Economía: escalera abajo
Si las cosas marchan como hasta ahora �léase no muy bien, aunque todo indica que el ambiente empeorará�, al final del año y en el contexto latinoamericano la economía mexicana se ubicaría en el escalón número 19.
Si las cosas marchan como hasta ahora �léase no muy bien, aunque todo indica que el ambiente empeorará�, al final del año y en el contexto latinoamericano la economía mexicana se ubicaría en el escalón número 19.
El ambiente social, económico y político están a punto de turrón y el país todo exige acciones concretas para evitar que el barco se hunda, pero como única "respuesta" el indolente inquilino de Los Pinos sale a decir que nadie se acelere, que no exageren y que den gracias a la desgracia.
Decían en el Olimpo tecnocrático que no había motivo de preocupación, porque México estaba "blindado" ante la "volatilidad temporal" financiera y cambiaria. Sin embargo, los capitales "migran" hacia otros mercados, el tipo de cambio registra récord tras récord.
Cuando menos en lo que resta del sexenio la pretendida maximización de la renta petrolera deberá esperar tiempos mejores, porque el panorama actual es por demás deprimente y va para largo: el precio del crudo de exportación se mantiene a la baja.
Más temprano que tarde reventará la bomba de la deuda pública de las 32 entidades que conforman la República, pues el saldo de tal débito alcanza niveles estratosféricos, y contando que difícilmente soportarán las cada día más endebles cuan dependientes finanzas públicas de los estados.
Algo falló, porque la trascendental caída de El Piojo Herrera no contuvo el desplome del peso, ni del barril, y mucho menos el incremento interno de precios y la salida de divisas, de tal suerte que todo apunta a que el ex entrenador de los ratoncitos verdes no era el problema real del país.
Pues nada, que el prometido "gran futuro para México y los mexicanos" se mantiene en lista de espera, porque el "tesorito enterrado" se mantendrá en el mismo sitio, toda vez que los fantásticos planes de la "reforma" energética van de chasco en chasco.
Casi dos años después de aquella perorata la "modernización" no se ve por ninguna parte (de hecho, el recorte presupuestal de que fue víctima canceló cualquier posibilidad), y la ahora empresa productiva del Estado, lejos de "fortalecerse", reporta los peores resultados de su historia.
Dice el inquilino de Los Pinos que "es evidente que la política social no ha sido suficiente", aunque "sí para contener el incremento de la pobreza, sí para evitar que ésta creciera" (sic con sello oficial).
Con eso de que se trata de "una volatilidad pasajera", que ha llevado a la moneda nacional a un mínimo histórico, la tesis gubernamental sostiene que el zarandeo cambiario "no impacta" en los precios de los bienes de mayor consumo en el país, de tal suerte que los mexicanos deben estar tranquilos.
La estadística oficial documenta que el número de pobres en el país se incrementó a razón de 4 mil 384 adicionales por día (alrededor de 3 por minuto) de estancia de Enrique Peña Nieto en Los Pinos.
Los griegos deben estar felices: llevaron al poder a un político que les prometió "recuperar la dignidad", "poner fin a la austeridad" y "rescatar al país" de la troika. Sin embargo, más tardó Tsipras en ofrecer el gran paquete "para recobrar la soberanía" que en hacer exactamente lo contrario.
Atinado, como siempre, meses atrás el "ministro del (d) año" se ufanaba de que el gobierno "no está preocupado por el funcionamiento del mercado cambiario". Lamentablemente tal mercado nunca se enteró de la envidiable tranquilidad peñanietista.
Pero su cálculo fue no malo, sino pésimo, y en cuestión de unos cuantos meses su cuento de hadas se fue al caño, junto las promesas de "un futuro promisorio", porque entre sus planes nunca se consideró la posibilidad de que el "gran atractivo" del oro negro nacional se derrumbara.
Como se recordará, mediante la denominada ronda uno arrancó formalmente la privatización del petróleo otrora nacional, y el gobierno peñanietista licitó 14 bloques de los que, con más pena que gloria, a duras penas logró adjudicar dos.
De El Chapo ni sus luces, y de los inversionistas tampoco, pues sólo una mosca se paró en lo que constituyó el inicio formal de la privatización del crudo mexicano, por medio de la denominada ronda uno.
Haberlo dicho. Por la explicación científica del inquilino de Bucareli ("los momentos de crisis no son para renunciar, son para enfrentarlos"), ahora los mexicanos saben por qué los integrantes del gabinetazo peñanietista (y su propio jefe, así sea en apariencia) se mantienen en sus cargos.
Y Alexis Tsipras lo hizo� es decir, todo lo contrario a lo que prometió y, especialmente, al mandato del pueblo griego y no sólo el del pasado 5 de julio, el día del referendo, sino al de enero de 2015 �cuando lo hizo primer ministro�, en el sentido de "rescatar la dignidad" de los helenos.
"Sería imperdonable�", declaraba ufano el inquilino de Los Pinos tras la recaptura de El Chapo, el 22 de febrero de 2014. Bien, pero ¿qué sería imperdonable? Simple: que el capo de nueva cuenta se fugara� y se fugó, lo que constituye un bombazo.
El eufórico personaje debería estar acostumbrado, porque en 31 meses de estancia en la residencia oficial le han recortado la estimación oficial de crecimiento económico en igual número de veces, y contando.
Desde que se divulgó la primera grabación telefónica sobre la presunta comisión de chanchullos e intercambio de favores entre la oficina "mejicana" de la trasnacional española OHL e integrantes del gobierno mexiquense, el nivel de los funcionarios involucrados en el sainete ha ido en ascenso.
Al desabasto nacional de combustibles que por estos días ocurre en esta bella República "modernizada" contribuyen dos exitosas acciones del gobierno federal: la conversión de Pemex (de paraestatal a empresa productiva del Estado) y la resultona política de seguridad.
Alexis Tsipras aceptó la primera condición de sus acreedores: expulsar de su equipo gubernamental a Yanis Varoufakis �hasta ayer ministro de Finanzas�, con el fin de facilitar las negociaciones con quienes se negaron a negociar.
Sin que el resultado sea oficial, aunque todo apunta que lo será, el dominical referendo griego favorecería al no. Por estrecho margen los helenos habrían rechazado el paquete de "ayuda" de la troika y apoyado la apuesta de Alexis Tsipras.
En un primer ejercicio, y con ganas de redondear lo que denomina "presupuesto base cero", la Secretaría de Hacienda anuncia que "compactará" casi 25 por ciento de los programas presupuestales de la federación para 2016, acción que afectará el volumen de recursos asignados.
Cuando la troika llegó a "salvar" a Grecia, los habitantes de ese país cargaban con una deuda superior a 110 mil millones de euros; cinco años después, con un sostenido desplome económico y con el bienestar social en el suelo, ese mismo débito rebasa los 240 millones.
Oficialmente Grecia entró en mora, y consecuentemente en la vengativa mirilla de la troika aparece el rostro de Alexis Tsipras, de tal suerte que entre las pocas alternativas reales que tiene el primer ministro destaca �económica y geopolíticamente� la de voltear al oso y al dragón.
La mafia financiera comunitaria, más el FMI, se apresta a cobrar carísimo la afrenta de Alexis Tsipras, quien muy cerca estuvo de doblar las manos, pero al final rechazó el ultimátum de la troika y respondió con un referendo "para decidir sobre el plan humillante propuesto por los acreedores".
Como sucede desde tiempos inmemorables, los gobiernos de esta bella República ofrecen "resultados tangibles en el corto plazo" y siempre, según dicen, "en beneficio de los mexicanos". Y los hay aunque no en el sentido originalmente comprometido y nunca para privilegiar el bienestar social.
La "buena noticia" es que el avance inflacionario ha aminorado su ritmo ascendente y en la primera semana de junio el índice nacional de precios al consumidor se incrementó 2.87 por ciento en términos anuales, casi un punto porcentual por abajo con respecto al registro de igual periodo de 2014.
Alexis Tsipras mordió el polvo. Se dobló, y seguirá la ruta que en campaña electoral abiertamente rechazó, es decir, aquella de que para "salvar" a Grecia es obligatorio matar de hambre a los griegos.
Tan pujante, moderno y resultón ha sido el modelo económico impuesto en el país, que México, otrora considerado el "cuerno de la abundancia", ostenta el ingrato galardón de uno de los mayores expulsores de mano de obra en el mundo.
Después del maravilloso viaje por las nubes que a los mexicanos recién regaló el titular de la Secretaría de Hacienda, llegó la junta de gobierno del Banco de México y "ponchó" el globo aerostático del "ministro".
Ahora que los mexicanos están de plácemes, porque todo es miel sobre hojuelas, el modelo económico funciona como relojería suiza, el país marcha de maravilla y la economía crece como nunca (tres tristes tigres dixit �Peña Nieto, Osorio Chong y Videgaray� en su bombardeo mediático de esta semana.
Amaneció nostálgico, y ante los pomposos banqueros el "ministro del (d) daño" recordó cuando en 1987 "yo, regresando de la universidad, tenía que ir �eso me encargaba mi mamá� que fuera (sic) a hacer una fila en una tienda.