Migración

Retan a Abbott a demandar a quien denuncie las condiciones de los inmigrantes

2015-07-01

Diversos organismos internacionales y nacionales han denunciado las condiciones y abusos en los...

Sídney (Australia). (EFE).- Un grupo de médicos, profesores y trabajadores humanitarios retaron al Gobierno del primer ministro australiano, Tony Abbott, a denunciarlos por discutir públicamente las condiciones de los inmigrantes en los centro de detención del país oceánico, informan medios locales.

La carta abierta suscrita por más de 40 extrabajadores de los centros de detención fue enviada el miércoles a Abbott; el ministro de Inmigración, Peter Dutton; así como al líder de la oposición, Bill Shorten, según el diario Sydney Morning Herald.

El envío coincide con la entrada en vigor de una ley que fue aprobada el año pasado, con el apoyo de la oposición, y que convierte en criminal a una "persona de confianza" que revele información sobre los centros de detención que tiene Australia en Nauru y en la isla Manus en Papúa Nueva Guinea, agregó la fuente.

La ley penaliza hasta con dos años de cárcel el registro o la divulgación de información obtenida como parte de su trabajo sin tener el permiso del secretario del Ministerio de Inmigración o una autorización legal o judicial.

La carta apunta que "hay actualmente un número de asuntos que constituyen una amenaza seria a la salud de aquellos que están en detención y nosotros tenemos el deber de velar por ellos" y a pesar de que se ha informado a las autoridades sobre estos problemas durante años, dicen, éstas no los han abordado adecuadamente.

"Sabemos que publicando esta carta podríamos ser procesados bajo la Ley Australiana de Protección de Fronteras y retamos al Ministerio a hacerlo para que se discutan estos asuntos en un tribunal abierto y a la vista del público australiano", recalcó el documento.

Diversos organismos internacionales y nacionales han denunciado las condiciones y abusos en los centros de Nauru y Papúa Nueva Guinea, que entre otros, incluyen presuntos abusos sexuales de mujeres y menores.

Las autoridades australianas comenzaron a principios de este siglo, ante el aumento alarmante de inmigrantes indocumentados, una política consistente en detenerlos en alta mar y enviarlos a centros en terceros países, para que tramiten desde allí sus peticiones de asilo.

El Gobierno de Camberra ha endurecido la política migratoria con disposiciones como que los extranjeros que alcancen el estatus de refugiado no tendrán posibilidad de residir en territorio australiano y deberán establecerse en Papúa Nueva Guinea, Nauru y, según el último acuerdo firmado, Camboya.

Muchos de los inmigrantes que viajan hasta Australia han huido de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros que han escapado de la discriminación o de la condición de apátridas como las minorías rohinyá, de Birmania, o bidun, de la región del Golfo.



LAL