Internacional - Población

Paro de choferes desnuda pugna entre oficialismo y oposición en Bolivia

2012-05-08

Alanoca insinuó una tolerancia de parte del gobierno central hacia los huelguistas con la...

Raúl Burgoa / AFP

Un contundente paro de dos días del transporte público contra una ley municipal de tránsito urbano puso en evidencia las interminables fricciones del gobierno del presidente Evo Morales con una débil oposición de centroizquierda atrincherada en la alcaldía de La Paz.

La huelga afecta por igual a las ciudades vecinas de La Paz y El Alto, que juntas congregan a una población cercana a los 2 millones de habitantes y están emplazadas entre los 3.600 y 3.800 m de altitud sobre el nivel del mar.

La alcaldía de La Paz está dirigida por Luis Revilla, dirigente del opositor Movimiento Sin Miedo (MSM), cuyo líder centroizquierdista Juan del Granado, ex aliado del presidente Morales, se ha convertido en el peor dolor de cabeza del mandatario con permanentes cuestionamientos sobre el manejo del Estado.

En medio de las protestas contra la ley municipal que intenta regular rutas, paradas y horarios de servicio del transporte en La Paz, de un millón de habitantes, subyace "también una actitud política", según Arturo Quispe, presidente de la Federación de Juntas de Vecinos (FEJUVE).

"No nos olvidemos que tienen los transportistas una buena bancada" en el Congreso bicameral próxima al Movimiento al Socialismo (MAS), del presidente Evo Morales, dijo Julio Alanoca, vicepresidente de la FEJUVE-La Paz. "Hay una bancada importante que apoya al transporte, son 9 parlamentarios", precisó.

Alanoca insinuó una tolerancia de parte del gobierno central hacia los huelguistas con la intención de perjudicar al MSM.

Por este vínculo, "parece sospechosa la actitud de la policía nacional", que virtualmente desapareció de las calles de La Paz y permaneció acuartelada, mientras los choferes impedían con sus vehículos estacionados día y noche en las calles el derecho al libre tránsito, destacó Alanoca.

Durante la huelga, los choferes lanzaron piedras contra coches particulares, azotaron a sus propios colegas disidentes, bebieron en las calles y cometieron otras infracciones, según constataron periodistas de la AFP e imágenes de la televisión.

El ministro de Gobierno (Interior), Carlos Romero, denunció por su parte que "el Movimiento Sin Miedo está provocando un conflicto que está castigando a toda la población de La Paz y El Alto y no dan una mínima señal de diálogo".

El líder del MSM, Del Granado, es considerado seguro candidato a la presidencia en las elecciones generales de 2014. El otro adversario de Morales es el centroderechista Samuel Doria Medina, un próspero empresario del cemento.

Luego del paro de los choferes, la COB, la mayor central sindical de trabajadores, cumplirá desde el miércoles una huelga de 72 horas en demanda de mejoras salariales y en apoyo a los médicos, que mantienen una huelga de más de un mes en rechazo a la ampliación de su jornada laboral de seis a ocho horas.

Esta escalada de protestas sociales obedece, según las autoridades, a una acción premeditada que pretende desestabilizar al gobierno.

"Hay una mano negra en las protestas callejeras. Existe un plan de desgaste (del Gobierno), sin importar el precio que debe pagar la sociedad", sostuvo días atrás el viceministro de Régimen Interior, Jorge Pérez.

Según el analista independiente Carlos Toranzo, "desde el gasolinazo (en que Morales tuvo que dar marcha atrás a un aumento del 83% en los precios de los carburantes, en 2010) el gobierno y el Presidente ya no son dueños de los movimientos sociales, son sus prisioneros".

Ellos "empujaron la pedagogía de las calles, crearon demasiadas expectativas en la gente. Ahora todo se les vuelve en contra", dijo a la AFP.

Sin embargo, como "son conflictos localizados, parece que no afectan la estabilidad del régimen, en especial porque no hay oposición política, la oposición es sólo social. Pero, afectan la gobernabilidad y demuestran la ineficacia administrativa del Gobierno", añadió.

En opinión del politólogo Gonzalo Rojas, coordinador del postgrado en Ciencias en Desarrollo de la Universidad estatal de La Paz, hay una "ausencia de una oposición articulada que pueda capitalizar el desgaste del gobierno" frente a una ola de conflictividad en el país.

Los choferes del transporte público bloquean la carretera de El Alto-La Paz durante la huelga de transporte de 48 horas el 8 de mayo de 2012. Un contundente paro de dos días del transporte público contra una ley municipal de tránsito urbano puso en evidencia las interminables fricciones del gobierno del presidente Evo Morales con una débil oposición de centroizquierda atrincherada en la alcaldía de La Paz.



KC
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