COMO ANILLO AL DEDO
Más Netanyahu
Las terceras elecciones generales celebradas en Israel en un año han dado la victoria a Benjamín Netanyahu, si bien no despejan el inestable panorama político en el que fueron convocadas.
Las terceras elecciones generales celebradas en Israel en un año han dado la victoria a Benjamín Netanyahu, si bien no despejan el inestable panorama político en el que fueron convocadas.
El panorama general institucional muestra que el sistema político salvadoreño tiene unas muestras de desempeño estable en un nivel ligeramente superior al promedio latinoamericano.
La estrategia para desestabilizar al Gobierno italiano del ultraderechista Matteo Salvini ha sufrido un importante revés en las elecciones del domingo en Emilia Romaña.
“Fue golpe, no fue fraude”, “Fue fraude, no fue golpe”. Estos relatos organizan dos visiones polares de lo ocurrido en Bolivia tras las elecciones del 20 de octubre pasado que derivaron, luego de tres semanas de crisis política, en la renuncia de Evo Morales.
Después del inesperado anuncio de cambios constitucionales en Rusia y la renuncia del gobierno, la pregunta de si el putinismo terminará con Vladímir Putin se ha vuelto de golpe retórica.
Pedro Sánchez fue investido presidente del gobierno una vez más. Durante su carrera política ha mostrado una asombrosa capacidad de sobrevivencia pero ahora tiene quizás su última oportunidad para ser el líder que requiere su país.
El nuevo presidente de la Argentina tendrá que gobernar un país pobre, en el que uno de cada diez habitantes pasa hambre. Su gestión tendrá poco tiempo para mostrar cómo puede resolver esta urgencia.
En Bolivia se rompió el orden constitucional cuando las Fuerzas Armadas le recomendaron a Evo Morales que renunciara a la Presidencia. Con el último respaldo que tenía para aferrarse al poder, Morales dimitió y junto con él las tres personas que seguían en la línea de sucesión...
La dimisión del presidente de Bolivia, Evo Morales, y de su vicepresidente, Álvaro García Linera, refleja la extrema gravedad del enfrentamiento social que vive el país andino a raíz de las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales celebradas el 20 de octubre.
Durante los momentos más duros de Andrés Manuel López Obrador, en las derrotas de 2006 y 2012, desahuciado por su partido, por los medios y por buena parte de la sociedad mexicana por su terca resistencia ante los reveses electorales, sólo un pequeño grupo permaneció a su lado.
El ambiente es a ratos de mitin político, a ratos de prédica religiosa con pizcas de curso de autoayuda y a ratos, futbolero, como cuando el fondo de la sala grita con orgullo: “Soy conservador, soy conservador”, “Nuestra bandera nunca será roja” o “Lula, ladrón, tu sitio es la prisión”.
Perú vivía una parálisis legislativa provocada por el bloqueo de la oposición fujimorista —con mayoría en el Congreso— agravada además por el intento de esta de modificar la composición del Tribunal Constitucional mediante el nombramiento de magistrados afines.
Logró frenar las ansias de los demócratas más enfurecidos tras la presentación del informe Mueller, que no encontró pruebas determinantes contra Trump y su supuesta connivencia con Moscú en las elecciones presidenciales de 2016.
El Parlamento británico no se dejó impresionar este martes con la popularidad de Boris Johnson ni se amilanó ante sus bravuconadas.
La victoria del Partido Socialdemócrata en Brandeburgo y de la democristiana CDU en Sajonia muestra que el electorado alemán, aunque en menor medida, sigue confiando en las formaciones que han garantizado la gobernabilidad y el progreso del país desde el final de la contienda mundial.
Somos televidentes –espectadores a la distancia- de una escena traumática repetida hasta el hartazgo y nuestra capacidad de concebir una nueva imagen insurrecta parece haber quedado obturada en ese mismo bucle de frustración revolucionaria.
Esa noche del 2 de julio del año 2000, en la explanada del Instituto Federal Electoral gritamos, lloramos, nos abrazamos. Repetíamos sin cesar: “logramos sacar al PRI de Los Pinos”. “Logramos una transición votada”. Eran momentos de algarabía, de triunfo compartido.
Es difícil escuchar un pronunciamiento de Nicolás Maduro sin una referencia a la noción de imperialismo, un saco en el que el mandatario chavista suele meter todo lo que se aleja de su proyecto político.
No es una labor sencilla lograr que Boris Johnson se haga responsable de sus actos. Basta preguntarle a John Palmer, quien lo intentó hace treinta años, cuando ambos eran reporteros que cubrían temas sobre Europa para periódicos británicos.
Trump controla a su gabinete por medio del miedo, en tanto AMLO a su vez tiene también amedrentado al suyo integrado por personajes que niegan a diario las evidencias más palpables.