Migración

La crisis de refugiados, un inesperado gran desafío para Merkel

2015-08-31

Merkel no es extraña a las crisis. Sus diez años en el poder se han visto dominados...

 Noah Barkin

BERLÍN (Reuters) - A su regreso de sus vacaciones de verano a mediados de agosto, la canciller alemana, Angela Merkel, sorprendió a muchos cuando describió el problema de refugiados de Europa como un desafío mayor que la crisis de Grecia, que había eclipsado cualquier otro asunto en la zona euro en el primer semestre de 2015.

Ya nadie en Alemania cuestiona esa afirmación.

En las últimas dos semanas, el país se ha visto sacudido por una tormenta perfecta de titulares que han colocado el tema de los refugiados, visto durante mucho tiempo en Alemania como un dilema de los países del sur de Europa, como la máxima prioridad de la agenda pública y política.

Primero, el ministro del Interior anunció que esperaba que unas 800,000 personas pidieran asilo en Alemania este año, casi el doble de la cifra que se preveía hace apenas unos dos meses y casi cuatro veces el total del año pasado.

Después se produjeron las protestas de la extrema-derecha contra refugiados en la ciudad oriental de Heidenau que dejaron 30 policías heridos y revivieron el espectro de la violencia racista que sufrió Alemania a inicios de la década de 1990, la última vez que creció el número de personas que piden asilo.

Y más tarde, el jueves pasado, un camión con 71 inmigrantes muertos fue encontrado abandonado en una autopista de Austria, justo el día en que Merkel llegaba a Viena para una conferencia sobre la situación de los Balcanes.

La canciller había sido tratada como una "traidora" por los residentes de Heidenau apenas el día anterior por haber mostrado solidaridad con los refugiados de la ciudad y pareció visiblemente conmocionada en Viena cuando habló con periodistas sobre el terrible descubrimiento del camión.

Pero de repente, la crudeza de la crisis de refugiados empieza a ser tomada muy en serio en Alemania.

Merkel no es extraña a las crisis. Sus diez años en el poder se han visto dominados por el colapso financiero global, las turbulencias de la zona euro y el conflicto de Ucrania. Pero esas situaciones eran distantes para la mayoría de los alemanes.

Ahora, la canciller debe abordar un problema que está teniendo un profundo efecto en las comunidades de muchas partes de Alemania.

"Durante la crisis de la zona euro la gente tenía la impresión de que otros países tenían ese problema y que Alemania estaba bien. Ahora la carga se siente en casa", escribió esta semana el semanario local Die Zeit. "Por primera vez desde que Merkel llegó al poder, Alemania podría empezar a parecer como un país problemático", sostuvo.

ESCENARIO POLÍTICO

Merkel sigue siendo muy popular después de una década como canciller que ha coincidido con el resurgimiento de Alemania como una potencia económica de enorme influencia en asuntos de política exterior.

Pero la crisis de los refugiados es un desafío enteramente diferente, con otra dimensión y complejidad.

Se trata de un problema local, nacional y europeo. Y posiblemente requerirá el tipo de liderazgo proactivo y la enorme capacidad de convocatoria con los que Merkel no siempre ha estado cómoda en el pasado.

La líder conservadora esperó casi tres días para hablar contra la violencia racista en Heidenau, generando numerosas críticas y dejando entrever que aún no había definido su postura ante la crisis.

"Se les harán muchas preguntas a los políticos", dijo Die Zeit. "Deben reconocer que estamos en un nuevo mundo y encontrar las palabras adecuadas para abordarlo", sostuvo.

También hay preocupación sobre cómo manejar las protestas de los grupos de extrema-derecha en contra de los refugiados y los casi diarios ataques incendiarios en estados del oeste alemán como Bavaria, Baden-Wuerttemburg y Renania del Norte-Westfalia.

La mayoría de estos ataques estuvieron dirigidos a centros o edificios designados para acoger a los refugiados, que estaban vacíos, pero los políticos admiten que es cuestión de tiempo que algún inmigrante resulte herido o muerto.



LAL