Internacional - Política

Latinoamericanos más desconfiados de sus gobiernos

2018-07-24

Así lo reveló el estudio "Perspectivas económicas de América...

Por Oscar Escamilla

 

(ANSA) - BOGOTA, 24 JUL - Como en una paradoja, la clase media latinoamericana es ahora más exigente con sus instituciones y gobernantes, de quienes recela cada vez más, a la vez que se siente vulnerable con las veleidades de la economía mundial.
    
Así lo reveló el estudio "Perspectivas económicas de América Latina 2018. Repensando las instituciones para el desarrollo", elaborado por Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y presentado este martes en Bogotá.
    
El informe señaló que la baja confianza que los latinoamericanos tiene hacia sus instituciones públicas y gobiernos descendió por un tobogán de sensaciones en la última década hasta situarse en el 75%, según datos citados del Latinobarómetro de 2017.
    
"En 2016 solo un 24% de los latinoamericanos dijeron tener confianza en la honestidad de las elecciones (en comparación con 46% en los países de la OCDE); apenas 15% creían que la corrupción no estaba extendida en el gobierno (28% en la OCDE); solamente un 34% confiaba plenamente en el sistema judicial nacional (49% en la OCDE); y apenas un 29% tenía confianza en el gobierno nacional (37% en la OCDE)", resaltó el estudio.
    
A todo ese recelo se sumó la insatisfacción hacia los servicios públicos que pasó del 57% al 41 entre 2006 y 2016; mientras que la calidad del sistema educativo también decayó al pasar del 63% al 56%, en ese mismo periodo.
    
"Hay dos principales explicaciones a esta aparente paradoja", dijo el informe que subrayó tanto al crecimiento de la clase media en la región como al temor de esos sectores de que lo ganado es susceptible de perderse por cuenta de eventuales crisis económicas, como la que recientemente experimentó el continente.
    
Según el análisis, el crecimiento de la clase media, que para 2015 correspondía al 34,5% de la población de América Latina y el Caribe, 21 puntos porcentuales más que en 2001, exige más y mejores servicios públicos, es más crítica con sus gobernantes y se resiste al conformismo.
    
"La expansión de la clase media ha traído consigo un cambio de valores que explica en parte la caída de confianza y satisfacción de los ciudadanos en ALC. Los ciudadanos de clase media son habitualmente firmes defensores de la democracia, al mismo tiempo que mantienen hacia el sistema un espíritu crítico y de control de su funcionamiento", precisó el estudio.
    
En el campo económico, esa misma clase media sintió con fuerza el golpeteó de la turbulencia provocada por la recesión de 2015 y 2016, que puso a muchos a temer por un regreso a la pobreza, una puerta que creían ya cerrada. "La desaceleración económica que comenzó en 2011 en ALC condujo a una recesión de dos años en 2015 y 2016, de la cual la región está saliendo. ALC se beneficiará de la moderada mejora de la actividad mundial y la estabilización de los precios de los productos básicos. Sin embargo, la incertidumbre política y los retrasos de los grandes proyectos de infraestructura reducirán la inversión y aumentarán los riesgos", resaltó la OCDE.
    
Agregó que las "proyecciones de crecimiento" de la región se sitúan entre el 2% y el 3% este año, porcentajes menores respecto del desarrollo de la economía antes de la crisis, en un contexto internacional cambiante.
    
Contexto regido ahora por los bajos precios internacionales de las materias primas, el estancamiento del comercio, las restricciones financieras, las retóricas proteccionistas y hasta la migración y el cambio climático hacen parte de ese panorama.
    
Frente a este panorama "los ciudadanos están desconcertados y con incertidumbre sobre la capacidad de las instituciones para dar respuesta a estos desafíos y para garantizar una nueva etapa de progreso socioeconómico", describió la OCDE en su análisis.
    
Pero el informe no se quedó en el diagnóstico, fue un poco más allá y lanzó una serie de sugerencias que apuntan principalmente hacia los Estados y sus gobernantes, a quienes sugirió cambios para no solo enfrentar el contexto político y social actual, sino para dar respuesta a sus ciudadanos descreídos y demandantes de ahora.
    
En ese orden, el estudio deslizó entre las posibilidades mejorar los flujos económicos y de intercambio comercial regional, apuntar por iniciativas del tipo Mercosur y Alianza del Pacífico, además de Estados más fuertes donde ahora son débiles, con capacidad de rendir cuentas y que respondan a intereses colectivos y no a grupos privados.
    
"Las instituciones en América Latina deben ser repensadas con una mirada hacia el futuro, para aprovechar las oportunidades emergentes y para poder dar respuesta a los nuevos desafíos", reclamó el estudio. (ANSA).



Jamileth