Religión

La bofetada diplomática del Papa Francisco a Nicolás Maduro: "Excelentísimo señor"

2019-02-14

En una dura misiva de su puño y letra, filtrada por el Corriere della Sera, el Papa...

Daniel Lozano y Soraya Melguizo | El Mundo

Caracas / Roma.- Nicolás Maduro contactó con la Santa Sede en busca de su apoyo en medio de la presión internacional y lo que se encontró fue una sonora bofetada diplomática. En una dura misiva de su puño y letra, filtrada por el Corriere della Sera, el Papa Francisco no sólo reprocha al líder revolucionario por el incumplimiento de los acuerdos alcanzados durante los diálogos de 2016, también degrada al líder revolucionario, a quien retira el trato presidencial al calificarle como "excelentísimo señor".

La carta publicada ayer por el diario italiano está fechada el 7 de febrero y lleva la firma de "Francisco". Consta de dos folios y medio en los que el Papa recuerda al mandatario bolivariano los intentos de la Santa Sede de mediar en el conflicto junto con los obispos venezolanos "como garante y a petición de las partes".

"Desafortunadamente, todos fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por acciones concretas para implementar los acuerdos", escribe el Pontífice. "Y las palabras parecen deslegitimar los buenos propósitos que habían sido puestos por escrito", apunta.

Buenos propósitos en los que también participó entonces el ex jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y que sirvieron para redactar una hoja de ruta pactada entre las partes: elecciones, reconocimiento del Parlamento, liberación de los presos políticos y apertura de una canal humanitario.

Ninguno de ellos cumplidos por la revolución y que hoy se mantienen de rabiosa actualidad: las elecciones presidenciales del año pasado no son reconocidas ni por la oposición ni por buena parte de la comunidad internacional, lo que ha llevado al país a su actual situación; el Parlamento sufre el constante asedio gubernamental pese a ser la única institución legítima; la cifra de prisioneros políticos se ha multiplicado hasta 989, algo inédito en Venezuela; y la ayuda humanitaria se ha convertido en el eje de la política de choque del presidente encargado, Juan Guaidó, contra el líder revolucionario, Nicolás Maduro.

La carta papal es continuación natural de la también dirigida en 2016 a Maduro por su mano derecha, Pietro Parolin. En ella, el secretario de Estado de la Santa Sede y antiguo nuncio apostólico en Caracas insiste en las mismas claves referidas ahora por Francisco. El oficialismo descargó entonces su ira en su contra, incluso quiso imponer a la opinión pública local que se trataba de una iniciativa personal de Parolin, alejada de los deseos del Sumo Pontífice. "Falta de respeto, irresponsable, creer que desde el Vaticano van a tutelar a Venezuela", acusó entonces Diosdado Cabello, número dos de la revolución.

El Vaticano abandonó entonces su mediación y, pese a los distintos cantos de sirena, ha evitado involucrarse en el conflicto. En cambio Zapatero, pese a los incumplimientos, se mantuvo en el centro del huracán durante 2017 y 2018.

"La carta pone en evidencia la postura que siempre ha tenido el Vaticano de intentar mediar", corroboró ayer el cardenal Baltazar Porras, peso pesado de la Iglesia católica venezolana. "Lo que recoge no nos sorprende en absoluto, porque ha sido la postura de la Iglesia", añadió.

La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) no reconoce a Maduro como presidente. "El pueblo ha despertado, está en la calle porque anhela un cambio en el rumbo político y democrático del país", precisó la CEV en su último comunicado. En varios llamados a las fuerzas armadas y a la policía, les exhortó para que protegieran a los manifestantes después de la represión entre el 21 y 24 de enero, que se cobró la vida de más de 40 personas, según la ONU.

"La carta del Papa explica la neutralidad positiva de la diplomacia vaticana: llama a Maduro señor y no presidente. Expresa así su total consonancia con los obispos, que no reconocieron el segundo mandato de Maduro a partir del 10-E", explicó el teólogo Rafael Luciani, quien además recuerda que el Vaticano fue el primer Estado en no reconocer la Asamblea Constituyente de Maduro.

En un tono duro pero cordial, el Pontífice se muestra a favor de una mediación aunque puntualiza que no se trata de cualquier diálogo. Mientras el jefe revolucionario pretende ganar tiempo con el diálogo, Guaidó lo rechaza. El presidente encargado solicitó la semana pasada a Francisco que intentara convencer a Maduro para que abandone el poder.



Jamileth