De Protestas a Propuestas
Un nuevo orden internacional
Resulta sorprendente que de manera simultánea hayan florecido tantos factores de política internacional, lo que probablemente se produzca tan sólo una vez cada cien años.
Resulta sorprendente que de manera simultánea hayan florecido tantos factores de política internacional, lo que probablemente se produzca tan sólo una vez cada cien años.
Sin embargo, hay indicios de que los intereses de Petro pueden estar más cerca de casa. El presidente colombiano ha apostado su presidencia en lograr lo que él llama “paz total”, que implica la eliminación de los numerosos grupos armados del país mediante acuerdos de paz y otros medios.
La crisis política en Cuba sorprende a Venezuela con su población desmembrada por la emergencia migratoria más grave que jamás haya visto nuestro continente, castigada por la pandemia y la incuria de un régimen criminal, abatida por la pobreza y aterrorizada por el hampa y las fuerzas policiales.
Juan Guaidó debería aprovechar el renovado apoyo que está recibiendo de la comunidad internacional para lograr condiciones electorales que conduzcan a unas votaciones libres y justas.
La voraz demanda de materias primas que necesitaba China para expandir su economía permitió a la región expandir su clase media durante la primera década de este siglo.
En octubre, Ecuador vivió una ola de protestas contra las medidas de ajuste de la administración de Lenín Moreno, que fueron duramente reprimidas por las fuerzas policiales y se saldaron con ocho muertos, miles de heridos y detenidos, y más de 100 desaparecidos.
Evo Morales ha abandonado el poder del Estado boliviano después de un mandato de casi 14 años. Lo ha hecho de la peor forma posible, presionado por una movilización en las calles nunca vista y por motines policiales en todos los departamentos del país.
Sebastián Piñera, uno de los hombres más ricos de Chile y presidente del país, afronta una situación crítica. Una revuelta masiva y con altísimos niveles de violencia ha colocado al borde del abismo a una sociedad que era considerada una de las más estables y prósperas de Latinoamérica.
Hay que entender y aceptar que ninguno de los sectores en pugna obtendrá realmente lo que quiere, lo que busca, lo que necesita. La única manera de ganar es perdiendo algo. Si no hay un futuro repartido, no habrá un futuro para nadie. Lo que está en juego finalmente es la supervivencia del país.
Para entender qué es lo que hace que un golpe de Estado tenga éxito, como sucedió hace poco en Sudán y Argelia, o un fracaso, como ocurrió esta semana en Venezuela, es útil considerar los extraños eventos que transcurrieron en Libia hace cincuenta años.
Ya han pasado sesenta años desde que Fidel Castro tomó La Habana, así que es momento de que tanto Cuba como Estados Unidos maduren. Dejemos que Cuba vuelva a ser un país normal.
En el estado sureño de Oaxaca, Emigdio López, candidato a la legislatura local por el partido Morena, de izquierda, estaba en las últimas horas de su campaña cuando lo emboscaron. Los asesinos, que dispararon a distancia hacia su camioneta, mataron de manera instantánea al candidato.
En México, el ganador más probable es López Obrador, quien ofrece un populismo con un enfoque diferente. En lugar de seguridad, se concentra en la corrupción y la distribución de la riqueza. Ha prometido revisar los programas estatales y contratos privados en busca de evidencias de corrupción.