Internacional - Población

Ejército busca sofocar enfrentamientos en oeste de Libia

2012-06-17

TRIPOLI (Reuters) - El Gobierno libio envió tropas al oeste del país para poner fin a seis días de enfrentamientos entre milicias rivales, en el último signo de inestabilidad surgido ocho meses después del derrocamiento de Muammar Gaddafi.

Intentando imponer su autoridad en un dividido país, los nuevos líderes libios llamaron el sábado a concretar un alto el fuego inmediato en los combates al sur de la capital, que han dejado un saldo de al menos 14 muertos y 89 heridos.

En los combates se han enfrentado milicianos de la ciudad de Zintan, que jugaron un papel central en el derrocamiento de Gaddafi el año pasado, contra miembros de la tribu El-Mashashia, que optaron por no unirse a la rebelión, dijeron funcionarios de seguridad.

El resentimiento entre los dos grupos resurgió en diciembre, cuando murieron al menos cuatro personas, y estalló de nuevo esta semana cuando un combatiente de Zintan fue asesinado a tiros.

En Zintan culparon del hecho a las milicias de la tribu El-Mashashia y respondieron a los ataques dando lugar al actual brote de violencia, que comenzó el lunes, dijeron varios miembros de la tribu.

"El Ejército está ahora allí ahora para imponer un alto el fuego y proteger a los civiles", dijo a Reuters el coronel del Ejército Hamed Zwei.

Una fuente de seguridad dijo que los intensos combates continuaron el sábado, dando lugar a más muertes.

"Los heridos están siendo trasladados a hospitales de la zona, y otros tantos a Trípoli", agregó.

Haramain Mohammed Haramain, uno de los tres viceprimeros ministros de Libia, leyó una declaración a la prensa diciendo que el Gobierno interino, liderado por el Consejo Nacional de Transición y los líderes religiosos, había llamado a un alto el fuego inmediato.

El brote de violencia, que se vive principalmente en el sur del Sahara y en el oeste montañoso, muestra la poca autoridad del Gobierno interino para controlar a los grupos armados.

El Consejo Nacional de Transición y sus aliados occidentales esperan que la violencia no ponga en peligro las elecciones para elegir una asamblea nacional, programadas para el 7 de julio.



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