MUY OPORTUNO
Historia entre accidentes
Para Aristóteles, los accidentes ocurren de manera difícil de prever, puesto que no están sometidos a una necesidad férrea que los controle.
Para Aristóteles, los accidentes ocurren de manera difícil de prever, puesto que no están sometidos a una necesidad férrea que los controle.
San Antonio María Claret, obispo, que, ordenado presbítero, durante varios años se dedicó a predicar al pueblo por las comarcas de Cataluña, en España. Fundó la Sociedad de Misioneros Hijos del Corazón Inmaculado de la Virgen María y, ordenado obispo de Santiago de Cuba.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo! Tengo que pasar por un bautismo, ¡y qué angustia hasta que se cumpla! ¿Pensáis que he venido a traer al mundo paz? No, sino división».
Nos molesta mucho cuando una persona hipócrita llega a nuestra vida, pero con qué facilidad caemos en este mal cuando ponemos máscaras y no nos mostramos como en verdad somos, cuando solamente buscamos aparentar ante los demás.
En nuestro consultorio he escuchado muchas veces a personas usar la palabra crisis, cuando quieren referirse a los cambios traumáticos en su vida. A veces hablan con incertidumbre, otras, con angustia o con resignación pasiva.^
Se distinguió como predicador aun siendo diácono. Ordenado a los 33 años. Por 40 años fue predicador itinerante por Italia y otros países. Una vez en Brescia (Italia) predicó a una multitud de 126,000 personas que habían venido de las provincias vecinas.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora iba a venir el ladrón, no dejaría que le horadasen su casa. También vosotros estad preparados, porque en el momento que no penséis, vendrá el Hijo del hombre».
En un interesante ensayo, El drama del niño dotado, la psicóloga suiza Alice Miller nos dice lo que endurece el corazón y lo que lo ablanda. Lo hace así reseñando un particular drama que se despliega comúnmente en muchas vidas.
Uno de los retos más maravillosos y más difíciles consiste en buscar la verdad en serio, cueste lo que cueste, sin miedos y sin pactos con el relativismo.
La personalidad de S.S. Juan Pablo II está sellada por la identidad y cultura propias de su Polonia natal: una nación con raíces profundamente católicas, cuya unidad e identidad, más que en sus límites territoriales, se encuentra en su historia común, en su lengua y en la fe católica.
Viernes por la noche en la preciosa Vía Layetana de Barcelona. Un grupo de policías intenta obedecer las órdenes que les mandan sus superiores sin sufrir bajas.
Reflexionemos antes de nada sobre el hecho que San Pablo anuncia: Cristo crucificado como «poder de Dios y sabiduría de Dios» (1 Cor 1, 24), en quien se ofrece la salvación a los creyentes.
La acción del Espíritu de Dios y la lectura espiritual especialmente de la Sagrada Escritura, la llevaron por los caminos de la oración contemplativa, penitencia y el deseo de hacerse religiosa en el claustro carmelitano. Tenía sed de Dios y quería ir a El “como bala de cañón”.
Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo». Él le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?». Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes».
Anna Francesca Boscardín era una muchacha campesina nacida en Brendola, cerca de Vicenza, en el seno de una familia de agricultores. Trabajó en los campos, frecuentó la escuela unos pocos años y trabajó como criada en las casas del poblado. Le gustaba la vida parroquial
A los 19 años, en 1713, el joven Pablo tomó la primera gran decisión de su vida. La predicación de un sacerdote o una charla espiritual con él le impresionó de tal forma que, profundamente emocionado y arrepentido, hizo confesión general de sus pecados y decidió consagrar su vida a Dios.
Mons. João Clá Dias, EP, al comentar el evangelio de San Juan que trata de la encarnación del Verbo, (1) explica qué significa la afirmación del Salvador, de que nos debemos convertir en infantes para entrar al Reino Celestial.
Aún en las cosas que consideremos simples o pequeñas, tareas que podemos hacer en el hogar, en el trabajo, en los distintos caminos que transitemos o en los lugares que nos encontremos, siempre es importante pedir a Dios que su voluntad se haga en nosotros
Autor del tercer Evangelio y de los Hechos de los Apóstoles. Por sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles.
En aquel tiempo, el Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. Y les dijo: «La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies».