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10 cosas que las líneas de cruceros no le dirán

2013-05-17

Hay muchos pros: los cruceros a menudo incluyen todas las comidas en el precio del boleto, por...

Por IAN SALISBURY de MarketWatch, WSJ

1. Nuestros barcos podrán hundirse, pero nosotros no.

La industria de los cruceros ha sufrido malas temporadas en los últimos tiempos. Primero, el Costa Concordia, operado por Carnival Corp., que encalló cerca de la costa de Italia en enero de 2012, dejando a 32 muertos. Después, el Carnival Triumph sufrió un incendio en la sala de máquinas que dejó incapacitada a la embarcación en el Golfo de México. Aunque no hubo heridos, miles de pasajeros se quedaron varados por varios días sin energía, agua potable o baños habilitados. Como resultado, Carnival, el líder de la industria con unos US$15.000 millones en ingresos anuales, anunció en abril que invertiría US$300 millones en los próximos dos a tres años para mejorar la prevención de incendios y las reservas de electricidad en sus barcos.

¿Dañarán estos incidentes las perspectivas de la industria de los cruceros a largo plazo? Probablemente no, indican expertos como el analista William Mack, de S&P Capital IQ. Después de todo, esta es la industria que repuntó tras el hundimiento del Titanic.

Los cruceros siguen siendo un medio de viaje enormemente popular. Más de 16 millones de personas zarparon en 2011, el año más reciente del que se tienen cifras, casi el doble que la década anterior, según la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros.

Hay muchos pros: los cruceros a menudo incluyen todas las comidas en el precio del boleto, por tanto no requieren mucha planeación; y son relativamente más costeables comparado con hacer un viaje por varias ciudades por cuenta propia.

2. ¿Trae el estómago revuelto? Podría ser más que un mareo.

En febrero, 118 pasajeros a bordo del Vision of the Seas de Royal Caribbean Cruises contrajeron el norovirus, un virus muy contagioso caracterizado por diarrea y vómito.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), advierten que los espacios reducidos y el tráfico constante de pasajeros parecen hacer de los buques (como las cárceles y los hospitales) particularmente susceptibles a brotes del virus. Una recomendación que ofrecen los CDC a los pasajeros: lávese las manos con frecuencia y tome mucha agua. Los operadores de cruceros también intentan contener los brotes, y algunos ahora ofrecen dispensadores de desinfectantes para manos cerca de las entradas a restaurantes, piscinas y otras áreas comunes.

Los CDC identifican siete brotes de norovirus en lo que va del año, definidos como incidentes en dónde más de 3% de los pasajeros reportan síntomas.

La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros señala que la posibilidad de que un pasajero contraiga el virus en un brote es de uno en 3.700.

3. Tenemos un problema de alcohol.

La bebida y los viajes marítimos han ido a la par por mucho tiempo y sigue siendo así. "Un viaje por crucero es vacaciones", dice Colleen McDaniel, editora gerente del sitio web para el consumidor CruiseCritic.com. "A la gente le gusta relajarse, probar el trago del día, probar algunos vinos o brindar con champán ".

Aunque algunas operadoras pequeñas de cruceros de lujo como Regent Seven Seas, Seabourn y Chrystal Cruises cuentan con bar abierto, las líneas de cruceros masivos tratan al alcohol como un gran negocio. Ya que en general la comida y otras bebidas no alcohólicas van incluidas en el precio del boleto, es muy importante que obtengan ganancias de las bebidas alcohólicas. Los cruceros venden estas bebidas a precio de restaurante o a través de paquetes de consumo ilimitado. En una encuesta de CruiseCritic en 2011, más de un cuarto de los participantes indicó que normalmente gastan más de US$200 en bebidas por crucero. (El crucero promedio dura siete días).

El problema, algunos dicen, es que los cruceros han prohibido a los pasajeros traer sus propias botellas a bordo, lo que significa que no tienen más remedio que pagar los precios que les imponen. Los expertos indican que algunos pasajeros intentar sortear las prohibiciones introduciendo botellas a escondidas. Pero si los pillan, los productos quedan confiscados.

Carnival, el líder de la industria, invertirá US$300 millones en los próximos años para mejorar la prevención de incendios y reservas de electricidad en sus barcos.

4. Contrate a un guía de tours, pero no a través de nosotros.

La mayoría de los cruceros ofrecen decenas de distintos tours y actividades en tierra. Pero los expertos dicen que reservar excursiones a través de los cruceros le saldrá muy caro.

La razón: los tours rara vez son organizados por los cruceros, sino que tienen convenios con operadores locales y elevan los precios para quedarse con una tajada de las ganancias. Habitualmente, estos operadores están más que dispuestos a que los tripulantes los contraten directamente.

Las líneas de cruceros defienden los precios, indicando que muchos pasajeros no quieren lidiar con el caos de tener que hacer planes de última hora en un lugar desconocido.

Pero los críticos dicen que hacer las gestiones por cuenta propia es más fácil que lo que los cruceros hacen parecer. Los operadores locales de tours a menudo se instalan muy cerca de los puertos en los que desembarcan los pasajeros, dice el planificador de cruceros Michael Berryhill, de Arizona. Y cobran la mitad del precio, agrega.

5. Encontraremos una forma de capturarlo.

Como los viajeros atrapados en un aeropuerto, los pasajeros de cruceros son una audiencia cautiva para todo tipo de cargos extras, desde servicio de Internet (hasta 75 centavos el minuto en Carnival) hasta gaseosas para los niños (ilimitadas en Royal Caribbean por US$4,50 al día).

Incluso las comidas vienen con cargos adicionales. Aunque el comedor principal es gratuito, los barcos han comenzado a crear restaurantes más pequeños. Por ejemplo, los restaurantes especializados de Norwegian, que se concentran en las cocinas francesa y brasileña, entre otras, "proporcionan opciones refinadas" por entre US$15 y US$75 adicionales por persona, según su sitio web.

En total, los servicios o productos secundarios, incluyendo el alcohol y las excursiones, normalmente suman un cuarto de los ingresos totales de las mayores líneas de cruceros, según Mack, de S&P.

Las líneas de cruceros recalcan que la mayoría de las actividades siguen siendo gratuitas y que los cargos adicionales garantizan que los servicios que son utilizados por un grupo pequeño de huéspedes no aumenten los precios de los boletos para todos.

6. Necesita un doctorado para escoger su camarote.

Los veteranos de los cruceros dicen que elegir el camarote adecuado es un arte. La arquitectura de los barcos —en dónde el espacio es limitado y algunas habitaciones están inevitablemente cerca de las máquinas o las cubiertas públicas— significa que los planos son complejos. Las decenas de opciones permiten a los pasajeros elegir habitaciones "en base a lo que es importante para ellos", según Carnival. Pero también pueden ser confusos.

Como las aerolíneas, los cruceros también usan software para monitorear la disponibilidad, lo que significa que los precios varían según la demanda. Los expertos dicen que los clientes que reservan temprano o relativamente tarde (en las últimas semanas antes de zarpar) pueden conseguir buenas compras. Pero los que se esperan hasta el último minuto pueden terminar con una habitación menos deseable.

Otra estrategia es comprar una "garantía". Los clientes que eligen esta opción tienen garantizada una habitación en cierta categoría pero no pueden elegir la ubicación exacta de la habitación. Lo bueno es que los pasajeros con "garantía" tienen mayor probabilidad de recibir una habitación en un nivel más alto si el que eligió se llena. Lo riesgoso es que podría terminar en la peor habitación de la primera categoría que seleccionó.

7. ¿Viene tarde? Hasta la próxima.

Los cruceros normalmente permiten a los viajeros recuperar parte de su dinero si cambian su itinerario con suficiente anticipación, pero conforme se acerca el día de salida, ese monto se achica más y más. Por ejemplo, en cruceros de siete días o más, Carnival ofrece reembolsos totales en cancelaciones hechas 91 días antes de la fecha de partida, pero los que cancelan un mes antes deben pagar al menos la mitad de la tarifa, y si lo hacen dos semanas antes no podrán exigir nada.

Los expertos dicen que una razón por la que las líneas de cruceros son tan estrictas es que dependen casi exclusivamente de vacacionistas, que tienden a reservar con muchas semanas de anticipación, lo que les complica llenar vacantes en las últimas semanas antes de zarpar.

De todos modos, los expertos indican que las políticas estrictas pueden hacer que los seguros de viaje, que cotizan habitualmente entre 4% y 7% del valor total del crucero, valgan la pena. Heidi Allison, editora del sitio web para consumidores All Things Cruise, también recomienda llegar un día antes a la ciudad de salida del crucero. Eso minimiza el riesgo del peor de los casos: perder el barco.

8. El mar sigue siendo peligroso.

Es de película: cuatro hombres enmascarados, armados con rifles y pistolas, sorprenden a un grupo de más de 60 pasajeros y tripulantes de un crucero que contemplan una cascada tropical, después se desaparecen por los arbustos con dinero, relojes, cámaras y joyas. Eso fue justamente lo que les pasó el mes pasado en Santa Lucía a los pasajeros del Celebrity Eclipse, un barco de propiedad de Royal Caribbean, según reportajes y la policía local. Nadie resultó herido, y al menos tres sospechosos fueron detenidos.

El peligro también puede surgir a bordo del barco, según críticos, especialmente por el consumo excesivo de alcohol en algunos barcos. Las tasas de acoso sexual en los cruceros parecen ser 50% mayores que en tierra, según Ross Klein, un profesor de la Universidad Memorial, en Terranova.

Representantes del sector dicen que tales reportes son exagerados. Un vocero de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros dirigió las preguntas sobre delincuencia a James Alan Fox, un criminólogo de la Universidad de Northwestern en Illinois, cuya investigación patrocinó anteriormente. Fox señaló que sus estudios sugieren que los barcos tienen tasas de delincuencia menores a las de otros destinos populares como Las Vegas u Orlando. Un motivo son la gente, las cámaras y el equipo de seguridad. Otro es la demografía burgués de los cruceros. "No hay zonas de alta delincuencia en los cruceros", afirma.

9. Las leyes laborales de EE.UU. no siempre aplican aquí.

Los buques que atraen principalmente a viajeros estadounidenses están registrados en otros países, lo que les permite esencialmente pasar por alto las leyes laborales de EE.UU. que cubren áreas como residencia permanente, salarios mínimos y horas extra.

Cerca de un cuarto de los trabajadores en las líneas de cruceros —principalmente oficiales, equipo médico y seguridad— provienen de países desarrollados como EE.UU., Italia y Reino Unido, según un estudio académico de 2005. El resto de la tripulación, desde cocineros hasta los que limpian los motores, proceden de países en desarrollo como Honduras, Filipinas e Indonesia. Estos últimos ganan tan poco como US$1.000 al mes trabajando de 10 a 14 horas al día, durante tramos de hasta un año en el mar, informa William Terry, un profesor de la Universidad de Clemson, en Carolina del Sur. Aunque estos empleos pagan más que lo que estos trabajadores ganarían en sus países, las condiciones cobran su parte. "Los niños crecen sin conocer a sus padres", indica.

La industria dice que los miembros de la tripulación reciben habitación, comida, servicios básicos y cuidado de salud a ningún costo. Además, las normas de trabajo son mantenidas por la Organización Marítima Internacional, supervisada por la ONU, dice la Asociación de la Industria de Líneas de Cruceros.

Nuevas normas creadas en el Convenio sobre el trabajo marítimo entrarán en vigor en agosto y reducirán el número de horas de la semana laboral a 91.

10. No naden en nuestras aguas.

Los cruceros, como indican los grupos ecológicos, dejan a su paso mucha contaminación, como emisiones sulfurosas de los motores que conduce a la producción de aguas negras, lo que contribuye a la propagación de enfermedades y el crecimiento de algas que matan peces.

Un viaje típico de una semana en un buque mediano deja 210.000 galones de aguas negras, según un reciente estudio patrocinado por Friends of the Earth.

Las industria dice que hace más de lo que le corresponde para mantener las aguas limpias. Además de seguir los estándares internacionales, la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros asegura que sigue una serie de reglas voluntarias, que los obligan, por ejemplo, a tratar todas las aguas negras y descargarla al menos 6 kilómetros de la orilla.



EEM

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