Internacional - Política

Todos contra Donald Trump 

2017-08-14

Algunos consideran a esta estatua como un homenaje al pasado esclavista que hay que borrar, y...

   
(ANSA) - NUEVA YORK, 13 AGO - Una tormenta de críticas recibió Donald Trump por su débil condena a los supremacistas tras los incidentes de Charlottesville, en Virginia, provocados por una manifestación racista de ultraderecha.
    
Desde los demócratas a los republicanos, pasando por Barack Obama hasta llegar a Anthony Scaramucci, portavoz por una decenas de días del mismo Trump, las duras críticas llegaron contra el presidente estadounidense por no haber apuntado el dedo explícitamente contra los supremacistas blancos.
    
Y no haberlo hecho llevó al Consejo para la Seguridad Nacional a definir el incidente como un acto terrorista y el FBI a abrir una investigación por posible violación de los derechos civiles.
    
La marcha de los supremacistas de Charlottesville el pasado viernes tenía por objeto protestar contra la decisión del Ayuntamiento -paralizada por la justicia- de retirar una estatua de Robert E. Lee (1807-1870), general del Ejército Confederado durante la Guerra Civil.
    
Algunos consideran a esta estatua como un homenaje al pasado esclavista que hay que borrar, y otros, como una pieza de historia que respetar. El conflicto en sí pone en evidencia las heridas aún abiertas de un país en el que negros y blancos siguen separados por enormes barreras socioeconómicas.
    
La Casa Blanca intervino para intentar aplacar las polémicas: la condena de Trump "incluía a los supremacistas, el KKK (Ku Klux Klan), los neo nazis y todos los grupos extremistas".
    
Pero la aclaración cae a oídos sordos. Incluso porque el pasado sábado el magnate se limitó a hablar de violencia en "varias partes", sin llamar -se resaltó- "al diablo por su nombre".
    
No basta ni siquiera la alternancia de los empleados más estrechos del presidente frente a las cámaras para los shows del domingo para crear un muro defensivo alrededor del magnate. Los únicos que se salvaron de la tormenta son las mujeres de Trump, Melania y Ivanka, que -según la opinión de todos- tuitearon aquello que el presidente debió haber dicho.
    
Hablando de violencia en "varias partes" en referencia a los enfrentamientos de Charlottesville durante una manifestación de supremacistas, Trump traspasó todo el espectro político. Ahora lo esperan, para criticarlo con toda una ola de manifestaciones, los estadounidenses de Nueva York, su ciudad donde vuelve por primera vez desde que asumió en la Casa Blanca.
    
Decenas de manifestaciones están programadas en la Gran Manzana que nunca consideraron a Trump como "su presidente".
    
Cientos de personas esperan en la calle, donde será protagonista también una obra de arte de una galería de Chelsea: una rata gigante inflable con la cara del presidente.
    
A Obama, que cita a Nelson Mandela para condenar la violencia de Charlottesville y a Trump, se contrapone el ex director de comunicación de la Casa Blanca: en su primera salida pública después de su despido, Scaramucci critica al mandatario por no haber usado tonos bastante duros contra los neo nazis. "The Mooch", el "oportunista" como es apodado, sin vacilar cree que el responsable del error es Steve Bannon, el controvertido estratega de la Casa Blanca vinculado a la derecha. Si las críticas de los demócratas están descontadas, aquellas de los republicanos compactos llegan inesperadamente. Marco Rubio pide al presidente a "describir los acontecimiento por aquello que son, un acto de terrorismo por parte de los supremacistas blancos".
    
"El diablo va llamado con su nombre", dicen otros senadores de derecha.
    
Mientras que las redes sociales se dividen sobre el presidente, con facciones a favor y contrarios a Trump intercambian acusaciones, los palabras más duras contra el inquilino de la Casa Blanca las usa el alcalde de Charlottesville, Michael Signer.
    
Este se anima a hablar de racismo organizado, basta con ver la campaña que ha hecho.
    
"La responsabilidad de lo que pasó es de la Casa Blanca", afirmó Signer, dando voz a los muchos que acusan a Trump de no condenar a los supremacistas blancos en señal de apoyo que le dieron durante la campaña.
    
El pasado sábado, el exlíder del Ku Klux Klan David Duke, entre muchas declaraciones, presentó el proyecto de ley para el magnate.
    
"Mira en el espejo y recuerda que los estadounidenses blancos te regalaron la presidencia", resaltó. Por otro lado, es una de las críticas demócrata más recurrentes, Trump presentó a la Casa Blanca una troika de extrema derecha, esa galaxia de odio compuesta por Bannon, Stephen Miller y Sebastian Gorka.



yoselin
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