Para Reflexionar en Serio

¿Qué es adorar a Dios?

2012-06-11

Al descubrir a Dios como Creador, descubrimos inmediatamente que no somos nada y que todo lo...

Fuente: Homilia.org

Es reconocerlo como nuestro Creador y nuestro Dueño. Es reconocerme en verdad lo que soy: hechura de Dios, posesión de Dios. Dios es mi Dueño. Yo le pertenezco.

Adorar a Dios, entonces, es tomar conciencia de nuestra dependencia de El y de la consecuencia lógica de esa dependencia: entregarnos a El y a su Voluntad.

Tú eres mi Creador, yo tu criatura; Tú mi Hacedor, yo tu hechura; Tú mi Dueño, yo tu propiedad. Aquí estoy para hacer tu Voluntad.

COMO ADORAR

Recordemos la escena de los Reyes Magos ante el Niño Jesús y la de los 24 Ancianos del Apocalipsis, los cuales se postraron y adoraron al Señor, quitándose sus coronas.

Quitarnos nuestras coronas es despojarnos de nuestro yo. Despojarnos de nosotros mismos es estar frente a Dios en la verdad. "Los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad" (Jn 4, 23). Somos capaces de ser veraces prácticamente sólo cuando adoramos. La adoración es lo que nos hace estar en verdad.

Y ¿cuál es nuestra verdad? Que somos directamente dependientes de Dios. No nos valemos por nosotros mismos. La adoración exige esa pobreza de las bienaventuranzas: ser pobre de espíritu. Es la pobreza radical de quien se sabe nada. Nada somos, nada tenemos. Equivale a: "Dios es Todo, yo soy nada", de Santa Catalina de Siena.

Al descubrir a Dios como Creador, descubrimos inmediatamente que no somos nada y que todo lo recibimos de El. Nos ponemos, entonces, delante de Dios en desnudez, como Job cuando al final aceptó -por fin- que recibía todo de Dios: "Reconozco que lo puedes todo" (Job 42, 1-6).

Como la canción Maranatha: "Haz que me quede desnudo ante tu presencia, haz que abandone mi vieja razón de existir". Hay que abandonar las alforjas que cargamos y el viejo vestido, que llevamos puesto. Y que pretendemos llevarlo –inclusive- a la oración.

CUANDO ADORAR

"ADORAR EN ESPIRITU Y EN VERDAD"

LA ORACION NOS DESCUBRE LA VERDAD SOBRE NOSOTROS MISMOS.



gilberto