Internacional - Economía
Alemania y Países Bajos buscan alternativas al gas ruso en el Mar del Norte
La Haya, 4 jun (EFE).- Países Bajos y Alemania se unen para extraer gas en el Mar del Norte y depender menos del exterior: habrá una plataforma de producción que recibirá electricidad de un parque eólico alemán, y el gas llegaría a tierra en 2024, pero el plan causa ira y preocupación en las Islas Frisias, patrimonio neerlandés de la humanidad.
El Gobierno neerlandés ha dado luz verde a los planes para desarrollar un nuevo campo de gas a unos 19 kilómetros de la costa de la isla de Schiermonnikoog, una de las islas frisias del norte de Países Bajos.
En colaboración con Alemania, se instalará una plataforma en medio del mar, se construirá un gasoducto, y se colocará un cable hacia un parque eólico alemán en alta mar para proporcionar electricidad a la plataforma.
Ineke van Gent, alcaldesa de Schiermonnikoog, refleja la opinión del millar de vecinos de la isla. “Me decepcionó mucho, y no soy la única que está firmemente en contra de la extracción de gas”, advirtió, en la emisora frisona Omrop.
El secretario de Estado de Minas, Hans Vijlbrief, anunció esta semana que los informes muestran que se estaban cumpliendo todas las condiciones ambientales, aunque admitió que hay preocupaciones y ordenó “varios ajustes”, entre ellos que la plataforma sea más baja, por lo que será menos visible desde la isla.
Además, el fluido de perforación no se va a descargar y el agua liberada durante la producción se limpiará con un filtro adicional.
UN PATRIMONIO DE LA UNESCO
En las islas preocupa que la extracción dañe “un área natural única”, con consecuencias para los residentes. La reserva del Mar de Frisia, que se extiende por las costas de Países Bajos, Alemania y Dinamarca, es un Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO por sus valores geológicos y ecológicos. Es el sistema de llanuras intermareales más grande del mundo.
Aunque, advierte Van Gent, “hay que tener mucho cuidado con esta área vulnerable, y están sucediendo muchas cosas” en la zona, incluido el transporte de contenedores, la extracción de sal y la instalación de molinos de viento. “No estoy en contra de esos parques (eólicos), pero hay que hacerlo bien, y encima ahora hay perforaciones de gas”, lamenta.
Los alcaldes de los municipios del Mar de Frisia analizan qué pasos tomar, pero la regidora espera que haya “un buen debate político y social” porque ahora prevalece la “decepción”.
"Aún no se ha dicho la última palabra ", concluye, subrayando las críticas que reinan entre administradores locales y regionales. “Toda la isla está en contra”, alerta.
Vijlbrief subrayó que Países Bajos “ha estado preparada para otorgar esta licencia desde hace ya algún tiempo”, en cambio, el socio alemán, Baja Sajonia, no lo estaba al principio, pero “dada la guerra en Ucrania, ha cambiado de posición” y ha puesto en marcha un procedimiento acelerado para emitir los permisos requeridos.
LA POLÉMICA DE GRONINGA
Si los municipios no frenan este plan, la idea es que, en 2024, el gas se empiece a llevar al puerto de Eemshaven, en la provincia de Groninga. Países Bajos usa 40,000 millones de metros cúbicos de gas al año, y Alemania necesita 90,000 millones, y la firma neerlandesa que hará la perforación promete el 5 % de la demanda neerlandesa.
Países Bajos ha tomado esta decisión en la misma semana en la que el proveedor de gas ruso Gazprom decidió cortar las exportaciones porque el importador neerlandés GasTerra se negó a pagar en rublos, como exige el presidente ruso Vladimir Putin, porque va contra las sanciones de la Unión Europea (UE).
Esa decisión genera un déficit de unos 2,000 millones de metros cúbicos para Países Bajos. El ministro del Clima, Rob Jetten, lo ve como “un nuevo ejemplo de que se ha dependido mucho del gas ruso” y recordó “la importancia de la transición a la energía sostenible”.
Las reservas de almacenamiento de gas de Países Bajos están actualmente llenas en un 38 %.
Países Bajos obtienen el 15 % de su gas de Rusia, pero solo el 5 % directamente de Gazprom. El resto llega indirectamente a través de otros proveedores de gas europeos.
Además, la guerra en Ucrania ha reabierto el controvertido debate sobre el campo de gas de Groninga, que tiene capacidad para 450,000 millones de metros cúbicos, pero al que el gobierno neerlandés prometió renunciar para 2030 por los frecuentes terremotos que causa en el norte provincia.
Los residentes cuyas casas han sido dañadas o derribadas aún esperan compensación y el gobierno recibe numerosas críticas por la lentitud de su plan de reparaciones, por lo que no están dispuestos a permitir que el gas de Groninga sustituya al ruso.
JMRS
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