Nacional - Finanzas

México es una joya para los bancos extranjeros, pero una calamidad para sus empleados

2016-04-25

Banco Santander dice ser un

Carlos Cardoso, El Periódico de México

No obstante que México le produce al emporio español una gran riqueza por las grandes ganancias que obtiene el Banco Santander en nuestro país, que otorgan buena parte de sus utilidades a la corona española, a cambio la correspondencia de la institución a través de sus más altos directores para con sus empleados y ejecutivos, que son los que inicial y finalmente hacen prospero y redituable su actividad bancaria; es denigrante, ingrata e inequitativa. Tal parece por el trato que les da que aún prevalece la época del imperio virreinal español al tratarlos como esclavos, como si viviéramos todavía bajo su dominio colonial.

Cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) colocan a Santander México en el tercer lugar del sistema bancario nacional. En el 2015 obtuvo un beneficio de 5,966 millones de euros (casi 6,487 millones de dólares), lo que supone un aumento del 3% con respecto a 2014.  Del total de las utilidades de Banco a nivel mundial el 56% del beneficio tiene su origen en Europa y el 44% en América. Por países, la mayor aportación corresponde a Reino Unido, con un 23%, seguido de Brasil con un 19%, España con un 12 por ciento, Estados Unidos con un 8%, México con un siete por ciento, Chile con un cinco por ciento, y Portugal, Argentina y Polonia con un cuatro por ciento cada uno.

La presidenta del Grupo Santander, Ana Botín, que este año se embolsará al menos tres millones de euros con los dividendos de Banco, que además llevará un "ajuste de plantilla" con el despido de 2,000 empleados y el cierre de 450 oficinas este mismo año para "afrontar una etapa de grandes cambios";  dijo durante su visita a México que seguirán activos y aumentarán su presencia en el país;  pero no menciono la activa política laboral represiva y astringente que ejercen a sus empleados bajo la directriz del presidente de Consejo de Administración, Marcos Martínez Gavica, y el Director General de la institución, Héctor Grisi.los que dirigen aquí sus operaciones.


 

En medio de este panorama financiero glorioso, Banco Santander, una perla de la corona española; aquí en la república mexicana sus empleados y ejecutivos que se encuentran laborando en las diversas sucursales del país, principalmente la ciudad de Querétaro y la Ciudad de México, muestran la otra cara de la institución y expresan -con coraje y desilusión-la realidad que internamente viven por el trato y las condiciones laborales a las que están sometidos de manera arbitraria y tras bambalinas.

Concretamente señalan algunos de ellos que, a partir la fusión entre Banco Serfin y el ahora Banco Santander México, S.A., cuando deja de ser nacional y se convierte en extranjero, la parte patronal de manera autoritaria y dictatorial, decreto como una de sus primeras acciones, que no se les pagaría el importe de la prima de antigüedad.

Además, agregándose al comienzo de la lista de quejas, se les quito la prestación que tenían de seguros médicos y ahora únicamente se les presta el servicio médico por conducto del Instituto Mexicano del Seguro Social, del cual se quejan amargamente por la pésima atención que esta institución les brinda. 

Los servicios de vales de despensa que había sido una prestación por la cual los trabajadores se habían beneficiado durante años anteriores, también sin ninguna explicación se los cancelaron, argumentando la institución que esta prestación era muy onerosa para el banco.

Por si fuera poco, la empresa también ya no les integra al salario el bono trimestral, lo cual es una más de los recortes de sus prestaciones, además de que resulta ilegal toda vez que es una prestación que debería recibirse de forma continua e ininterrumpida, por lo que no hay justificación ética ni legal para no integrar este bono al salario, lo que contraviene lo establecido en el artículo 84 de La Ley Federal del Trabajo.

También los empleados quejosos están en desacuerdo con la determinación de la institución de no compensarles y descontarles  el derecho a las vacaciones cuando un empleado no desea tomarlas. El banco en este caso simple y llanamente realiza la anotación en su expediente personal como si las hubiese disfrutado y no se las compensa económicamente.

A los empleados que según los directores juzgan  que tienen baja productividad se les despide, sin que exista medio efectivo ni constancia alguna que mida y pruebe tal falta de productividad. Ni siquiera les señalan, ni argumentan, y menos justifican, la base y fundamento para despedirlos, no citan siquiera motivo alguno. 

Además, la empresa les fija a sus empleados metas “mañosas” que son realmente inalcanzables para tenerlas como pretexto para que no las cumplan, y recortar de esta manera sus comisiones.

Los empleados que tenían adquirida la prestación en el plan de pensiones, lo que se traducía en el pago de una cantidad importante con la que los trabajadores contaban para su retiro, de manera también arbitraria se quitaron sin más ni menos que por su libre arbitrio. El horario de ingreso de los trabajadores es a las 8:15 a las 19:30. Sin embargo las tres horas extras que trabajan de más no se las pagan, argumentando a su conveniencia para justificarse, que no es culpa de la empresa que el empleado no termine su trabajo dentro del horario normal establecido, imponiéndoles la obligación de no abandonar su trabajo hasta que no les quede ningún pendiente.  Además, al menos una vez a la semana, la jornada laboral se prolonga hasta las 22:00 horas. Estas horas extras no se les retribuyen ni se les reconoce como tiempo extra.  Tampoco los empelados cuentan con un horario determinado para descansar y tomar sus alimentos, menos un lugar destinado para ello. 

Por si fueran pocas las imposiciones dictatoriales también les han quitado el subsidio al aguinaldo el cual era de 40 días, y en la actualidad les retienen impuestos respecto de la prestación del aguinaldo. 

Por último, en las juntas regionales y zonales, los ejecutivos, directores de sucursales, se quejan del trato denigrante e insultante de sus directores de más alto nivel, quienes los tratan con palabras vulgares y altisonantes, indignas de la posición social y la imagen que ostentan ante el público que los ve de lejos, pero que no imaginan lo vulgares que se vuelven dentro del banco en el trato y comportamiento delante de sus empleados”. 

Así, tal como nos lo cuentan, están internamente trabajando los empleados y ejecutivos de Santander y la relación laboral con la institución es cada día más tensa y frustrante, que sin aducir argumento alguno en los casos que señalan, actúan con despotismo y arbitrariamente, pasando por alto a su representación sindical, de la cual también están desilusionados por la parcialidad que manifiesta con el banco a la hora de presentar sus quejas y reclamos. 

De los dirigentes del “Sindicato de Trabajadores de Banco Santander”, en ningún momento han tenido respuesta positiva frente a sus quejas ni se ven acciones que aboguen y defiendan sus causas laborales, estando prácticamente sometidos y sumisos al banco, por no decir vendidos. Concretamente señalan al Secretario General, Lic. Juan Arturo Delgado Parada, como un líder “charro”.  Por tal motivo ni creen ni acuden ya a la dirigencia sindical que lejos de representar sus intereses, defiende los de la institución. 

Las prestaciones adquiridas históricamente se las han quitado y dicen encontrarse en estado de indefensión, razón por la cual se han dirigido a la Confederación de Organizaciones Sindicales del Congreso del Trabajo, la que sí ha tomado nota de sus quejas y emprendido un movimiento laboral de naturaleza colectiva en respuesta a sus demandas por las continuas pérdidas de derechos y prestaciones, y que tiene como fin que se las devuelvan y reintegren.  Además, existe sobre estas quejas y reclamos, una “demanda de titularidad” que un grupo numeroso de empleados interpuso el pasado 18 de enero ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. 

Finalmente perciben que su situación podría empeorar ante la amenaza de futuros recortes de personal luego de que, la matriz del banco español en su sede, anunció recientemente despidos de 2,500 empleados y cierre de 450 oficinas para "afrontar una etapa de grandes cambios". Los despidos estiman que llegarán igualmente a los centros corporativos.  Los sindicatos en aquel país temen bajas masivas superiores a las anunciadas. Aquí en México el temor no podría ser menor dada la discriminación y deterioro en su relación laboral que sufren.

Las quejas provienen no solo de empleados de menor rango, sino que abarca todas las categorías, tales como directores y subdirectores de sucursales, así como cajeros premier y no premier.

Esta es la otra cara de la medalla del Banco Santander México, S.A. que muestran los empleados y funcionarios de esta institución que presume ser lo que no es.  Dice ser un Modelo de Atención Premier que  ofrece un trato distinguido y exclusivo de  beneficios diferenciados en sus productos y servicios al público; pero para sus empleados: un modelo laboral bajo y despreciable, mezquino y avariento, concretamente desmedrado.



JMRS