El reloj de Dick Tracy
En la hora del progreso tecnológico que multiplica capacidad y modos de producción, al tiempo en que a cada paso reduce los empleos necesarios, la posibilidad misma de generar trabajos en pos del anhelado empleo universal.
En la hora del progreso tecnológico que multiplica capacidad y modos de producción, al tiempo en que a cada paso reduce los empleos necesarios, la posibilidad misma de generar trabajos en pos del anhelado empleo universal.
No es menor, pero tampoco definitivo, el triunfo que en el plano de lo inmediato obtuvo la conjunción de opinión pública, movimientos ciudadanos y partidos opositores al PRI gobernante que ayer consiguieron frenar provisionalmente la pretensión de aprobar a marchas forzadas ciertas reformas.
Pompa y circunstancia cambiaron el mensaje, pusieron el sello británico a la fase reformista del gobierno de Enrique Peña Nieto. Y no redujeron los reconocimientos a la eficacia política que hizo posible concertar la voluntad plural y acordar un vuelco enorme en el Congreso.
A las cuatro de la mañana despertaron a Enrique Peña Nieto. Una llamada de Miguel Ángel Osorio Chong: las fuerzas del orden han detenido a La Tuta, el de los videos difundidos con maligna oportunidad para exhibir a los dizque servidores públicos coludidos con el narco.
Ya sabemos que la lengua española que, mal que bien, hablamos la mayoría de los mexicanos, tiene vericuetos a veces incomprensibles que dan lugar a que aun los más avezados puedan irse por el camino equivocado.
La violencia que vive nuestro país, producto del crimen organizado y sus cómplices en los tres niveles de gobierno, ha dado lugar al enunciado "mexicanización", como en otro tiempo se usó el de "colombianización" para describir el crecimiento del narcotráfico en distintas naciones.
México, que había desarrollado sus propias instancias, como la CNDH, se sumó al engranaje internacional en sincronía con las políticas capitaneadas por el Departamento de Estado, en una era de guerra total contra el terrorismo, que también abarcaba a la Unión Europea
Los que tienen edad para recordar advierten el grave deterioro muy bien. Los adultos jóvenes quizá no atinen a explicarlo, pero lo perciben con alarma, y los más jóvenes creen que así es México y se disponen a pasarla lo mejor posible en un ambiente de frustración.
A las puertas del infierno vio Dante la ominosa advertencia: Abandonad toda esperanza... Pero entró y recorrió los siete infernales círculos, guiado por Virgilio. Por el gran poeta romano, nada menos. No llegó a divina comedia la respuesta de Enrique Peña Nieto a la tormenta de las redes sociales.
Angel de la Cruz tiene 19 años de edad y cursa el cuarto semestre en la Normal Rural de Ayotzinapa. Es uno de los sobrevivientes del ataque del pasado 26 de septiembre en la calle Juan N. Álvarez de Iguala. Conservó la vida porque, cuando comenzaron a acribillar a los jóvenes.
No habrá recortes del gasto público por la caída del precio del petróleo, declaró solemnemente Luis Videgaray no hace tanto tiempo. Y aunque las cosas de Palacio van despacio, la sucesión de desastres y escándalos, aceleró la caída del prematuramente laureado secretario de Hacienda.
Cunde la rebelión en las tierras sureñas donde no desaparecieron los poderes que ya eran espejismo, juego de abalorios; burla de tontos cuando los panistas tropezaban con la inexistente facultad de desaparecer los poderes.
El masivo descontento de los mexicanos por el estado de cosas actual exhibe en su desarrollo una ruta compleja que es prudente examinar. Para unos, el periodo vacacional decembrino lo enfrió de tal manera que ahora permite conducir el quehacer público por los cauces acostumbrados.
En vuelo a Filipinas, el papa Francisco I sentenció que es buena la libertad de expresión pero atentos al tenue límite de la ofensa. Y habló de su santa madre. Dijo que si su amigo y colaborador que organiza sus giras ofendiera a su madre, él respondería con una bofetada.
Una docena de muertos. Un atentado en París, en la cuna de los derechos del hombre. La amenaza cumplida de la intolerancia contra la libertad de expresión. Contra el humor irreverente y libre que las amenazas no silenciaron.
La Red en Defensa de la Humanidad señala a Enrique Peña Nieto, en su calidad de comandante en jefe de las fuerzas armadas, como principal responsable de la tragedia de Ayotzinapa y expresa su apoyo solidario con el pueblo mexicano, especialmente con los dignos padres y madres de los masacrados.
Igual que la población mexicana, también la madre tierra sangra, porque el terrorismo contra los luchadores sociales, los defensores de derechos humanos, los estudiantes y los pobres en general, lo mismo se aplica a ella. A los primeros se les amenaza, encarcela, golpea, asesina o desaparece.
Se acaba el año. La cosecha criminal nunca se acaba. Se ha sembrado de muertos y tumbas colectivas la superficie de la suave patria. Se acaba el año y para colmo, hoy es día de los Santos Inocentes. Como en los procesos penales, puede haber no culpables.
En la 37 reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública el 17 de diciembre pasado el presidente Enrique Peña Nieto dijo algunas significativas palabras de clausura acerca de la inseguridad y la ilegalidad generalizadas en la República.
A fin de cuentas, más allá del vergonzoso sainete de Cenas y te vas, no dejaron huella Vicente Fox y su escudero Jorge Castañeda en la liquidación del aislamiento de la Cuba de Castro, dictado por el imperio del norte y avalado por el servilismo de sus bastardos en Punta del Este.
El estallido de ira popular y las manifestaciones masivas en toda la República son expresión de hartazgo ante la impunidad, de indignación por la complicidad de algunas autoridades y delincuentes, y de inconformidad ante los abusos de poder y la falta de respuesta de las autoridades.
Curioso, y no sólo eso. Curioso es lo que resulta del análisis en una mesa de café del problema que se ha creado en torno a los parquímetros en la ciudad de México. Porque, por más simple que parezca, el asunto ha ido convocando cada vez a más personas que no están conformes.
La fuerza de la efervescencia social y de la solidaridad internacional a raíz de la masacre de Iguala ya ha rebasado los acontecimientos. Ni el histórico movimiento estudiantil de los sesenta ni el gran levantamiento indígena de los noventa lograron en tan poco tiempo un vuelco tan fuerte.
Los zapatistas del Ejercito Libertador salieron de Tlalpan. De Tacuba, los villistas de la División del Norte que se unieron a los de calzón blanco por el rumbo de San Cosme. Y más de 50 mil combatientes marcharon hasta el Zócalo y desfilaron frente a Palacio Nacional.
El problema más serio que enfrenta el gobierno de Enrique Peña Nieto es la falta de credibilidad. No es un asunto menor. La confianza es un componente central de la relación entre el Estado y los ciudadanos; sin ella, se oscurece la comprensión de las decisiones presidenciales.
Lo sucedido en Sonora con la toma del Congreso de Sonora no es un hecho aislado. En variadas regiones del país, las movilizaciones ciudadanas exigen la renuncia de Enrique Peña Nieto y, al mismo tiempo, reivindican una creciente voluntad de convertirse en un poder constituyente alternativo.
Se cumplen dos años del sexenio y ya se escucha la tercera llamada, tercera llamada... Mañana lunes, a escena. Pero ya aparecieron los combates de fieras y domadores, y a caballo los jinetes que no saben o fingen no saber que no es lo mismo atrás que en ancas.
Pasan los días y sus hijos no aparecen. Un día las autoridades les dicen una cosa y al siguiente otra. Y las versiones que les dan no concuerdan con las evidencias disponibles. ¿Por qué los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa le van a creer al gobierno?.
¿Por qué Ayotzinapa? ¿Por qué no despertamos ante todos los muertos, todos los desaparecidos, todas las masacres que padecimos antes? Se han ofrecido muchas respuestas. Dos de ellas parecen cada vez más relevantes.
Más de medio millar de marchas en las ciudades de esta vasta desigualdad sembrada de fosas clandestinas, de tumbas colectivas, de angustias desoladoras. Y cientos más en el mundo entero, en la globalidad del capitalismo financiero y las matanzas cotidianas.
México se encuentra en un momento decisivo. Desde hace tiempo prevalece una situación en la que ha desaparecido el estado de derecho. La tesis de un estado fallido, frecuentemente usada para describir las condiciones generales existentes durante la última administración panista.
Con el desprecio tecnocrático a los nostálgicos del nacionalismo revolucionario, se anticipaba un fin de época. Ajeno y a contracorriente del fin de siglo a que llegábamos los mexicanos con la Revolución Mexicana como signo de identidad.
El drama de Ayotzinapa, Guerrero, encuentra raíces en la obra nietzscheana: "En el centro de esas experiencias límite del mundo occidental surge por supuesto lo trágico propiamente dicho, partiendo de la demostración de Nietzsche.
La brutalidad de los hechos de Iguala y Ayotzinapa se ha ido transformando, día con día, en una especie de prisma que refleja nítidamente el espectro entero de la sociedad y el Estado. Y la visión que abre ese reflejo es tan difícil de asimilar, tan dura, que ha terminado por movilizarnos a todos.
La lumbre que devora edificios públicos y automotores expresa la rabia y la indignación crecientes de cada vez más jóvenes en la entidad. Es el termómetro de una insurgencia cívica y popular de largo aliento que sacude todo su territorio, y se extiende a más municipios y sectores.