Automotriz

El sector automotor de Venezuela, varado por la escasez de dólares

2014-07-22

La producción y venta de automóviles se ha se deslizado rápidamente. Los...

Ezequiel Minaya, The Wall Street Journal

VALENCIA, Venezuela—Alguna vez la tercera mayor de Sudamérica, la industria automotriz de este país loco por los autos está en caída libre, paralizada en medio de los esfuerzos de los fabricantes para producir unos pocos vehículos por día.

Las terminales, incluyendo gigantes globales como Ford Motor Co. , Chrysler Fiat Automobiles NV, General Motors Co. y Toyota Motor Corp. , han recortado la producción en más de 80% en los primeros seis meses del año en comparación con el año anterior debido a la falta de dólares para pagar a los proveedores de partes, según datos compilados por la Cámara Automotriz de Venezuela.

"Esta es la primera vez que veo las cosas tan mal", dijo Antonio López, de 61 años, un trabajador de Ford mientras preparaba un sedán para pintura en una silenciosa planta. Esta cavernosa fábrica de Valencia, unos 176 kilómetros al oeste de Caracas, parecía mayormente vacía durante una tarde del mes pasado, con apenas un puñado de trabajadores que barría y hacía mantenimiento de los equipos en las estaciones de ensamblaje.

Los 2.500 trabajadores de Ford aún llegan cada día, con sus puestos de trabajo protegidos por estrictas leyes laborales, dijo Gilberto Troya, secretario general del sindicato de la compañía, que dio un tour guiado a un reportero de The Wall Street Journal. Pero la fábrica produce cada jornada unas pocas unidades del compacto Fiesta y el todoterreno Explorer.

"Me preocupa el abandono de la planta", dijo. López. "De esto come mi familia. Esto es lo que he hecho toda mi vida".

Un portavoz de Ford dijo que la compañía ha estado en conversaciones con el gobierno de Venezuela con el fin de obtener más dólares para importar partes. El representante se negó a ampliar detalles sobre las discusiones o dar mayores precisiones sobre el estado de las operaciones de Ford, excepto para decir que el fabricante de automóviles está centrado "en conseguir que todas las operaciones en América Latina vuelvan a ser rentables".

La producción y venta de automóviles se ha se deslizado rápidamente. Los balances han quedado golpeados, con ingresos vulnerables a la devaluación y atrapados en Venezuela debido a los controles de divisas. El año pasado, las automotrices produjeron 36.919 vehículos hasta junio. Pero en el mismo período de este año las plantas han fabricado 6.161 unidades, cerca de lo que Argentina produce en pocos días.

"Los volúmenes [de ventas] se han reducido 75% respecto de 2013, y eso que el nivel del año pasado fue el más bajo en una década", dijo Carlos Gomes, un economista que sigue la industria automotriz mundial en Scotiabank, una unidad de Bank of Nova Scotia. "Creo que es justo decir que la situación es alarmante"

Los economistas dicen que la industria del automóvil, al igual que las líneas aéreas, ha sido duramente golpeada por una escasez de dólares que hace sufrir a las empresas a la hora de pagar las importaciones que tanto se necesitan en un país que produce poco más que petróleo. Los problemas para importar han provocado una escasez de productos básicos en medio de una de las tasas de inflación más altas del mundo.

La industria del automóvil comenzó este año con una nota especialmente grave, cuando sólo Toyota y Volvo AB Mack de Venezuela pusieron en marcha sus líneas de montaje. Toyota suspendió su producción durante tres meses a partir de marzo, seguido por el fabricante italiano de camiones Iveco SpA en abril. Ford, General Motors y Chrysler retrajeron su producción en medio de grandes pérdidas debido a la devaluación de la moneda mientras el gobierno del presidente Nicolás Maduro intentaba hacer frente a una escasez de dólares a través del debilitamiento del bolívar.

Maduro, sin embargo, acusa a las automotrices, no las políticas económicas del país, por las dificultades del sector. El gobierno multó el año pasado a General Motors tras acusar a la empresa de vender partes con sobreprecios. En febrero, el presidente criticó públicamente a Toyota por sus planes de cese de producción, sugiriendo que el fabricante japonés estaba en connivencia con sus enemigos políticos para desestabilizar su gobierno. GM no quiso comentar y Toyota no respondió a solicitudes de comentarios.

El Ministerio de Comunicación de Venezuela se negó a comentar. Los ministerios de Finanzas y Finanzas y de Industrias no devolvieron las llamadas telefónicas. Una portavoz de la Cámara Automotriz de Venezuela, que representa a los fabricantes extranjeros, dijo que el grupo estaba en conversaciones con el gobierno y declinó hacer más comentarios.

Desde la llegada el primer coche a Venezuela en 1904, un Cadillac comprado por un médico de Caracas, los autos se ha convertido en parte de la identidad nacional en un país con carreteras, construidas por compañías estadounidenses, que eran la envidia de América Latina. Y el combustible sigue siendo casi libre, dando larga vida a los clásicos de Detroit, de alto consumo de gasolina, que son comunes en todo el país.

"Aquí nos encanta el whisky, las reinas de belleza, los autos finos y el béisbol", dijo Leonardo Casadiego, presidente de la Asociación Venezolana de Automóviles Antiguos y Clásicos. "El dinero que trajo la industria del petróleo permitió la entrada fluida de carros".

Pero ya no. El predecesor de Maduro, Hugo Chávez, convirtió al gobierno en la única fuente de billetes verdes, con un control estricto de su desembolso a través de un estricto régimen de cambio de divisas. Miles de millones de dólares se perdieron a medida que empresarios corruptos facturaban al gobierno importaciones que nunca tuvieron lugar, según reconocieron públicamente funcionarios del gobierno. Al mismo tiempo, miles de millones más fueron gastados en los años electorales, dicen los críticos.

Los economistas dicen que el régimen cambiario, junto con el gasto excesivo, han plantado las semillas de una profunda crisis económica que se ha deteriorado rápidamente desde la muerte de Chávez el año pasado, que dejó a Maduro luchando para contener la escasez de todo, desde el aceite de cocina y azúcar al papel higiénico y, recientemente, ataúdes.

Un ejecutivo automotriz, que trabaja para una compañía no estadounidense y habló bajo condición de anonimato, dijo que el gobierno de Maduro no había cumplido con la entrega de dólares prometida el año pasado a través del sistema SICAD del banco central, que vende una cantidad limitada de billetes verdes a un tipo de cambio más bajo. Ejecutivos de la industria estiman que el gobierno le debería al sector hasta US$4.000 millones en pagos atrasados a proveedores internacionales.

"Algunas empresas han cerrado sus líneas debido a la falta de materiales, otros están trabajando a un precio reducido", dijo el ejecutivo. "Con el tiempo, las materias primas se nos van a terminar a todos y habrá cero coches nuevos".

Los compradores en busca de un coche nuevo pueden pasar años en lista de espera. Las ventas de vehículos nuevos en 2013 totalizaron 98.878 unidades, una caída de 80% desde 2007, cuando el sector alcanzó un máximo de 491.899. Las restricciones a las importaciones, junto con la caída en la producción local, han hecho de Venezuela un país raro donde los vehículos usados suben de valor.

"No puedo encontrar nada. Los precios están subiendo todos los días", dijo Jesús Ramírez, un taxista que ha pasado un año tratando de reemplazar el Renault de 2008 que en su momento compró nuevo por US$7.441. Cinco años después vendió ese coche por más de 30.000 dólares.

Con una inflación anual de 60%, entre las más altas del mundo, los venezolanos protegen sus ganancias mediante la compra de automóviles, entre otros artículos de alto precio.

También se ha vuelto difícil encontrar las partes necesarias para mantener los vehículos rodando. Eso ha llevado a los ladrones a robar de los coches aparcados piezas tales como baterías.

El propietario de un concesionario en Caracas, quien dijo que lo último que vendió fue un modelo de 2009, dijo que ahora sigue en el negocio mediante mantenimiento de los coches. Pero con caída de 75% en las entregas de repuestos, dijo, teme que su negocio pueda cerrar pronto.

"Me paso todo el día en el teléfono en busca de piezas", dijo el empresario, que pidió permanecer en el anonimato. "Estamos en modo de supervivencia".

En 2012, la producción de las automotrices venezolanas ubicó a esta industria en el tercer puesto de América del Sur, detrás de sus similares de Brasil y Argentina, según la Organización Internacional de Constructores de Automóviles con sede en París. Venezuela se ubica este año en el quinto lugar, detrás de la vecina Colombia y del mucho más pequeño Ecuador.

Héctor Lucena, un experto de la industria automotriz en la Universidad de Carabobo en Valencia, dijo que mientras las plantas de montaje mantienen unos 15.000 trabajadores en sus nóminas, tanto Chrysler como General Motors han pedido al gobierno permiso para recortar varios cientos de puestos. Posiciones sin protección en negocios relacionados —desde concesionarios a talleres de reparación a tiendas de repuestos y otros, con unos 75.000 empleados— ya han sufrido pérdidas, añadió.

"Nunca hubo un año más feo que este", dijo Lucena.

Sin embargo, dijo que es improbable que las empresas se vayan de Venezuela debido al alto costo que tendría reconstruir sus operaciones si algún día decidieran regresar. "Parece que se están posicionando para ser muchos más pequeños", dijo Lucena. "Esta podría ser la norma ahora".



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