ECOLOGÍA
¡Paren la década, que me quiero bajar!
Los demagogos de la actualidad prometen un futuro basado en intentos ya fallidos. Pareciera que los seres humanos viven en el planeta de la inexperiencia. El futuro pide ser soñado de otra manera.
Los demagogos de la actualidad prometen un futuro basado en intentos ya fallidos. Pareciera que los seres humanos viven en el planeta de la inexperiencia. El futuro pide ser soñado de otra manera.
Estoy seguro de que las generaciones futuras verán las primeras fotografías de Thunberg —envuelta en un impermeable amarillo, tranquila pero desafiante, negándose a aceptar un no por respuesta— como una representación de los primeros días de un cambio cultural de gran envergadura.
Esgrimiendo preocupantes pruebas científicas, millones de ciudadanos se manifestaron este año en el mundo para exigir a sus dirigentes que actúen contra el cambio climático, un movimiento paralelo al auge de la desobediencia civil.
El aspecto más aterrador del drama político estadounidense no es la revelación de que el presidente haya abusado de su poder para beneficio personal. Quien no lo viera llegar desde el mismo día en que Donald Trump fue elegido es que no estaba prestando atención.
La cumbre de Madrid no consigue reforzar los compromisos climáticos. Se presentó como la cumbre de la ambición, pero la conferencia de la ONU sobre el cambio climático, que ayer cerró sus puertas en Madrid tras dos días de prórroga, no ha conseguido culminar con éxito su gran objetivo...
Una posible definición de “ciencia” es la de “sistemas lógicos con capacidad predictiva”. Lo que, efectivamente, distingue a las teorías científicas de otros sistemas descriptivos es, por encima de todo, que pueden predecir lo que va a suceder en el dominio que pretenden describir.
La imagen que apareció no fue nada alentadora: la Agencia Espacial Brasileña (AEB) informó que en un año habían sido arrasadas más de 958,000 hectáreas de la Amazonía, una extensión de selva casi del tamaño de Líbano que se ha extirpado del bosque tropical más grande del mundo.
El fuego no es natural en la Amazonía. La selva tropical virgen está demasiado húmeda como para encenderse, no importa cuán fuerte sea la luz solar. Si el bosque arde, casi siempre se debe a los humanos.
El pasado 15 de marzo desapareció la segunda ciudad más poblada de Mozambique. Beira, con 500,000 habitantes, quedó inundada por el ciclón Idai en un 90%, y daba la sensación de haber sido arrasada por la guerra, como aseguraban fuentes de Oxfam.
Aferrándose a una mata para conservar el equilibrio, Tiffany Troxler avanza cuidadosamente por un entablado improvisado al adentrarse en el pantano. El tablón se hunde y ella queda con agua color té hasta las rodillas.
He aquí una pregunta que debemos hacernos, pero antes de responder tendremos que reconocer la diversidad de expectativas y anhelos que tenemos para con los océanos, que cubren más de dos tercios de la superficie del planeta.
El calentamiento del planeta, la disminución de las precipitaciones y los fenómenos meteorológicos extremos generan pobreza, provocan conflictos y ponen en peligro la supervivencia de países y poblaciones.
A simple vista, estos 57 kilómetros cuadrados (22 millas cuadradas) de agua no parecen nada excepcional. Pero debajo de la superficie --a 20 o 25 metros (60 o 70 pies)-- de profundidad, hay un paisaje marino espectacular. Esponjas, bálanos y gusanos cubren las salientes rocosas del lecho oceánico.
Los movimientos sociales de la región se unieron a los indígenas, ribereños y quilombolas para declarar que, en época de emergencia climática, la Amazonia es el centro del mundo.
Será inevitable "un sufrimiento humano no revelado" si no hay cambios profundos y duraderos en actividades humanas que contribuyen al efecto invernadero y otros factores ligados al cambio climático.
El agua de mar desalinizada es la fuerza vital de Arabia Saudita, en especial en la Universidad de Ciencia y Tecnología rey Abdalá, un centro de investigación internacional que prosperó hace una década en el desierto árido y despoblado.
El Amazonas es el pulmón del mundo y no podemos permitir que se destruya. Los incendios que arrasaron la selva este año conmocionaron al mundo. Fueron un ejemplo terrible y elocuente de los peligros que plantea la deforestación y que pueden agravar los riesgos del cambio climático.
A la sombra de un plátano cerca de la frontera de Albania con Grecia, Jorgji Ilia llena una botella con agua en uno de los numerosos manantiales del río Vjosa. “No hay nada mejor que el río”, dice este maestro de escuela jubilado. “El Vjosa embellece nuestro pueblo”.
Los científicos nos dicen que el cambio climático de origen humano provocado por la combustión de combustibles fósiles ha llevado a la humanidad y a las especies que conviven con ella a la sexta extinción masiva desde que hay vida en la Tierra.
Saitoti Petro busca señales de la presencia del principal depredador de la sabana africana en un camino de tierra del norte de Tanzania. “Si ves un león”, dice, “detente y míralo a los ojos. Nunca salgas corriendo”.