COMO ANILLO AL DEDO
El temerario Johnson
Boris Johnson cayó en la trampa creada por su propio discurso, la idea de una nación excepcional y diferente al resto, y se ha visto arrollado por la pandemia del coronavirus.
Boris Johnson cayó en la trampa creada por su propio discurso, la idea de una nación excepcional y diferente al resto, y se ha visto arrollado por la pandemia del coronavirus.
Aunque la decisión será recurrida por el Gobierno de Johnson y pasará a un tribunal de mayor rango en Londres, constata cómo el primer ministro ha retorcido el espíritu de la ley para aplicar una medida como la suspensión del periodo de sesiones en un sentido para el que jamás fue diseñada.
El Parlamento británico no se dejó impresionar este martes con la popularidad de Boris Johnson ni se amilanó ante sus bravuconadas.
El presidente de Brasil es perverso, un tipo de persona que solo mantiene los dientes (temporalmente, al menos) lejos de quienes son de su sangre o de quienes le menean el rabo a sus ideas. Y solo mientras estén meneando el rabo: si paran, también los mastica.
No es una labor sencilla lograr que Boris Johnson se haga responsable de sus actos. Basta preguntarle a John Palmer, quien lo intentó hace treinta años, cuando ambos eran reporteros que cubrían temas sobre Europa para periódicos británicos.
Tras la suspensión repentina de la votación esta semana, que sirvió como percutor de la moción de confianza, May se ha comprometido a llevar al acuerdo a la Cámara de los Comunes antes del 21 de enero, para no comprometer la fecha estipulada para el Brexit.