MENSAJERÍA
A la espera de Cristo
San Juan Bautista no trató de aprovechar su misión para promoverse a sí mismo. El pudo haber fingido ser el Mesías y haber explotado la credulidad del pueblo. Pero él era sincero y humilde, no sólo admitió que no era el Mesías, sino también que no era digno ni siquiera de ser su esclavo.