Nacional - Finanzas

Telefónica México cambia a su cúpula en un momento de incertidumbre

2016-06-10

El relevo coincide con los vientos de cambio en el terreno de las telecomunicaciones. La entrada...

J. M. A., El país

Telefónica México ha entrado en una nueva etapa. En un momento de cambio en el sector, la compañía española ha nombrado presidente ejecutivo y director general a Carlos Morales Paulín en sustitución de Francisco Gil Díaz. El nuevo directivo, con 13 años de experiencia en el grupo, es considerado un hombre de la casa. Ha sido vicepresidente de Consumo y de Operación en Brasil y director de Marketing en España. Su antecesor, con 10 años en el cargo, pasará a ser consejero presidente no ejecutivo.

El relevo coincide con los vientos de cambio en el terreno de las telecomunicaciones. La entrada del gigante AT&T ha roto la zona de confort de Telefónica y aumentado las dificultades para encontrar espacios libres en un país donde América Móvil, del multimillonario Carlos Slim, mantiene aún enormes cuotas de mercado.

En este universo tan compacto, la gestión de Gil Díaz, bien considerada por los expertos, logró a lo largo de una década situar en una posición de fuerza a Movistar. Con grandes inversiones, la compañía alcanzó al cierre de 2015 una participación de mercado del 23,1%, con casi 25 millones de clientes en telefonía móvil. Muy lejos de Telcel (68%), pero por encima de AT&T (8,1%).

“AT&T tiene menos usuarios pero más espectro potencial, lo que le dota de una mayor capacidad de crecimiento. Telefónica no ha participado en las últimas licitaciones. Es una compañía que tiene que pensar si se quiere quedar o no en México. Y en caso afirmativo necesita un cambio y replantear su modelo de negocio”, señala la presidenta de Observatel, Irene Levy.

La caída de las tarifas, los problemas generales de cobertura y velocidad de la red suponen un desafío para Movistar. Pero el mayor reto procede de la carrera de inversiones en la que América Móvil (2,000 millones de dólares) y AT&T (1,000 millones) se han embarcado este año y que, en términos absolutos, quedan muy lejos de los planes de Telefónica. Este son algunos de los problemas estratégicos a los que tendrá que enfrentarse el nuevo presidente ejecutivo. “Su antecesor cumplió con un ciclo y lo hizo bien, era un secreto a voces que iba a ser cambiado. Ahora le toca al nuevo jefe decidir el futuro de la compañía”, señala Levy.



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