Internacional - Política
El conflicto con Moscú se ahonda
Por Patrizia Antonini
(ANSA) - BRUSELAS, 23 MAR - La tensión entre Europa y Moscú se agudizó por el caso del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia, pues hoy los 28 líderes pidieron a la jefa de la diplomacia del bloque, Federica Mogherini, que llame a consultas al jefe de la delegación UE en Rusia, el embajador Markus Ederer, que regresará a Bruselas el fin de semana.
Una medida frente a la cual el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, expresó "pesar", porque se decidió no sobre hechos establecidos sino sobre la base de "altas probabilidades". Por su lado, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, advirtió que Londres intenta "presionar a los socios para que avancen hacia el enfrentamiento, y pretende hacer que la crisis con Rusia sea lo más profunda posible". Pero la decisión de los líderes de la Unión Europea parece ser sólo el comienzo de una crisis diplomática con perspectivas de empeorar. Al menos una decena de países dijeron estar listos para lanzar medidas bilaterales y responder a lo que, en palabras del presidente francés Emmanuel Macron, fue un ataque a la "seguridad y soberanía europeas", con el uso de armas químicas por primera vez en suelo europeo de la Segunda Guerra Mundial.
La presidenta lituana, Dalia Grybauskaite, emprenderá en los próximos días la expulsión de diplomáticos rusos, en línea con Londres: en particular se habla de personal de inteligencia bajo cobertura para contribuir a desmantelar la red establecida por el Kremlin en Europa. Otros, como Dinamarca, Letonia, Estonia, Suecia, República Checa, Eslovaquia, Croacia e Irlanda podrían recurrir a medidas análogas. Entre los instrumentos sobre la mesa se encuentra también la convocatoria del embajador ruso dar explicaciones.
También Berlín y París adoptarán pronto "medidas proporcionales" para reaccionar ante el ataque llevado a cabo con una toxina "Novichok", un arma química que la Unión Soviética intentó desarrollar en los 70 y 80.
La decisión de usar el puo de hierro vino después de las decisiones de la premier británica, Theresa May, quien en la cena de la cumbre "dio claras indicaciones" sobre las "responsabilidades de Rusia", como lo subrayó la canciller alemana, Angela Merkel.
Las palabras de la premier, quien definió al gobierno ruso como un "enemigo estratégico", convencieron a los 27, que en la declaración final acordaron con Londres hablar de "la alta probabilidad" de que Moscú esté detrás del caso del envenenamiento de Skripal y su hija Yulia, pues "no hay otra explicación plausible".
De nada sirvieron los reclamos a la cautela del premier italiano, Paolo Gentiloni, del jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, así como los del premier búlgaro Boiko Borissov y su par griego Alexis Tsipras, y del presidente chipriota Nicos Anastasiades. Ellos, no obstante las recomendaciones, al final, prefirieron no ubicarse del lado equivocado.
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