Religión
Con el diablo no se dialoga, hay que custodiar el corazón: Papa Francisco
Desde las primeras líneas, la serpiente se revela como "un dialéctico refinado" que consigue engañar a Adán y Eva diciéndoles que Dios les prohibió comer todos los frutos del jardín, mientras que la prohibición sólo se refería a los del árbol "de la ciencia del bien y del mal". Francisco observa: