer la violencia e invadir la propiedad privada no es la solución de nada", dijo. "Al ministerio Público no debe temblarle la mano a la hora de aplicar la ley", añadió.

Las organizaciones empresariales y la prensa local han coincidido en calificar al movimiento de ocupación de tierras como "anarquista" y "desestabilizador".

Gilberto Ríos, por su parte, percibe que "la desesperación está llevando a un resurgir de la actividad campesina".



ROW

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