Pura Demagogia

Reaprender a leer

2011-01-03

Si todos tuviéramos la oportunidad de llegar querríamos que se nos tratara bien, no...

Hernán González G., La Jornada

Si logró librar el espíritu navideño, conocido también como la segunda venganza de Lucifer –la primera es en Semana Santa–, no por la fuerza de éste o la debilidad del otro sino por la ceguera del ser humano para seguir confundiendo espiritualidad con religiones o educación con televisión, entonces convendrá en que urge desaprender cuanto contribuya a aumentar la angustia y el agobio mental, físico, emocional y espiritual en la persona.

¿Cómo convencernos de pagar impuestos si un diputado al que jamás le lucirán sus esfuerzos legislativos gana casi 250 mil pesos al mes, más gastos, y goza de fuero aunque carezca de neuronas? ¿Engordar las arcas de un fisco que no atina a revertir esos dinerales en beneficio de la población, salvo para hacer como que combate a la delincuencia organizada? En medio de la sangre de miles, ¿cómo aspirar a vivir con serenidad? Desaprendiendo, descreyendo, releyendo lo que se nos impone como verdadero.

Causaron revuelo las confidencias a esta columna del alegre nonagenario que empezó a trabajar a los 15 años y se jubiló en Pemex después de 50 de servicio, precisamente porque la mayoría, instalada en el dolorismo, supone que el viejo no debe tomarle sabor a lo que le reste de vida. Antes que de salud y compañía se requiere de actitud y desafiante alegría, aceptación del propio deterioro, cierto vértigo al observar las inéditas escenas postreras de nuestra intransferible película, hasta donde podamos… o queramos.

Un lector comenta: "Que viva la buena vida aunque el universo se derrumbe, qué forma tan cool de fugarse de la realidad, primero yo, luego yo y al último yo. La filosofía perfecta". Pero otro le aclara: "Yo no he leído nada de lo que tú mencionas... Si vivir una buena vida a esa edad es la filosofía perfecta pues qué bueno que pueda hacerlo. ¿Tú no lo harías?".

Dos que no leyeron la primera parte de la charla: "¿Qué hizo don Alberto por los demás o por su país?, ¿dejar que las cosas pasen? Qué fácil vivir así". O: "La historia de este personaje debe ser la de un pequeño burgués que ganó su vida explotando a otros que le alimentaron tanto el bolsillo como la egolatría". Pero Paulina ubica: "Pareciera que el que vive bien debe ser denostado y más si llega a esa edad. Calma y quietud son fundamentales para el anciano. Si todos tuviéramos la oportunidad de llegar querríamos que se nos tratara bien, no que en México el anciano es despreciado y hecho a un lado".

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