Trascendental

"Seguidme y yo os haré pescadores de hombres"

2015-01-24

Jesús, el Hijo de Dios vivo, el Mesías, el Señor, el Maestro, el buen Pastor,...

Autor: Antonio Rivero

Domingo 3 del Tiempo Ordinario

Ciclo B

Textos: Jon 3, 1-5.10; 1 Co 7, 29-31; Mc 1, 14-20

Idea principal:

Cristo llama a unos cuantos para que le ayuden, en cuerpo y alma, en la obra de la salvación, las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana y los doce meses del año.

Síntesis del mensaje:

El domingo pasado el Señor hacía una pregunta a los que lo seguían: "¿A quién buscáis?". Hoy les habla con un imperativo categórico y una promesa: "Seguidme y yo os haré pescadores de hombres". También a Jonás Dios le llamó y le encargó una misión: "Vete a Nínive a anunciar el mensaje que te indicaré" (primera lectura). Misión que urge, pues la vida es corta (segunda lectura).

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, ¿quién es el que les llama?

Jesús, el Hijo de Dios vivo, el Mesías, el Señor, el Maestro, el buen Pastor, el Pan de vida, la Luz del mundo, el Camino y la Verdad y la Vida. Jesús, el hijo de María, la de Nazaret que le dio carne y latido humano. Jesús, el gran Pescador de hombres, lanzado a este mar de la vida para salvar de los dientes de los tiburones a quien pronuncie su nombre y lo acepte como único Redentor, subiéndose en el cabotaje de su Iglesia, cuyos primeros remeros son estos discípulos de Galilea. Sí, es Jesús de Nazaret quien les elige; ese Jesús pobre, austero, libre, confiado en la Providencia divina. No les promete cosas ni dinero, pues el dinero en manos de los consagrados puede ser un peligro, crear dependencia humana, rebajar la dependencia divina, corromper la austeridad de vida. Y si no, que hable la historia de algunas órdenes religiosas: su corrupción o relajo comenzó siempre por su riqueza. Mucho mejor libres, solos, distintos y distantes. Y si no, que hable Jesús por nosotros.

En segundo lugar, ¿a quién llama?

No a filósofos, ni a sabios, ni a arquitectos, ni a sumos sacerdotes o escribas. No. Llama a pobres pescadores. No eran mendigos, pero sí trabajadores; iban a la sinagoga los sábados, pero no pisaron la escuela en los días de su vida; no tenían una gota de sangre azul en sus arterias ni un centavo en el bolsillo ni otro horizonte de vida que los montes



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