Reportajes

Un punto kilométrico maldito en el extrarradio de la Ciudad de México

2013-07-29

San Pedro Xalostoc es un pueblo pequeño del Estado de México, que rodea a la capital....

JUAN DIEGO QUESADA, El País

Hace dos meses el pueblo de San Pedro Xalostoc sufrió por el fuego. Un camión que llevaba gas se accidentó y cayó sobre una hilera de casas de allí que estaban pegadas a la carretera. Murieron 27 personas. Sin tiempo a recuperarse, y con una ayuda oficial por ahora exigua, acaban de padecer otro problema: ahora, por el agua. En medio de las labores de reconstrucción de sus casas y de sus vidas, un muro de contención ha cedido y un riachuelo se ha desbordado anegando el vecindario.

Este sábado el pueblo trabajaba para rehacerse de este nuevo contratiempo. Las calles eran un barrizal con grandes charcos de agua estancada. Había casas que todavía no habían logrado achicar toda el agua del suelo. Algunos muebles seguían fuera de las viviendas, y se podían ver cúmulos de basura arremolinada por la corriente.

María Victoria Cortés, una vecina del lugar, perdió a cuatro familiares a los que se les cayó el techo de su vivienda encima por culpa del accidente del camión. Con la ruptura del dique ha revivido la tragedia. "Gente herida, quemada, sin techo y con el agua inundando su casa. Nos tuvimos que poner todos a sacar agua con cubetas. Hicimos lo que pudimos", cuenta Cortés.

"Gente herida, quemada, sin techo y con agua inundando su casa", dice una vecina como resumen de la desgracia

San Pedro Xalostoc es un pueblo pequeño del Estado de México, que rodea a la capital. Está situado a orillas de una autopista del extrarradio del DF. Esa proximidad al tráfico pesado fue una condena para sus vecinos el pasado 7 de mayo. Ese día, sobre las 5.15 de la madrugada, se despertaron con una gran ola de fuego que arrasó sus viviendas. Minutos antes de que amaneciera, un vehículo cargado de gas perdió el control y se fue contra el pueblo. El transporte iba por la carretera Pachuca-México DF, por el carril de la derecha, y cuando intentó cambiar de carril pegó un volantazo de vuelta que hizo que uno de sus tanques de gas saliese volando hacia las viviendas del margen.

El conductor declaró después que una furgoneta de transporte público se le había metido en medio. Los investigadores de la fiscalía que lleva el caso lo achacan a un exceso de velocidad y creen que el conductor, Juan Omar Díaz, se quedó dormido. Actualmente Díaz está encarcelado a la espera de juicio.

Después del accidente, los políticos visitaron la zona, los reporteros contaron las historias de las víctimas y unos y otros se marcharon para siempre. Allí se quedaron decenas de familias rotas, sin vivienda y con la esperanza de que pronto llegasen las indemnizaciones que prometieron desde el Gobierno del Estado de México y desde las empresas propietarias del camión y del gas. Algunas familias han cobrado una parte de las ayudas y han comenzado a levantar las viviendas destruidas, pero esta inundación viene a dificultar aún más una tarea de por sí complicada.

El suceso fatídico de San Pedro Xalostoc abrió por entonces un debate sobre la necesidad de que se regulase de un modo más estricto la entrada a las ciudades de camiones de carga con mercancías peligrosas. La polémica, sin embargo, se ha ido desvaneciendo con el tiempo sin cambios normativos al respecto, y las víctimas de aquel desastre, mientras van llegando poco a poco las ayudas oficiales, siguen luchando contra los elementos -esta vez, el agua- y contra su propia carencia de recursos.



KC

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