Policrato Philodemos

¿Reforma Educativa… o "Gatopardismo?

2013-04-12

Aquí cabe señalar que de acuerdo a las leyes que nos rigen en la república, la...

"Los ambiciosos y los malvados se esconden
con disfraces de bondad, de grandeza o
de mesías… con lenguaje seductor que muy
pocos advierten lo que oculta"

"Los reclamos sindicales de la disidencia"

Si analizamos la multitud de máscaras y disfraces argumentales que a través del tiempo han venido utilizando los "maestros" sindicalizados, para justificar sus cíclicas y cavernícolas algaradas, encontraremos que siempre han tenido como finalidad la obtención de mejoras laborales consistentes en mejoras al salario y/o diversas prestaciones, así como privilegios como son la opacidad en el manejo de los subsidios al sindicato, la cláusula de exclusión (violatoria del Artículo 5 Constitucional), el manejo discrecional de sus plazas de trabajo (ya sea como mercancía o como patrimonio familiar dinástico), entre otras muchas "conquistas laborales" de dudosa licitud, razones por las que actualmente sorprende que algunos grupos de "maestros", especialmente de los estados de Guerrero, de Oaxaca y de Michoacán, se encuentren protestando de manera cuasi-delirante para oponerse a una reforma educativa que busca mejorar los pésimos niveles académicos de nuestro sistema escolar elemental y medio, aduciendo fantasías que solo existen (¿Convenientemente?),  en sus afiebradas molleras.

Aducen que la reforma es privatizadora del sistema educativo nacional, sin explicar en que parte del plan se encuentra dicha coyuntura, y afirman que la evaluación periódica del magisterio establecida en el Art.- 3 Constitucional, es violatoria de sus derechos laborales, pretendiendo que de hacerse efectiva dicha evaluación, ésta sea efectuada por ellos mismos en un "gatopardismo" evidente para hacer como que se cumple la ley.

Pretenden también que el programa educativo nacional se regionalice y que cada gobierno estatal decida los niveles de excelencia académica y las materias que deban impartirse, desde luego bajo la intervención de ellos que actuarían en defensa de su mediocridad académica.

Lo anterior sería cómico si no constituyera una aberración trágica que condenaría al país a un estado sempiterno de subdesarrollo ante un mundo cada vez más avanzado científica y tecnológicamente, y a los futuros mexicanos a servir de peones subordinados de empresas maquiladoras extranjeras, en el mejor de los casos, o de sirvientes y jardineros de casas ricas.

Adentrándonos en las posibles causas de tan activo gatuperio de los profesores a ser evaluados, para conocer sus niveles educativos y capacidad para la enseñanza en las aulas, se ha encontrado que en los estados en donde es más activo el rechazo, existen evidencias de que un número considerable de "profesores" son individuos sin preparación académica y sin título de maestro, pero que compraron la plaza en contubernio con los liderazgos sindicales en su momento, circunstancia que explica la ferocidad de su rechazo a la evaluación que los dejaría al descubierto.

Aquí cabe señalar que de acuerdo a las leyes que nos rigen en la república, la educación no es una mercancía ni letra de cambio para negocio alguno, sino un bien público convertido por la ley, en un derecho de la niñez mexicana, indispensable para que México pueda tener asegurado un futuro de bienestar general en lo interno, y decoroso y respetado  en el ámbito internacional, razones suficientes que justifican que el sistema educativo nacional sea responsabilidad indeclinable del gobierno, ajena a cualquier intromisión de intereses particulares o de grupo alguno.

Sin embargo también queda la duda sobre si todavía persiste una especie de "Simonía Laica" en el magisterio nacional y en su sindicalismo, en el que amparados por la "Cláusula de Exclusión" todo se vende porque todo tiene un precio.

De la misma manera las algaradas recientes de los mentores que se oponen al Art.- 3 Constitucional, han sacado a relucir lo que parece ser una contradicción en nuestro sistema político, en lo que respecta al federalismo, dado que los gobernadores pretenden apoyar los reclamos de los "profesores" disidentes, que son violatorios del precepto constitucional, aprobado por el Congreso de la Unión que integra a la Cámara de Diputados, en donde el pueblo de México se encuentra legalmente representado, de donde surge la duda de si una minoría que no se representa más que a sí misma, tiene más valor que el resto de la ciudadanía a nivel nacional, que depositó su confianza y su voluntad en los diputados, como para anular la obediencia a una ley, y además hacerlo sin consecuencias legales, porque de ser así cabría preguntarse… ¿Quien o quienes, en México, deben decidir el dictado de una ley… las cámaras legislativas… o los grupos de presión?.

Por otro lado, las algaradas de los mentores disidentes para mostrar músculo con actos antisociales (que lastiman a toda la ciudadanía y trastocan la paz pública), y espantar a las autoridades para doblegarlas a sus exigencias meta legales, dejando a la vista su desprecio a la legalidad, a la que tienen acceso para dar cauce a su protesta, así como su primitivismo en defensa de privilegios exclusivos, pretendiendo además, con esa táctica, obtener el apoyo de la ciudadanía a la que agreden (quizá suponen que lo pueden lograr actuando como los hampones del crimen organizado cuando amedrentan a la población para exigir el pago de "protección").

Con sus abusos a los derechos de la población, se asemejan a los comerciantes que en su primitivismo publicitario y mercadotécnico, instalan bocinas en las puertas de sus negocios, amplificando con estridencia ofensiva al oído y música de pésimo gusto, creyendo que de esa manera atraen a la clientela para que compren su mercancía… sin darse cuenta que lo único que consiguen es el rechazo y desprecio de los agredidos.

¿Debe el gobierno y la sociedad permitir el vandalismo de hampones de la educación, y doblegarse ante sus exigencias?

¿Debemos permitir que nuestra niñez sea formada por individuos antisociales de dudosa preparación académica?



KC
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