Reportajes

Eclosión diplomática anunciada: Netanyahu en el Congreso de EU

2015-03-01

Los principales representantes del gobierno estadounidense no verán a Netanyahu cuando...

Por Sara Lemel y Marco Mierke

Washington/Tel Aviv, 1 mar (dpa) - El gobierno de Estados Unidos no podría ser más demostrativo en lo que respecta a su postura hacia la inminente visita a Washington del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El presidente Barack Obama se niega a reunirse con él; el vicepresidente Joe Biden no lo reemplazará en esa tarea por estar (espontáneo-planeadamente) en Uruguay y Guatemala; y el secretario de Exteriores John Kerry también seguramente se hallará de viaje, dijo con precisión poco esmerada una portavoz.

Los principales representantes del gobierno estadounidense no verán a Netanyahu cuando éste viaje a Washington para presentarse a principios de marzo ante el Congreso. El mensaje es claro: no es bienvenido.

Si bien a nivel oficial se asegura que el objetivo es evitar intervenir en la situación política interna de Israel, que celebrará elecciones parlamentarias el 17 de marzo, los verdaderos motivos son más explosivos. Obama está furioso por que Netanyahu vaya a pronunciar un discruso el 3 de marzo ante el Congreso estadounidense sin previa consulta con la presidencia.

La invitación fue extendida por el líder republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, a espaldas de Obama. Según trascendió, Netanyahu se propone aprovechar la oportunidad para referirse a las negociaciones nucleares que lleva adelante Irán con el grupo de los 5+1 (los cinco países con derecho a veto del Consejo de Seguridad más Alemania). La mayor parte de los republicanos estadounidenses está en contra de un acercamiento hacia Irán, y Netanyahu también querría ver truncas las conversaciones, una de las principales banderas de Obama a nivel de política exterior.

El periódico israelí "Maariv" se refirió a un "choque frontal" entre ambos líderes políticos y aseguró que la controversia ya ha dejado sus huellas en las relaciones estratégicas entre Israel y Estados Unidos.

"Para mí es una humillación del presidente de Estados Unidos", apuntó el parlamentario demócrata Greg Meeks, quien, junto con numerosos congresistas, tiene previsto no asistir al discurso del israelí.

Algunos comentaristas locales incluso señalan que sería el quiebre definitivo entre Obama y Netanyahu, que de por sí no tenían una relación muy estrecha. Un distanciamiento entre semejantes aliados tendría un fuerte impacto, y lo que agrava la situación es que el jefe de un gobierno extranjero como Netanyahu haya logrado recrudecer las rivalidades internas del gobierno norteamericano.

Invitar a Netanyahu por cuenta propia es un evidente desaire de Obama por parte de Boehner.

Mayor es el peso que adquiere entonces la acusación lanzada por un escritor del "Washington Post" que suele estar bien informado: se supone que Netanyahu le entregó a la prensa israelí partes de un posible acuerdo entre las potencias occidentales y Teherán. Y no sólo eso. Se supone que la entrega estaba filtrada con informaciones falsas y que la maniobra llevó a que la Casa Blanca suspendiera el flujo de información sobre las negociaciones con Israel.

Netanyahu, sin embargo, asegura no buscar una confrontación con el presidente Obama. El objetivo de su discurso, sostiene, es advertir de los grandes riesgos que encierra "un mal acuerdo" nuclear. La propuesta que le consta en este momento a Teherán, asegura Netanyahu, "es muy peligrosa para Israel y peligrosa para la región y para la paz mundial", según lo expresado durante un encuentro con parlamentarios estadounidenses en Jerusalén.

Desde la perspectiva del jefe de gobierno israelí, la propuesta permitiría que Irán construyera en un breve lapso su propia bomba atómica "y le permitiría contar con las bases para el enriquecimiento de uranio, que puede servir para construir otras tantas bombas en los próximos años", alertó.

Netanyahu sostiene que es su deber contraponerse a estos avances a través de su discurso en Estados Unidos.

Sin embargo, más de la mitad de los israelíes está en contra de que se pronuncie ante el Congreso norteamericano, según un reciente sondeo del Canal Dos israelí.

Muchos consideran que la intervención de Netanyahu es un acto electoralista indirecto, por lo cual el Comité Central Electoral de Israel decidió que el discurso podrá ser transmitida únicamente con una demora de cinco minutos en el Parlamento israelí. De ese modo, se podrán recortar pronunciamientos del presidente del partido Likud que tuviesen claros fines electorales.

La Casa Blanca, según medios estadounidenses, evalúa posibles estrategias que vayan en contra la maniobra israelí. Si bien se evaluaron diversas posibilidades, como un discurso simultáneo de Obama, por el momento la estrategia no está definida. Lo que sí se sabe es que es muy posible que la reunión anual del lobby proisraelí Aipac sea en 2015 la primera que no cuente con representantes gubernamentales estadounidenses de alto rango.

 



Notas Relacionadas

No hay notas relacionadas ...