Investigan a la escuela colapsada por el sismo para descubrir vicios ocultos' 

Elisabeth Malkin, The New York Times

CIUDAD DE MÉXICO — Los funcionarios mexicanos han iniciado una investigación para determinar si la escuela que colapsó durante el terremoto de la semana pasada —causando la muerte de diecinueve niños y seis adultos— pudo haber violado los códigos de construcción.

Peritos externos habían verificado la seguridad del edificio escolar hace tan solo tres meses pero la indagatoria buscará “vicios ocultos”, dijo el lunes Claudia Sheinbaum, la jefa de la delegación Tlalpan que es uno de los 16 distritos en los que se divide Ciudad de México.

El colapso del Colegio Enrique Rébsamen, una escuela privada, rápidamente se convirtió en uno de los símbolos más conmovedores de las pérdidas por el sismo del 19 de septiembre que ha causado la muerte de 333 personas hasta el momento —194 de ellas en Ciudad de México—.

Más de 35 edificios se derrumbaron en varias zonas de la ciudad, donde viven ciudadanos de diversos niveles socioeconómicos. Decenas de personas quedaron sepultadas en un edificio de oficinas en la boyante colonia Roma, y muchos otros murieron en una fábrica de textiles ubicada en la colonia Obrera. Además cinco estudiantes universitarios fallecieron en el Tec de Monterrey, una prestigiosa universidad mexicana, y los rescatistas todavía intentan sacar a varias personas que quedaron atrapadas en un multifamiliar del sur de la ciudad.

En muchos de esos casos, los funcionarios del gobierno de la ciudad intentarán precisar qué fue lo que pasó. Los códigos de construcción de Ciudad de México ya se encuentran entre los más estrictos del mundo, pero su cumplimiento es subcontratado a inspectores privados. A pesar de que enfrentan cargos penales si hacen caso omiso de los reglamentos y ocurre un accidente, esos inspectores externos son el eslabón más débil al momento de garantizar las normas de seguridad.

Ningún edificio es sometido a escrutinios tan profundos como las escuelas. Casi al mismo tiempo que los rescatistas se apresuraban a sacar a los niños de las ruinas, se multiplicaron los cuestionamientos sobre si los propietarios del inmueble habían violado las normas al expandir la escuela a lo largo de los años.

Sheinbaum señaló que las obras en el colegio, fundado en 1983, habían sido suspendidas dos veces por construir sin permiso: primero en 2010 y de nuevo en 2014. En ambas ocasiones, la escuela solicitó retroactivamente un permiso, pagó la multa y continuó la construcción, mencionó la jefa delegacional en una entrevista telefónica.

Sin embargo, faltan muchos documentos porque su predecesor dejó las oficinas de Tlalpan convertidas en un caos, aseguró Sheinbaum, y ella no sabía que la escuela había construido en esas fechas. “Lo más importante es que el edificio colapsó”, explicó.

La funcionaria le solicitó al Colegio de Ingenieros de México que realice una investigación para determinar por qué se desplomaron los dos edificios más antiguos de la escuela. La construcción se realizó antes de que entraran en vigor las nuevas regulaciones surgidas por el terremoto de 1985 y es probable que nunca se le hicieran trabajos para mejorarla, comentó.

Según las normas de la ciudad, la escuela había presentado en junio un plan de protección civil junto con las autoridades, el cual incluía aprobaciones actualizadas de los inspectores. Uno de ellos también había inspeccionado la edificación después del sismo de magnitud 8,1 que el 7 de septiembre devastó partes de los estados de Oaxaca y Chiapas, pero no se solicitó a la escuela que entregara ese informe.

El terremoto de la semana pasada —con epicentro en el estado de Morelos, al sur de Ciudad de México— afectó a Tlalpan, al sur de la capital, más que a cualquier otra zona de la urbe. La mayoría de los sismos suceden en la costa del Pacífico y sus ondas se intensifican en el terreno suave que se encuentra debajo de la ciudad.

El impacto del terremoto podría obligar a los funcionarios a reforzar los códigos de construcción o revisar su cumplimiento. “Vivimos en una ciudad de una enorme vulnerabilidad”, afirmó Sheinbaum. “Necesitamos garantizar la seguridad de millones de personas”.

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