Santuario sufista es demolido bajo ola de ataques en Libia

ESSAM MOHAMMED, Associated Press

TRIPOLI  — Un grupo de agresores arrasó el sábado con maquinaria una mezquita y santuario sufista en la capital de Libia, un día después de que radicales demolieron un santuario similar y una biblioteca en otra región del país.

Por ahora las autoridades desconocen quiénes fueron responsables del ataque del sábado, el tercero a un santuario sufista en Trípoli en meses recientes, aunque funcionarios han atribuido actos vandálicos previos a islamitas de línea dura, algunos de ellos seguidores de la ultraconservadora doctrina salafi.

Libia es una nación musulmana profundamente conservadora y los islamitas sufrieron una fuerte represión bajo el mandato de Moamar Gadafi, quien fue capturado y muerto en octubre después de una guerra civil de ocho meses. Desde entonces, ha habido una serie de ataques en todo el país a santuarios pertenecientes a sectas musulmanas.

La campaña parece estar dirigida principalmente contra santuarios reverenciados por sufistas, una orden mística cuyos miembros oran frecuentemente sobre tumbas de santos reverenciados y piden bendiciones o intervención para atraer éxito, matrimonio u otros deseos. Los musulmanes salafis de línea dura consideran ofensiva esa práctica al creer que rezar sobre tumbas es idolatría.

El jeque Sadek al-Ghariani, grand mufti libio —el más importante intérprete de la ley islámica en el país_, condenó el vandalismo y dijo que era responsabilidad del gobierno proteger los sepulcros.

"Ningún grupo fuera del gobierno debería utilizar armas y es responsabilidad del gobierno proporcionar seguridad y evitar antagonismo y división religiosa", señaló el sábado en un comunicado.

El residente Abdulá Zakaria dijo que vio excavadoras destruir tumbas sufistas la mañana del sábado. Horas después un grupo de hombres destruyó con excavadora una mezquita en la misma zona que también contenía sepulcros.

Oficiales de seguridad cerraron el camino que conduce a los santuarios y la mezquita, pero no intervinieron para impedir que los hombres atacaran la mezquita horas después. En lugar de ello, la policía fue vista protegiendo un hotel cercano.

Durante un discurso televisado, el sábado, el presidente interino Mohammed el-Megarif calificó las acciones como "inaceptables" y prometió que los perpetradores serían procesados. Pidió además a ciudadanos y servicios de seguridad mantener una mayor vigilancia a fin de evitar cualquier comportamiento revoltoso.

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