Internacional - Economía

El FMI alerta de los riesgos para la economía por la tensión en Cataluña

2017-10-06

Y las referencias a la cuestión catalana no acaban ahí. También se recoge una...

Antonio Maqueda, El País

Con solo una breve pero explícita mención en su informe, el Fondo sitúa el desafío soberanista entre los principales riesgos a los que se enfrenta la economía española: "En el ámbito doméstico, deshacer los logros de las reformas podría nublar las perspectivas de crecimiento a largo plazo, los retrasos en la consolidación fiscal limitarán la capacidad de maniobra ante futuros shocks y los movimientos de independencia regionales podrían añadir incertidumbre", sostiene el documento que todos los años elabora el FMI sobre la coyuntura económica de España, el llamado artículo IV que se confecciona para todos los países a partir de las visitas regulares de los equipos del Fondo.

Y las referencias a la cuestión catalana no acaban ahí. También se recoge una mención velada en un estudio aparte que el organismo dedica a la banca y las instituciones financieras, el conocido como Financial System Stability Assessment, que se lleva a cabo cada cinco años y que en 2012 detectó el agujero en Bankia. Al plantear cuáles son los posibles riesgos a los que se enfrentan las entidades en los test de esfuerzo, el Fondo insiste en que la inversión y el consumo pueden "debilitarse debido a la incertidumbre política".

Estos informes oficiales se redactan con semanas y meses de antelación. Y los datos económicos suelen recabarse con un cierto retardo, lo que hace todavía difícil ver el impacto económico de la incertidumbre generada en Cataluña. Sin embargo, ante el reciente desarrollo de los acontecimientos, la institución que preside Christine Lagarde ha introducido a última hora estos incisos. En una conferencia telefónica con los medios, la responsable de la misión en España, Andrea Schaechter, no ha querido añadir nada más. Pero parece evidente que la preocupación por Cataluña ha llegado a las altas esferas del organismo radicado en Washington y encargado de asistir a los países en apuros financieros.

Desde el pasado lunes, el ruido generado ha ido en aumento. Caixabank y el Sabadell trasladarán su domicilio social fuera de Cataluña en medio de rumores sobre una fuga de depósitos por el miedo a que estas entidades quedasen fuera del euro. Naturhouse, Oryzon, Dogi, Service Point, Mediolanum y Eurona también abandonan la comunidad. Y Catalana Occidente y Freixenet se lo están planteando si se declara unilateralmente la independencia. En medio de la estampida, el vicepresidente de la Generalitat de Cataluña y conseller de Economía, Oriol Junqueras, aseguró este jueves en la Sexta que “no va a haber una fuga de empresas de Cataluña”. Y añadía: “Vaticinios de este tipo se han hecho otras veces y, de momento, no han sucedido nunca”.

La confianza en la economía tarda mucho tiempo en construirse. Pero puede disiparse en cuestión de minutos. El mensaje del FMI se une al de instituciones como el Banco de España, que advertía la semana pasada de que esta incertidumbre podría incidir “eventualmente en la confianza de los agentes y en sus decisiones de gasto y condiciones de financiación”. O al del think tank económico Funcas, que sostenía que Cataluña es el principal "riesgo político" que encara la economía española. “De prolongarse indefinidamente, el impasse terminaría por afectar a las primas de riesgo y aumentaría la carga financiera que soportan tanto el sector público como el privado debido al elevado endeudamiento", afirmaba en una nota de mediados de septiembre. En una clara referencia a Cataluña, la Autoridad Fiscal apuntaba este jueves que la deuda pública podría volverse insostenible si empeoran las condiciones financieras.

Agencias de calificación como Standard & Poor’s y Moody’s también han avisado en estos días de que la situación catalana puede acabar debilitando el crecimiento y dañando las condiciones de financiación. En la noche del jueves, Fitch ponía en perspectiva negativa la calificación de Cataluña porque depende de la financiación de España.

El dinero tiene los pies rápidos. Y numerosos representantes empresariales se han prodigado con advertencias sobre el peligro de un parón de las inversiones en Cataluña. El presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Jaime Malet, ya había alertado hace unas semanas de que Cataluña podría perder muchas sedes e inversiones. Pese a no citar casos concretos, el presidente de la patronal catalana, Joaquín Gay de Montellá, y el presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, han señalado que ya se están deteniendo inversiones. El ministro de Economía, Luis de Guindos, incluso explicó que una multinacional del automóvil había interrumpido su entrada en Cataluña, si bien se mostraba convencido de que este bloqueo podría reconducirse. En definitiva, de enquistarse este problema, el consenso es que la recuperación económica podría resentirse al pararse decisiones de compra y de inversión. Y el FMI es el último organismo en apuntarlo.

Elevar la edad de jubilación, otra reforma laboral y subir el IVA

Más allá de las dificultades por Cataluña, el Fondo ha publicado tres sesudos informes sobre la economía española. En el llamado artículo IV alaba la “impresionante” recuperación económica debido a las reformas aplicadas. Señala la recuperación de la competitividad, que ha permitido obtener un saldo positivo con el exterior. Y destaca la robusta creación de empleo. Sin embargo, precisa que existe el riesgo de un parón reformista y que se tiene que aprovechar esta recuperación para construir unos colchones fiscales que ayuden a hacer frente a posibles shocks, máxime con elevada deuda frente al exterior y la bomba de relojería que supone para el gasto público el inminente envejecimiento de la población. De ahí que sea necesario proseguir con la reducción del déficit público. Pero no con más recortes. El Fondo sostiene que el grueso de estos colchones se podrían obtener por la vía de los ingresos. En concreto, pide suprimir buena parte de los tipos reducidos del IVA, que lastran su recaudación, y elevarlos al 21%. Además, aboga por eliminar incentivos fiscales y subir los impuestos medioambientales.

El Fondo dedica especial atención a la reforma de las pensiones, y explica que se debe seguir profundizando en ella. “Aunque con las reformas realizadas ya se ha asegurado la sostenibilidad financiera del sistema, ahora hay que asegurar la sostenibilidad social”, ha indicado la jefa de la misión del FMI, Andrea Schaechter. Es decir, no se ha explicado bien al público el alcance y consecuencias de las reformas ya aplicadas. De no haberse puesto en marcha estas, el gasto en prestaciones se duplicaría con la jubilación del baby boom. ¿Y cómo se está logrando detener ese incremento del gasto? El Fondo explica que las pensiones permanecerán "durante décadas" prácticamente congeladas con subidas de solo el 0,25%. Este es el mínimo legal fijado mientras no se recupere el equilibrio financiero de la Seguridad Social. Aun así, la relación entre la pensión recibida y el último sueldo continuará siendo alta para los estándares europeos, apunta. Pero en todo caso habrá una erosión del poder adquisitivo, pues perderá gradualmente peso en relación al salario medio. Por eso, hay que ser “transparentes con las pérdidas que entraña esta reforma”, razona. Y ello con el objetivo de que los ciudadanos puedan hacer planes complementarios que, incluso, podrían ser gestionados de forma pública, en una especie de alusión a la conocida como mochila austriaca.

En el fondo, esta ultima recomendación parece un respaldo a las reclamaciones de entidades financieras y aseguradoras. Estas piden desde hace tiempo al Gobierno que se remitan las cartas a los cotizantes detallándoles cómo quedaría en el futuro su pensión. Pero el Ejecutivo de Rajoy se resiste.

Por otra parte, el Fondo sugiere que hay margen para más medidas de ajuste en las pensiones. Por ejemplo, menciona la posibilidad de retrasar la edad de jubilación más allá de los 67 años fijados en la penúltima reforma. ¿Y cómo? Pues ligándola a la evolución de la esperanza de vida.

La otra pata en la que centra la atención el organismo es el empleo. “Se necesitan más esfuerzos para acabar con la segmentación del mercado laboral”, indica. Para las empresas, “todavía hay una diferencia de coste significativo entre los temporales y fijos”, argumenta. O lo que es lo mismo, defiende una nueva reforma laboral para reducir la temporalidad. También esgrime la necesidad de mejorar la formación y las políticas activas de empleo, con el fin de ayudar a los menos formados y a los desempleados de larga duración a reingresar en el mercado laboral. De lo contrario, se corre el riesgo de “una privación de derechos permanente”. Por último, el Fondo subraya que buena parte del crecimiento se ha creado en sectores de baja cualificación y productividad. De ahí que insista en que haga falta mejorar la cualificación de los trabajos ofertados.

En cuanto al sector bancario, el FMI recomienda acelerar el proceso de limpieza de los balances, elevar más el capital de alta calidad, reducir los costes operativos y seguir muy de cerca los riesgos que conlleva el comportamiento de los tipos de interés y los mercados de bonos. Subraya que todavía existe exceso de capacidad en el sistema bancario y llama la atención sobre cómo están creciendo los riesgos de contagio por la mayor exposición del sistema financiero al exterior. “La creación de un Consejo de Riesgo Sistémico aumentaría la capacidad para vigilar el riesgo, la coordinación de las políticas y la prevención de las crisis”, concluye.



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