El pasado 30 junio, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) de México y otras agencias defensoras de los derechos de los consumidores en Argentina, Chile y España demandaron a Ticketmaster que garantice la protección de la venta de boletos.
Ticketmaster, que se fusionó con Live Nation en 2010, es el vendedor de boletos más grande del mundo, y procesa 500 millones de boletos al año en más de 30 países. Alrededor del 70% de los boletos para conciertos grandes en Estados Unidos son vendidos a través de Ticketmaster.
En un comunicado, la Profeco expuso que en el foro también estuvieron la Subsecretaría de Acciones para la Defensa de las y los Consumidores de la Secretaría de Comercio de Argentina, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) de Chile y el Ministerio de Consumo de España.
Hace un mes, la empresa de boletos Ticketmaster, que canceló miles de entradas para los conciertos del cantante de reguetón Bad Bunny de diciembre pasado en el estadio Azteca de Ciudad de México, devolvió más de 18,15 millones de pesos (1 millón de dólares) a las personas afectadas.
A mediados de noviembre, el sitio de Ticketmaster se colapsó durante una preventa para la próxima gira de Swift. La compañía dijo que su sitio se vio desbordado tanto por fans como por ataques de bots. Muchas personas perdieron sus entradas tras esperar durante horas en una fila de espera virtual.
El Comité Judicial del Senado de Estados Unidos abrió el martes una audiencia sobre cuestiones de competencia en el sector de la venta de entradas, después de que los legisladores plantearon su preocupación por la fallida oferta de boletos para los conciertos de Taylor Swift.
“Me preocupa que la gente empiece a utilizar una tarjeta de crédito pensando que, con toda la ostentación y el glamur de la mercadotecnia que llevan a cabo las empresas de tarjetas de crédito, de alguna manera están obteniendo una ganga”. “Una tarjeta de crédito no es dinero gratis".
Mientras Bad Bunny, una de las mayores estrellas del pop en el mundo, flotaba sobre una palmera cantando para los fans en el que se suponía iba a ser uno de los mayores conciertos de la historia de Ciudad de México, el piso del estadio estaba lejos de llenarse.
Recientemente la Profeco retomó la queja de Tec-Check para iniciar una acción colectiva. Si esta es exitosa se podría crear un precedente importante. Pero se trata de un proceso largo y la dependencia no ha sido muy transparente sobre los resultados de sus recientes acciones colectivas.
“Creo que ahora estamos en un punto en el que la gente está escuchando y la gente está dispuesta a hacer cambios”, dijo Vanessa Williams, líder del nuevo grupo Black Theatre United, en marzo. “Es casi como un botón de reinicio: ‘OK, ahora estamos escuchando y ahora vamos a hacer cambios’”.
